Por Rodrigo
Fernández
Desde Moscú
El ministro de Defensa de Rusia Igor Sergueyev, en una intervención
inusitadamente dura, acusó al Estado Mayor General de las Fuerzas
Armadas de servir los intereses de EE.UU. por sus planes de privar a las
Fuerzas Estratégicas Nucleares (FEN) de su estatus independiente
y amenazó con dimitir si esos planes se llevan a la práctica.
Ante el escándalo provocado por su amenaza, el mariscal Sergueyev
dijo que lo habían malinterpretado, pero reiteró su oposición
categórica a la subordinación de las fuerzas estratégicas
rusas a otras ramas de las Fuerzas Armadas.
Los intentos de destruir las Fuerzas Estratégicas Nucleares
son un crimen contra Rusia y una locura, dijo Sergueyev comentando
los planes del Estado Mayor General de subordinar las FEN a la Fuerza
Aérea o al mando central del Ejército. Si este ataque
enloquecido contra las FEN tiene éxito, será sin mí,
agregó el ministro en unas declaraciones que fueron interpretadas
de inmediato como una amenaza de dimisión y como un desafío
al propio presidente Vladimir Putin.
Las declaraciones de Sergueyev pusieron de manifiesto la profunda división
que existe dentro la cúpula militar de Rusia. La ira del titular
de Defensa ha sido provocada por Anatoli Kvashnin, jefe del Estado Mayor
General, ambicioso oficial proveniente del Ejército de Tierra que
aspira al control de todas las cuerpos de las Fuerzas Armadas de Rusia
y a reemplazar a Sergueyev como ministro. Sergueyev, en cambio, proviene
de las FEN y considera que mantener la independencia de este cuerpo castrense
es algo vital para la seguridad de Rusia.
La reorganización de las FEN que se propone actualmente es en
igual medida una imbecilidad criminal y un atentado contra los intereses
nacionales de Rusia, según Sergueyev. Las FEN, opina el ministro,
son la base de la defensa de Rusia contra un ataque nuclear y no pueden
ser relegadas a un segundo plano. Además, constituyen
el fundamento de la doctrina militar recientemente aprobada y si se
destruye las FEN, se destruye la doctrina militar, manifestó.
¿Qué intereses está defendiendo el Estado Mayor,
que se supone es el cerebro de las Fuerzas Armadas?, se preguntó
Sergueyev, para responder que los planes propuestos por éste son
precisamente los que EE.UU. quieren realizar en el tratado START-III de
reducción de armas nucleares. Este es un asunto que atañe
no sólo a los militares. Se trata de una cuestión nacional,
dijo, y denunció que los ataques del Estado Mayor contra
las FEN se basan en animadversiones personales. Es indigno
que un oficial ruso las lleve a ese nivel, señaló
Sergueyev.
Las airadas declaraciones del mariscal se produjeron pocas horas después
de que el general Vladimir Yakovlev, comandante de las Fuerzas Estratégicas
Nucleares, advirtiera que la reforma propugnada por el Estado Mayor puede
convertir a Rusia en una potencia de segunda fila.
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