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CAMP DAVID SIGUE HASTA EL DOMINGO
Sentencia suspendida

En una decisión de último momento, las delegaciones israelí y palestina decidieron permanecer en Camp David. Pero los israelíes dicen que su paciencia se acabará el domingo.

Jerusalén constituye la principal disputa en Camp David. 


t.gif (862 bytes) No murió. Ayer los objetivos de la cumbre de paz de Camp David se redujeron del éxito a la mera supervivencia. El principal logro que el presidente norteamericano Bill Clinton pudo presentar era que las comitivas israelí y palestina habían acordado seguir negociando. Era un día marcado por la partida del presidente hacia una cumbre del G-8 (los siete países más industrializados y Rusia) en Okinawa. El premier israelí Ehud Barak, hastiado según sus colaboradores por la intransigencia del palestino Yasser Arafat sobre Jerusalén, ya se había preparado para irse en la mañana de ayer. Los palestinos hicieron lo mismo. A último momento, según el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart, todos decidieron quedarse e intentar llegar a un acuerdo. Pero no es más que una prórroga. Fuentes de la comitiva israelí exigieron ayer que Arafat diera una respuesta concreta al tema de Jerusalén. Si no lo hacía antes de que Clinton regresara a Camp David el domingo, la cumbre terminaría. Esta vez en serio. 
�Tras una ronda de intensas consultas esta noche, las partes acordaron permanecer en Camp David mientras yo viajo a Okinawa para la cumbre del G8.� Pocos hubieran apostado que éstas serían las palabras ayer de Bill Clinton cuando reveló a los medios el futuro de la cumbre. Había necesitado de todos sus poderes de persuasión para convencer a las partes de permanecer en Camp David. Y, según el melodramático relato de Joe Lockhart, el cambio de parecer ocurrió a último momento: �El equipaje estaba cargado. La comitiva estaba formada delante del chalet del presidente. Todo el mundo se había puesto el traje y la corbata, excepto yo. En el momento de subirse a los autos nos dimos cuenta de que todavía había buenas razones para quedarse y negociar�. Para Clinton, la partida sólo fue demorada, dado que se mantuvo fiel a su intención de partir para Okinawa. Su sustituto es la secretaria de Estado Madeleine Albright. Le esperan días difíciles. 
El tema de Jerusalén es desde hace tiempo el centro de las discusiones. Los israelíes presentaron lo que para ellos era una propuesta bastante generosa, que incluía el control compartido de los barrios de población palestina. Pero la ciudad seguiría siendo la capital �única e indivisible� del Estado israelí. Eso resultó inaceptable para Arafat, quien quiere que Jerusalén Oriental sea la capital de su Estado Nacional Palestino. Su respuesta fue el silencio, y se rehusó a contestar la propuesta israelí. El miércoles este diferendo estuvo cerca de arruinar la cumbre. Ayer los israelíes subrayaron que su paciencia se estaba acabando. �Esta es la propuesta y no hay otra; Arafat no respondió aún, y si no lo hace antes del domingo volveremos a casa.� En una carta a su gabinete difundida ayer por la radio israelí, el propio Barak señalaba amenazador que �las razones que motivaron mi decisión de abandonar Camp David siguen siendo válidas; sólo decidí quedarme por aprecio a los inmensos esfuerzos del presidente Bill Clinton, quien me pidió esperar hasta el domingo�. 
La intransigencia mutua podría deberse a que la retaguardia de ambas partes es cada vez más hostil a un compromiso. En Israel, el líder del partido derechista Likud detectó una oportunidad con las concesiones de Barak sobre Jerusalén: �Arafat es mejor que los miembros de la delegación israelí dirigida por Ehud Barak, quien no ha dejado de hacer dolorosas concesiones�. Por su parte, el grupo integrista islámico Hamas prometió que su organización y �todo el pueblo palestino� rechazarán �cualquier acuerdo en Camp David�. No obstante las consecuencias del fracaso, ambas delegaciones se mostraron pesimistas ayer. Un delegado israelí resumió desalentado que �no sé si las conversaciones continuarán hasta que Clinton regrese. Lo cierto es que es muy difícil que se logre el acuerdo�.


