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PESIMISMO EMPRESARIO SOBRE LAS PERSPECTIVAS DEL EMPLEO
El clima continúa muy frío 

Una encuesta revela que industriales y comerciantes no prevén cambios en el actual deprimido panorama laboral. 

Flamarique, ministro de Trabajo, preocupado por la desocupación.
El único sector levemente optimista es el de servicios.


Por David Cufré

t.gif (862 bytes) Lejos de compartir el pronóstico oficial de recuperación del empleo en el segundo semestre, los empresarios de la producción y el comercio prevén un panorama igual o peor al actual. Una encuesta de la Universidad de Ciencias Empresariales (UCES) entre 164 compañías y la consulta de Página/12 a economistas y dirigentes de cámaras empresarias llegan a la misma conclusión: aún no es claro que haya comenzado la reactivación y menos evidente es que vaya a mejorar la situación ocupacional. En la construcción, sector donde se destruyeron 234 mil empleos en el último año, consideran que la demora en la realización de obras públicas y la continuidad del clima recesivo tornan imposible un cambio de tendencia en el mercado laboral en el corto plazo. Lo mismo sucede en la industria y en el comercio. El único sector levemente más optimista es el de servicios, pero no alcanza a compensar el desánimo generalizado.
Durante el actual semestre, el 15,2 por ciento de las empresas de Capital Federal y el conurbano bonaerense consultadas por UCES proyecta una disminución de su dotación de personal. El 70,1 por ciento no prevé cambios. Y el 14 por ciento estima que contratará nuevo personal. La encuesta, representativa de los sectores industrial, comercial y de servicios, fue respondida por los presidentes de 164 compañías. En cuanto a la situación económica en general, un 48,2 por ciento sostuvo que el segundo semestre será similar al primero, mientras que el 28 por ciento dijo que empeorará y sólo un 23,8 se mostró optimista.
Página/12 dialogó con empresarios de distintos rubros para conocer el porqué de esa perspectiva. �Estos niveles de desempleo están vinculados con la recesión. Eso es innegable, aunque el Gobierno lo atribuya a la caída de contratados del Plan Trabajar�, comentó un hombre de la industria. Las actividades fabriles vinculadas con el mercado interno siguen deprimidas, desde leche hasta metal-mecánica, pasando por máquinas y herramientas, maquinaria agrícola, cigarrillos, electrodomésticos, calzados, textiles, cemento y materiales para la construcción. Todos estos rubros son mano de obra intensivos, y su caída explica la baja o nula generación de puestos de trabajo del sector fabril e incluso su destrucción.
Las actividades industriales que logran esquivar el frío interno son las que encabezan el aumento de las exportaciones, pero su característica saliente es que son de capital intensivas y, por lo tanto, su buen desempeño no se traduce en mayores empleos. �La condición básica para que la industria empiece a generar trabajo es que la economía crezca. Lamentablemente, más allá de algunos indicadores, los sectores productivos continúan en recesión. Y nada indica que la situación vaya a revertirse antes de fin de año�, sostuvo otro empresario. �Pero además de crecer �continuó� es determinante el perfil que adopte la reactivación. Durante la primera parte de los �90 la economía creció con fuerza, pero una gran cantidad de rubros fabriles dependientes del mercado interno sufrieron una fuerte caída. Si eso se repite, la industria no cambiará el panorama en el mercado laboral�, concluyó.
La construcción explica buena parte del aumento del desempleo al 15,4 por ciento. Su caída se debe a que �en lo que va del año son insignificantes las licitaciones de obras públicas, tanto de la Nación como de las provincias. Además, Vialidad tiene una deuda con empresas del sector superior a 100 millones de pesos, de trabajos realizados el año pasado que nunca se cobraron�, aseguró un empresario de esta actividad. �Los bancos ofrecen créditos hipotecarios, pero la preocupación de la gente hace que sean pocas las colocaciones�, agregó.

 


 

UNILEVER CERRO UNA DE SUS PLANTAS 
Helados Kibon a Brasil

La firma anglo-holandesa Unilever anunció el cierre de su planta de elaboración de helados Kibon de la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez y su traslado a Brasil. Así, la estrategia de integración y concentración de la producción de las grandes multinacionales atraviesa, en detrimento de la industria local y al amparo de las condiciones del Mercosur, otro capítulo que sumará 300 nuevos desocupados directos al cinturón industrial del Gran Rosario, una de las zonas con mayor desempleo del país, con 18,5 por ciento.
Según informaron fuentes de Unilever, la estrategia de concentrar su producción industrial en Brasil fue decidida por su casa matriz hace más de cinco meses y forma parte de un plan mundial. Este argumento es el unánimemente brindado por todas las firmas que decidieron trasladar plantas y procesos a Brasil, que prefieren no abundar en el irritativo tema de la diferencia de costos de producción. En cuanto a los 300 operarios que perderán sus puestos de trabajo la multinacional alimenticia sostuvo que pagará las correspondientes indemnizaciones �con beneficios especiales�.
A partir de ahora, los helados Kibon se seguirán fabricando en las ya existentes plantas brasileñas de San Pablo y Río de Janeiro, desde donde se abastecerá al mercado local.
La historia de concentración de la producción de helados se dio primero en el mercado local. Unilever había adquirido en 1997 la planta de Gobernador Gálvez a la Philip Morris. A su vez, la multinacional estadounidense había adquirido la empresa rosarina La Montevideana, hasta entonces una de las líderes del mercado argentino de helados industriales.


