La
tercera es la vencida; al final, salimos todos contentos, es la
síntesis que los diputados aliancistas de la Comisión de
Educación realizan de la última reunión que mantuvieron
con el ministro del área, Juan Llach. Es que de estar molestos
por la incomunicación con Educación y preocupados
por el avance de las ideas neoliberales en la propuesta del
Pacto Federal Educativo II, los legisladores lograron consensuar con el
titular de esa cartera un borrador más acorde a los principios
que siempre pregonó la coalición. El acercamiento entre
Llach y los diputados de la Alianza repercutió en el Consejo Federal
de Educación, donde los mismos ministros que habían manifestado
sus reparos con el anterior proyecto quedaron ayer en avanzar sobre la
base de las modificaciones que se le introdujeron.
El consenso con los diputados implica la viabilidad del Pacto en
el Congreso y, por lo tanto, allana
la discusión con los ministros provinciales. De todos modos, la
cosa está todavía muy verde, explicó a Página/12
un asesor de Educación para dar la dimensión exacta del
avance de la propuesta que impulsa esa cartera. El desacuerdo de los diputados
de la Alianza con el proyecto de Llach pasaba más por ideológico
y pedagógico. Con las provincias la discusión pasará
más por el modo en que se financiarán las obligaciones derivadas
de la firma del Pacto: cuánta plata tendrá el fondo (de
financiamiento), cuánto garantizará la Nación y cómo
se repartirá, confió la misma fuente.
Llach y su equipo podrán enfrentar esa discusión sin las
tensiones internas que provocaban el rechazo de los diputados de la Alianza
a su proyecto. La idea del ministro de asignar los presupuestos
educativos a las escuelas de modo directamente proporcional al número
de alumnos y a sus carencias educativas era uno de los puntos que
más irritaba a los aliancistas en la Cámara baja. La exigencia
a los docentes de un postítulo y la incorporación
de incentivos salariales atados, entre otras cosas, al presentismo, al
rendimiento de las escuelas y a la capacitación habían puesto
en alerta al sindicalismo.
Esas propuestas de Llach quedaron desdibujadas en la reunión que
el ministro mantuvo el miércoles con los diputados. Las otras
veces no logramos discutir un solo tema y en ésta le presentamos
28 modificaciones y las aceptó todas, contó a este
diario uno de los partícipes de los tres encuentros a los que accedió
Llach después de que el titular del bloque de la Alianza, Darío
Alessandro, lo convocara para calmar el malestar con los miembros de su
tropa que revistan en la Comisión de Educación.
El cambio de posición de Llach tiene una explicación: el
malestar de los diputados aliancistas por el proyecto de Educación
llegó a oídos de Fernando de la Rúa en la cena que
compartió con el bloque de la coalición el miércoles
de la semana pasada. Dos días después, el Presidente convocó
a Llach y junto con Carlos Chacho Alvarez le habló
de lo importante que sería construir un consenso dentro de
la Alianza.
Debe quedar claro que la intención no era bajar a Llach sino
modificar algunas de las cosas que proponíamos, destacó
un diputado, tan satisfecho como otro de sus colegas que declaró:
La firmeza del bloque, que en un momento dijo: Esto no pasa,
permitió modificar la propuesta original, que tenía un alto
contenido neoliberal y apuntaba a financiar la demanda e incentivar
la competencia entre las escuelas.
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