Por Adrián De Benedictis
Con el título asegurado hace una semana, River continuó ayer con los festejos por la obtención del torneo Clausura. El campeón finalizó el certamen con un empate en dos tantos ante San Lorenzo, y ahora aprovechará algunos días para disfrutar de tanta alegría. En la tarde de ayer, el equipo conducido por Américo Gallego estuvo muy cerca de conseguir los dos objetivos que el entrenador pretendía para este encuentro: terminar como el equipo más goleador (lo logró) y con la valla menos vencida (no pudo).
Una vez más, River demostró que posee una gran contundencia en el momento de convertir. En el instante que San Lorenzo era el claro dominador del juego, River se puso en ventaja a través de Berizzo. Antes, el conjunto de Oscar Ruggeri había tenido tres chances para abrir el marcador: primero Romagnoli tiró un centro para la entrada de Romeo, pero Sessa se anticipó bien al delantero, después el propio Romagnoli probó de media distancia y la pelota se fue cerca del palo izquierdo, y en la última, el arquero le ganó muy bien un mano a mano a Romeo.
Cuando se encontraba en desventaja, San Lorenzo siguió teniendo la iniciativa y presionó a River en su campo. Pero cuando todos imaginaban que el empate llegaría rápidamente, Víctor Zapata marcó el segundo con un rápido contragolpe: el volante definió con un zurdazo abajo entrando por el medio, luego de llevársela entre algunos rebotes con defensores rivales.
La pequeña ilusión de San Lorenzo comenzó a tomar forma en el final de la primera etapa. Precisamente, en el minuto 45, Romeo descontó con un toque en la puerta del arco, luego de aprovechar un rebote en el travesaño de un córner de Moreno.
A esa altura, todo hacía suponer que el segundo tiempo estaría de más. Pero sólo San Lorenzo fue el que creyó en el empate. Y así sucedió. A los 33 minutos de la segunda parte, el juvenil Santana puso el resultado final con un zurdazo cruzado ingresando por la derecha. Pero aquél gol no le importó a los hinchas de River, que ya comenzaban a vivir su propia fiesta en las tribunas.
Mientras, River comenzó a diseñar el plantel para la próxima temporada. Y en el frío de la tarde se pudieron escuchar algunos nombres de las posibles incorporaciones. Uno que tendría posibilidades de arribar es Gustavo Zapata (San Lorenzo). El vicepresidente de River, Alfredo Davicce, dialogó con el representante del jugador, Ricardo Schlieper, y habrían acordado que si queda libre del club de Bajo Flores se sumaría al equipo de Gallego. Inclusive, ganaría una prima de 250 mil dólares anuales. El pase que será anunciado esta semana será el del arquero Darío Sala (Los Andes), ya que Sessa jugó ayer su último partido en River. Pero además, los dirigentes de River intentarán conseguir al delantero de Huracán Gastón Casas. En principio, ya le habrían ofrecido a cambio a la institución de Parque Patricios a los jugadores Cristian Castillo y Sebastián Rambert.
En menos de dos semanas, River iniciará un nuevo camino que lo haga desembocar en el éxito y la felicidad. Y así como ya consiguió el título número 29 en su historia, querrá ponerle cifras redondas a sus envidiables pergaminos.
Fiesta con medallas, gallinas y fuegos
Luego de los frustrados festejos en el estadio de Vélez, el campeón vivió ayer su merecida celebración. Antes del inicio del encuentro, los jugadores aparecieron en el campo para recibir las medallas correspondientes sobre un escenario montado a metros del banco de suplentes local. El jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Enrique Olivera, y su sucesor electo, Aníbal Ibarra, distinguieron a cada uno de los futbolistas, y también les entregaron un trofeo que los distinguió como el mejor equipo porteño. Pero el reconocimiento también fue para algunos ex jugadores, como Hernán Crespo, Ariel Ortega, Juan Pablo Sorín y Germán Burgos. Los integrantes de la Selección Argentina recibieron una plaqueta de parte de la institución de Núñez.
Más tarde, los jugadores dieron la vuelta olímpica juntos a sus familiares (foto). En ese momento, en el campo de juego lucían una gallina inflable con los colores de River y otro �personaje� aportado por la marca de cerveza que lo auspicia.
Faltaba el cierre final. A puro color. Cuando el empate ante San Lorenzo ya había quedado en el olvido, comenzaron a lanzar fuegos artificiales que se encontraban detrás de ambos arcos. Además, también se podía ver el número 29 y el escudo del club envueltos con luces de color. Para ese momento, los jugadores volvieron a emprender una nueva vuelta para despedirse de todos sus hinchas. Durante el entretiempo los socios de River tuvieron la chance de ganarse un auto mediante un sorteo. El cero kilómetro fue aportado por una tarjeta de crédito.
Una de las ideas que tenían los dirigentes de River para el partido de ayer no llegó a concretarse. Los directivos hablaron en la semana con diferentes empresas gastronómicas para que en el momento del partido se puedan repartir 15 porciones de ñoquis, con motivo de la cantidad de títulos que lleva ganados el club. |
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