Por Pablo X. de Sandoval
Desde Madrid
La tradicional lucha en las boleterías del verano boreal suele estar en manos de superproducciones de Hollywood. Y este año, las historias de acción y testosterona tendrán que competir con Chicken Run: evasión en la granja, una película artesanal, de modesto planteamiento y resultado espectacular, que ya se llevó buena parte de las preferencias en Estados Unidos. Al encontrarse con esta película, no hay que perder la oportunidad de hacer un ejercicio mental: imaginar que el campo de prisioneros alemán de La gran evasión es una granja avícola familiar y que los aguerridos Steve McQueen, James Coburn, Charles Bronson y Richard Attenborough son un grupo de gordas y hermosas gallinas de plastilina. Con tal planteo, los multipremiados Nick Park y Peter Lord, los niños prodigio de la factoría de animación Aardman, creadores de Wallace & Gromit, realizaron su primer largometraje, que está causando furor en Estados Unidos.
La película cuenta la historia de un grupo de gallinas presas en una granja, que tratan de escapar de la constante angustia de cumplir con su cuota de huevos diaria o servir de caldo para la terrible señora Tweedy. Para ello idean un descabellado plan de escape en masa. Consultado sobre la posibilidad de que los chicos no vuelvan a comer pollo después de ver el film, Lord sostiene con una sonrisa que �es curioso, porque no pretendimos que fuera una película política, pero en la práctica, los niños volverán a casa y no creo que les guste comer enseguida pollo�. El homenaje al clásico bélico de John Sturges está en el concepto original, pero los guionistas se preocuparon de integrar otras múltiples referencias. En el apartado de voces, en su versión original cuenta con el reclamo comercial de Mel Gibson en el papel de Rocky, un gallo americano que saca de quicio a unas protagonistas condenadamente inglesas. Los responsables de esta creación recibieron el Oscar al mejor corto de animación en tres ocasiones, dos por sendos cortos protagonizados por los personajes Wallace & Gromit: un soltero inventor inglés, cliché de la clase media, y su astuto perro aventurero. En todos estos trabajos hay un denominador común: la exquisita técnica de animación sobre personajes físicos, que dota a los personajes Aardman de una profundidad capaz de dejar ver los sentimientos en medio de las situaciones más cómicas. En esta ocasión, el trabajo lo llevaron a cabo 40 animadores repartidos en dos equipos, cuyo objetivo era sacar dos o tres segundos de acción tras un día entero de trabajo. Las técnicas de animación sobre plastilina apenas han variado desde sus comienzos. En total, si cada segundo se ven 24 fotogramas y por cada uno de ellos hay que variar mínimamente la postura de los personajes que aparecen en pantalla para dar sensación de movimiento, los 82 minutos de película se componen de 118.080 instantáneas trabajadas una a una.
En el éxito de Evasión en la granja tuvo también mucho que ver la mano de Jerry Katzenberg, responsable de éxitos como El Rey León (con Disney) y uno de los pilares de Dreamworks, la productora de Steven Spielberg. El rey Midas de la producción de animación en Hollywood es, como productor ejecutivo, el verdadero artífice del salto al gran presupuesto de la plastilina. Sin embargo, la frescura de los personajes Aardman permanece intacta, lo que indica que Park y Lord tuvieron manos libres para hacer una auténtica película Aardman con el dinero de Dreamworks. �Nuestro film es más sobre personas que sobre pollos�, concluyen los directores. Mientras tanto, y previsiblemebnte, en la industria avícola llueven las quejas: �En Gran Bretaña hubo una reacción curiosa: leí en la prensa que alguien había ido a rescatar a 500 pollos de una granja y dijo que suacción estaba inspirada en nuestra película�, sostiene Park, divertido con el asunto.
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