Claves

Ayer la cumbre de paz entre israelíes y palestinos estuvo a punto de terminar en un fracaso. Fue sólo a último momento que las comitivas acordaron quedarse. El principal problema sigue siendo Jerusalén. 
El presidente norteamericano, Bill Clinton, partió ayer hacia Okinawa, donde se celebrará una cumbre del G-8. Volverá el domingo.
Su retorno fue presentado por los israelíes como fecha límite: si los palestinos no contestaban para entonces a la oferta de un control municipal compartido de los barrios palestinos en Jerusalén, la delegación del premier Ehud Barak �volverá a casa�. Pero los palestinos siguen exigiendo que Jerusalén Oriental se transforme en la capital de su Estado Nacional.

 

 

QUIEREN QUE LA CIUDAD ANTIGUA NO SE DIVIDA
Los cristianos añaden un problema

El País de Madrid
Por Ferrán Sales
Desde Jerusalén

La Ciudadela de Dios es indivisible. Los tres patriarcas cristianos �católico, griego ortodoxo y armenio� de la ciudad antigua de Jerusalén se han incorporado a la batalla por la Ciudad Santa, a través de una carta dirigida al presidente norteamericano, Bill Clinton, en la que reivindican la unidad del lugar, desautorizando así a las supuestas negociaciones de Camp David, según las cuales Yasser Arafat y Ehud Barak estarían repartiéndose los cuatro barrios de un recinto sagrado e histórico.
�Hay que respetar la naturaleza de la ciudad antigua de Jerusalén, que es la Capital de Dios, y por tanto indivisible�, afirmaba el jueves el obispo auxiliar católico de la Ciudad Santa, Kamel Batish, en una defensa obcecada de la indivisibilidad de esta ciudadela, configurada por más de 100 callejuelas, un millar de pequeños comercios y alrededor de 15.000 vecinos �no hay censos fiables�, de los que dos tercios podrían ser musulmanes y el resto a partes prácticamente iguales: judíos, cristianos y armenios. Ello sin contar los filipinos, tailandeses, rumanos o colombianos que desde hace un tiempo han encontrado refugio en este vericueto urbano, tras haber perdido el estatuto de peregrinos para convertirse en �ilegales�.
Las afirmaciones categóricas del obispo auxiliar Batish, mano derecha del combativo patriarca Michel Sabbah, son sobre todo un intento desesperado por descalificar las maniobras negociadoras de Camp David, según las cuales palestinos e israelíes estarían ya repartiéndose los cuatro barrios de la ciudad antigua �barrio armenio y judío para Israel y musulmán y cristiano para el Estado Palestino� en un esfuerzo por buscar una salida al conflicto de la ciudad de Jerusalén en su totalidad, que ambas partes reivindican como capital.
�Nosotros no queremos mezclarnos en una batalla política. Esta no es nuestra misión. Lo único que defendemos es una posición religiosa. Intentamos preservar la unidad de la ciudad antigua como símbolo de la paz y de la reconciliación de dos pueblos y tres religiones, garantizando además la libertad de paso y de culto�, insiste el portavoz del Patriarcado Católico, propugnando así una especie de ósmosis espiritual entre el Muro de los Lamentos, el Santo Sepulcro y las mezquitas de Al Aqsa y Omar.
En opinión del arzobispo auxiliar, es vergonzoso e inaceptable que las autoridades israelíes hayan convertido a la ciudad antigua en un bastión inexpugnable y de imposible acceso para una gran parte de la comunidad musulmana de Cisjordania o Gaza, o incluso para los vecinos que viven en sus poblaciones circundantes y que nunca han podido ir a las mezquitas a orar, aunque reconoce que con el nuevo ministro de la Seguridad Interior, Slomo Ben Ami, las �cosas han mejorado�.
El Patriarcado Católico, el más combativo del triunvirato, no quiere que todo esto se quede en papel mojado y ha encabezado una iniciativa, trasmitida por ahora en forma de carta a Bill Clinton, en la que se propone al presidente de Estados Unidos que los representantes de las tres congregaciones, junto con los franciscanos de la Custodia de la Santa Tierra, puedan viajar a Camp David y exponer personal y directamente su postura.
Los tres patriarcas aseguran que la única fórmula con la que se puede garantizar la unidad y la libertad de acceso de la ciudadela es dotándola de un estatuto especial, con protecciones internacionales. La fórmula no es nueva, ya que fue planteada el pasado mes de febrero por el Vaticano y la Organización para la Liberación de Palestina en un controvertidodocumento, firmado por Juan Pablo II y Yasser Arafat que provocó la irritación de los israelíes, que formalmente controlan toda la ciudad desde su conquista en 1967.

 

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