Por Mariana Enríquez
 En los primeros días de diciembre de 1980, un joven llamado Mark Chapman llegó a Nueva York con una pistola calibre 38 y con la idea de asesinar a John Lennon. El 8 de ese mes, Chapman logró matar al ídolo de 5 disparos, en la puerta del tenebroso edificio Dakota. Cuando la policía lo encontró, el asesino sólo llevaba en sus bolsillos un libro: El Cazador Oculto, de J. D. Salinger. Los motivos de Chapman para matar a Lennon nunca quedaron demasiado claros, pero se sabe que estaban relacionados con ese libro. Y son esos motivos los que trata de dilucidar el documental �El hombre que mató a John Lennon� que la señal People & Arts estrena este sábado a las 21.
Mediante entrevistas a las personas que los conocieron, a especialistas forenses y periodistas, y mediante la declaración policial del propio Chapman, que puede escucharse en off casi en su totalidad a modo de narrador de la historia, el documental reconstruye la cadena de acontecimientos que culminaron en el crimen. Comienza con la adolescencia de Chapman, un joven rebelde de Atlanta que, cuando tenía 17 años, se volcó al cristianismo y se enroló en varios proyectos benéficos, todos relacionados con el cuidado de chicos. Así aparecen sus jefes en los diversos campamentos en los que trabajó (uno de ellos para niños vietnamitas refugiados) que ofrecen siempre la misma versión de Chapman: era un adolescente encantador, trabajador, generoso. Pero que a fines de los �70 había empezado a deprimirse. Y fue entonces cuando dejó su trabajo, hizo las valijas y se trasladó a Hawai. La paradisíaca isla no fue un oasis para la tortura de Chapman: seis meses después de su llegada, intentó suicidarse conectando el caño de escape de su auto a una manguera. Pero alguien lo salvó de la asfixia. Poco después, mientras trabajaba en un hospital de la isla, se puso una meta: leer todos los libros de la biblioteca pública. Fue entonces cuando se reencontró con su libro fetiche, El Cazador Oculto, de Salinger.
El propio Chapman explica en su declaración los motivos de su fascinación con el libro. Que no era sólo literaria: Chapman se había identificado tanto con Holden Caulfield que creía ser una suerte de reencarnación del personaje de ficción. �Holden quiere un mundo lleno de niños, porque los niños son la inocencia. Quiere atraparlos, mantenerlos, no dejar que caigan por el precipicio, que es la adultez, no quiere que se conviertan en hipócritas. Pero el caso es que Holden cae al precipicio, y yo sentía que si caía, jamás iba a tocar fondo. Nunca podría ser adulto.� En El Cazador Oculto, Holden es un adolescente desesperado por la hipocresía de los adultos, embarcado en una cruzada contra la falsedad. Chapman había hecho suya esa cruzada. Y su ejemplo de falsedad e hipocresía era John Lennon. Otro de los entrevistados en el documental es Lawrence Shames, un periodista que a fines de los �70 se dedicó a investigar el paradero de Lennon, que en ese momento se había recluido del mundo, sin grabar, sin aparecer en público. Lo encontró, y escribió una nota para la revista Esquire donde daba su punto de vista acerca de la estrella: se había convertido en un cuarentón millonario, que miraba mucha TV, que ya no hacía cosas controvertidas, y que ya no escribía música. Ese artículo estaba en la mente de Chapman cuando eligió a Lennon como víctima. �Me sentí destrozado cuando supe eso�, dice Shames en el documental, �nunca creí que una figura tan grande podría ser afectada por un artículo mío�.
Es aquí donde la hipótesis de los documentalistas cobra fuerza: para ellos, y eso tratan de demostrar con la evidencia de las declaraciones de Chapman, el asesino vio a Lennon como una persona que había perdido la inocencia, que había caído por el precipicio y se había convertido en una adulto hipócrita, malvado y explotador. Y al ser Lennon un icono cultural y uno de los hombres más famosos del mundo, su mensaje (o el de Holden,por lo menos en la mente de Chapman) iba a ser escuchado. Aunque para el asesino las cosas no están tan claras. �No sé por qué lo elegí a él, realmente�, se le escucha decir a Chapman. �Supongo que estaba harto de todo y pensé, si mato a este tipo, todo habrá terminado para mí. Holden quería morir. En un punto del libro, Holden es capaz de matar. Sólo pueden entenderme si entienden el libro. Si lo leyeron, entenderán por qué lo hice.�
EL 4 DE DICIEMBRE PODRIA SALIR LIBRE
�No liberen a Mark Chapman�
Faltando menos de seis meses para que se cumplan veinte años del asesinato de John Lennon, la inminente salida de cárcel de Mark Chapman provoca diversas �y extremas� reacciones. En principio, debe decirse que uno de los magnicidas más famosos de la historia de la humanidad sería liberado el 4 de diciembre de este año (o sea, cuatro días antes del aniversario), en concordancia con el cumplimiento del mínimo de la pena establecida por el cargo de �asesinato en segundo grado�, es decir 20 años. Chapman pasó buena parte de ese tiempo en la prisión de máxima seguridad Attica State Prison y desde allí ha concedido algunas pocas entrevistas (ver nota central), en las que intentó explicar o más bien justificar su acción. �No estaba matando una persona real. Maté una imagen. Maté la funda de un disco. Maté una imagen�, dijo en su primer declaración, en diciembre de 1992, a la cadena de televisión ABC. Ahora, frente a la concreta posibilidad de su liberación, se ha generado un fuerte movimiento de resistencia a la decisión, que pasó a los hechos en el medio global de estos tiempos. En la página de Internet de la John Lennon Society se puede encontrar una petición en contra de la salida de Chapman. �El saldrá en libertad en diciembre de este año, y nos sentimos comprometidos a mantenerlo en la cárcel, que es donde pertenece. Si tenés la misma opinión, por favor firmá...�, reza el texto que introduce al formulario. Por otra parte, en la página de The New York State Division of Parole, aparece publicada la dirección de Chapman, �invitando� a escribirle (Chapman Mark D. 81 A3860 Box 149, Attica Fac. Attica NY 14011). El texto que introduce a la citada información finaliza con una contundente exigencia: �No liberen a Mark David Chapman�.
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