¿Por qué no se generan empleos?

Mercedes Marcó del Pont, directora de FIDE
�La culpa es del 1 a 1�

�Desde el punto de vista estructural, el elevado nivel de desempleo es inherente al funcionamiento de la Convertibilidad. La culpa es del 1 a 1. Por un lado, el modelo cambiario promueve la valorización financiera. Por otro, ha orientado la inversión hacia la producción primaria, por ejemplo en petróleo y gas, sectores de baja elasticidad en el crecimiento del empleo. Paralelamente, tras dos años continuos de recesión, se revirtió la creación de trabajos precarios en el sector comercial, que durante algún tiempo había compensado la expulsión de trabajadores de la industria. Pero el Gobierno no puede sorprenderse por los actuales índices. Desde su asunción sólo tomó medidas procíclicas. El impuestazo y el recorte de salarios significaron una fuerte caída del ingreso disponible, lo que se tradujo en la baja del consumo. Además, redujo a menos de la mitad los programas oficiales, como el Plan Trabajar, en aras del ajuste fiscal.�

Daniel Funes de Rioja, asesor de la UIA
�Una recesión de dos años�

�Las causas del desempleo son por factores de carácter general y consideraciones de tipo puntual. Entre las primeras, debe destacarse la reestructuración del sector público, la reconversión tecnológica del sector privado, la modificación de la edad jubilatoria al elevarla a 65 años, la incorporación de jóvenes y mujeres al mercado de trabajo, así como la falta de definición durante la última década de una política laboral clara que propiciara la modernización de las relaciones laborales. Si en lo inmediato sumamos el persistente cuadro recesivo que lleva prácticamente dos años, está claro que lamentablemente los índices actuales eran esperables. Para revertir la tendencia, hace falta una clara política que incentive la inversión y el crecimiento para que haya más empresas y más empleo, con un claro sesgo que promueva la creación de puestos de trabajo en los sectores pyme así como en las economías regionales.�

 

 

opinion
Por James Neilson

El poder ficticio

No es fácil estar en el poder en medio de una larga recesión: aun cuando fuera �heredada�, la gente no tarda en atribuirla a la inoperancia de sus gobernantes actuales, tal como en efecto ha sucedido en la Argentina. Pero aunque todos los gobiernos del mundo se autofeliciten si las cosas van bien y culpan a sus enemigos si se pudren, su capacidad para modificar la marcha de la economía es limitada. Para Bill Clinton, el gran auge que se inició a comienzos de su gestión resultó una grata sorpresa: si tiene un padre presidencial, éste sería George Bush senior, pero hace ocho años tampoco él pudo prever que Estados Unidos pronto disfrutaría de un boom que rompería todos los records. En Europa ocurre lo mismo: franceses, alemanes, británicos e italianos saben que un gobierno resueltamente malo estaría en condiciones de provocar un desastre pero que más allá de cierto punto no hay mucho que incluso los mejores estén en condiciones de hacer.
Pero, claro está, ningún gobierno quiere confesar su impotencia. Por colosales que sean los �costos políticos� de ser considerados directamente responsables de una recesión prolongada o de una tasa altísima de desocupación, serán menores de los que tendrían que abonar si admitieran que lo único que les es dado hacer es cruzar los dedos y rezar a que algo o alguien �¿la informática? ¿Alan Greenspan?� los rescate cuanto antes. La Alianza, pues, continuará hablando de planes de empleo a sabiendas de que su incidencia en la vida real será escasa: a lo sumo, los simposios celebrados para discutir el problema generarán un poco de trabajo. En este sentido el ejemplo español es elocuente: a pesar de recibir la ayuda del resto de Europa, los gobiernos españoles, primero el socialista y después el conservador, tuvieron que esperar un par de décadas para que la tasa de desempleo bajara del más del 25 por ciento de los momentos más crueles al 14,1 por ciento de hoy del cual se jacta José María Aznar.
¿Qué nos enseña esta triste historia? Que convendría que los gobiernos se dedicaran preferentemente a lo que pueden hacer, es decir, formar redes asistencialistas, mejorar la educación pública, emprender obras públicas obviamente necesarias, intentar actualizar la Justicia para que aquí haya al menos un mínimo de �seguridad jurídica�. En una época irremediablemente �liberal� los empresarios son los protagonistas y lo demás es meramente retórica que sólo sirve para que la gente no plantee preguntas engorrosas sobre los privilegios excesivos que los políticos se han conferido so pretexto de que son los responsables de manejar virtualmente todo.

 

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