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Por Mariana Carbajal Una fiscal pidió siete años de cárcel para la maestra de Punta Alta, acusada de haber seducido y mantenido relaciones sexuales con un alumno de sexto grado. Patricia Chávez está acusada de corrupción de menores en perjuicio de un niño de 12 años. Ahora será el turno de su defensa. El fallo podría conocerse en septiembre, según adelantó ayer a Página/12 el secretario César Lisa, del Juzgado de Transición Nº 2 de Bahía Blanca a cargo de la causa. La docente, de 35 años, está embarazada y permanece suspendida en su cargo por las autoridades escolares de la provincia. Está muy asustada, describió anoche su abogado, quien consideró que no hay pruebas suficientes para imputarla. Para la fiscal Olga Herro, en cambio, el hecho quedó acreditado. La fiscal elevó su acusación al juez de transición Miguel Adrover. El magistrado notificó ayer al abogado de la maestra, Ramón de Dios, quien deberá fundamentar su defensa, como paso previo a la sentencia (ver aparte). El presunto romance entre la docente y el alumno se hizo público a fines de abril de 1998, cuando Vicente Correa, padre del niño y suboficial de la Armada, denunció a Chávez en una comisaría de Punta Alta, a 30 kilómetros de Bahía Blanca. Al pedir una pena de siete años de prisión para la mujer, Herro consideró que existieron acciones materializadas en relaciones sexuales prematuras, cartas, incitaciones y acercamientos que comportaron un proceso de seducción apto e idóneo para producir una alteración o modificación psíquica degradante, despertando precozmente las normales tendencias sexuales de la víctima, sacadas del cauce natural de su desarrollo. En primer lugar, tomó en cuenta las declaraciones del escolar, que actualmente tiene 14 años, y el último año repitió octavo grado, en la escuela Nº 25, de Villa de Mayo, un barrio de las afueras de Punta Alta. En esa escuela, hasta fines de 1997, el chico fue alumno de Chávez en sexto grado. Según la fiscal, quedó acreditado que la relación entre ambos se mantuvo entre diciembre de ese año y abril de 1998. En octubre, cuando declaró ante el juez, el menor aseguró que tuvo entre dos y tres encuentros íntimos por semana con la docente, durante unos cuatro meses y que la relación surgió por iniciativa de ella. Pero también reconoció que después verdaderamente se enamoró y que quería estar con ella y aportó datos pormenorizados de los repetidos encuentros. No existen motivos para no dar por completo crédito a los dichos... (del chico), lo cuales se encuentran ampliamente corroborados por otras constancias del sumario, sostuvo Herro. Su veracidad prosiguió la fiscal se ve confirmada por una característica observada en los niños abusados sexualmente, como es la expresión de conocimientos e intereses sexuales no apropiados para su edad y el manejo de un vocabulario en temas sexuales superior a lo esperado para su edad cronológica. En su acusación, la fiscal recordó que Chávez, cuando fue indagada, admitió haber escrito una serie de cartas amorosas dirigidas a su alumno, aunque argumentó que lo había hecho en nombre de una compañera de clase de él (ver aparte). Algunas frases no pueden corresponder sino a situaciones vividas por la propia encartada, como cuando dice necesito saber si vas a venir hoy a casa. Yo voy a tener todo cerrado para que no me moleste tu hermano. Si venís, tocá el timbre tres veces, así sé que sos vos, señaló Herro. También destacó otras frases de los escritos que estaban en poder del chico, como uno que decía me gustó mucho que estuviéramos juntos anoche y no quisiera que te vayas nunca, me gustaría que te quedes a mi lado para siempre, pero eso es imposible.... La fiscal basó su acusación, además, en testimonios de familiares del niño, que afirmaron que había modificado su conducta desde los presuntos contactos con la docente y, por otro lado, de colegas de Chávez, que complicaron aún más su situación. Antes de concluir su dictamen, la fiscal marcó como atenuantes la falta de antecedentes penales de la mujer y comoagravante, su profesión y el carácter de maestra del chico hasta unas semanas antes de iniciarse la supuesta relación. El delito que se le imputa, promoción de la corrupción de menores, prevé una pena de 6 a 15 años.
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