No sólo aumenta el desempleo, sino que además las empresas le recortan las horas extra a sus empleados. El comportamiento laboral en el sector privado revelaba todavía síntomas de recesión en el mes de junio y las expectativas empresarias consideraban que habrá pocos cambios en el futuro inmediato. Por otra parte, la encuesta de indicadores laborales que realiza el Ministerio de Trabajo de la Nación evidencia que no sólo en la construcción se retrajo el empleo en el último año: el sector servicios públicos (electricidad, gas y agua) en el Gran Buenos Aires y el comercio en el Gran Córdoba demuestran caídas en similar o mayor nivel en el último año al verificado en las obras de infraestructura.
De acuerdo con los indicadores oficiales, el empleo privado se retrajo en el último en un 1,5 por ciento en el Gran Buenos Aires y el 0,7 por ciento en el Gran Córdoba, en tanto observó una mínima suba en el Gran Rosario (0,4 por ciento). En cambio, el signo de la evolución de las horas trabajadas �un indicador claro del nivel de actividad� es negativo en los tres casos, del orden del 6,1 por ciento en el centro urbano cordobés y del 5,9 por ciento en el área metropolitana bonaerense. 
El seguimiento mensual que realiza la Secretaría de Empleo, a cargo de Horacio Viqueira, evidencia que la utilización de horas trabajadas aceleró su caída desde principios de año. La reducción de la jornada laboral �vía recorte de horas extra� es la primera reacción empresaria cuando la demanda cae y debe ajustar sus niveles de producción. Corroborando el diagnóstico, la encuesta sobre expectativas empresarias señala que el 88,5 por ciento de los consultados en el Gran Buenos Aires no espera variaciones en sus planteles en lo inmediato, una proporción similar a la observada en el Gran Córdoba (88 por ciento) y apenas superior a la del Gran Rosario (83,2 por ciento). 
En el Gran Buenos Aires, el empleo privado viene descendiendo mes a mes desde diciembre, pero medido por tamaño de empresas se verifica que es entre las de menor dotación (de 10 a 49 ocupados) donde se produjo la mayor caída (3,8 por ciento). Por rama de actividad, en tanto, la principal baja en el nivel de empleo se registra en la construcción (11,7 por ciento), seguida de cerca por electricidad, gas y agua (8,6 por ciento). No hay registro de aumento sensible del empleo en ninguna de las ramas relevadas en la comparación interanual. Por otra parte, en junio las empresas que aplicaron suspensiones representaron el 4,5 por ciento del universo consultado, una proporción mayor a las verificadas en abril y mayo pero menor a la observada en los diez meses precedentes. 
La caída del empleo privado en el Gran Córdoba, siempre según la encuesta oficial, comenzó a manifestarse a partir de abril. Acompañando el deterioro de la ocupación, las horas mensuales trabajadas se ubicaron en un rango de 160 a 167, contra 170 a 180 horas que se trabajaban entre noviembre y marzo últimos. En esta provincia, se destaca la caída del empleo en comercio, restaurantes y hoteles (4 por ciento), mientras que crece en la industria manufacturera (1,9) y construcción (1,6). 

MENOR COSTO LABORAL O MAS DEMANDA
Las recetas divergentes

Por Claudio Scaletta

El confirmado 15,4 por ciento de desempleo abierto sirvió para que todos los sectores, cualquiera sea su ideología, confirmen sus previsiones. Mientras el Gobierno insiste en políticas de oferta para bajar el costo laboral y, a lo sumo, estudia la factibilidad de paliativos, desde los sindicatos volvió a reclamarse por el cambio del modelo, la redistribución del ingreso y el shock de demanda. Para los más ortodoxos, ya no tan lejos de las medidas oficiales, siempre es buena la oportunidad para reclamar la �profundización de las reformas�.
En diálogo con Página/12, Daniel Carbonetto, director del Centro de Estudios de la CGT disidente que lidera el camionero Hugo Moyano, explicó que las cifras oficiales de desempleo son parciales, pues no contemplan el �desempleo no abierto�, constituido por quienes ya no buscan trabajo y por los informales precarizados, un universo de difícil medición pero que el economista estimó en 3.800.000 trabajadores que, sumados a los 2.100.000 de desempleados abiertos, representan una cifra próxima al 50 por ciento de los 13 millones que integran la población económicamente activa.
Carbonetto propuso cuatro medidas: un subsidio de 350 pesos para un millón de jefes de hogar desocupados, liberar de IVA a los artículos que integren una canasta básica de 400 pesos y compensarlo con un aumento a los productos superfluos o superiores, jubilación mínima de 350 pesos y una recuperación progresiva del salario, �que implicaría un crecimiento anual del 7 por ciento y hará necesario acuerdos sectoriales para evitar que la reactivación vaya sólo a incrementar la tasa de ganancia�.
Desde la lógica del gobierno, concentrado en el ajuste fiscal y el �círculo virtuoso� de la baja en el riesgo país, estas medidas no dan lugar siquiera a la más remota posibilidad de diálogo. Consultado por Página/12, el asesor del Ministerio de Trabajo Ernesto Kritz evitó las definiciones pues �en este momento estamos discutiendo programas muy concretos que apuntarán a mejorar el nivel de empleo, su calidad y la protección social�, sintetizó
�¿Recién ahora lo están pensando? �preguntó este diario.
�Cuando se envió la reforma laboral al Congreso ya estaba definido el mal estado de la ocupación. Desde entonces se bajó el costo de la creación de nuevos empleos y se simplificaron las registraciones, no sólo para bajar costos sino para combatir el trabajo en negro.
�Hace mucho que se bajan costos laborales y sin embargo el desempleo persiste.
�Luego del efecto tequila teníamos un desempleo del 18 por ciento que, en dos años, bajó al 12. Esto quiere decir que el marco legal era el adecuado. Esto permite decir que lo que crea empleo es el crecimiento. Hoy un punto de crecimiento del PBI significa la creación de 85 mil puestos de trabajo.

PRINCIPAL