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ESTUDIAN LA ACTIVIDAD CEREBRAL DEL ENAMORADO
La ciencia del amor

Un prestigioso científico británico midió la actividad cerebral en el estado de enamoramiento. Descubrió qué áreas se activan y cuáles se desactivan en esos momentos. El debate de los investigadores sobre el amor.

Aleteo: �Cuando uno está muy enamorado, puede sentir una sensación de aleteo en el estómago: esto podría deberse a que se activa la ínsula medial�.


Por Pedro Lipcovich

t.gif (862 bytes) Cuando, como siempre, él le pida la prueba de amor, ella no vacilará un instante en acceder: le hará entrega del mapeo cerebral que, científicamente, demostrará su enamoramiento. La romántica escena podrá hacerse realidad si se confirma la línea de investigación iniciada por un prestigioso científico británico: tomó un grupo de personas enamoradas y, mostrándole a cada una la foto de su persona amada, midió la actividad en distintas áreas del cerebro hasta obtener un perfil del estado de enamoramiento. Otros especialistas, sin embargo, no acuerdan en que el amor tenga localizaciones cerebrales específicas, y es imposible saber si estas discrepancias conducirán a una ruptura o a una de esas deliciosas peleas y reconciliaciones a que nos tiene tan acostumbrados la ciencia. Lo importante es que, siguiendo el hilo de este debate, Página/12 pudo establecer, de una vez por todas y sólo para sus lectores, en qué consiste el verdadero amor.
La investigación fue llevada a cabo en la University College London por el profesor Semir Zeki y el estudiante de posgrado Andreas Bartels. Empezaron por buscar voluntarios que estuvieran �realmente, locamente enamorados�, según las palabras de los investigadores. Eligieron once mujeres y seis hombres de entre 20 y 30 años, in love desde hacía seis meses a un año. Les pidieron una fotografía de la persona amada. 
Durante el experimento, la actividad cerebral de los voluntarios se registraba mediante instrumentos que miden el flujo sanguíneo en las distintas regiones. Cuando los investigadores les presentaron la imagen de la persona amada, encontraron que el amor es un viaje de ida: �Un área de la región denominada �cíngulo anterior�, conocida por su respuesta ante las drogas euforizantes, tenía alta actividad�. También se activaron fuertemente �dos áreas del �ganglio basal� involucradas en el proceso de encontrar experiencias gratificantes y puede desempeñar un papel en la adicción�, según su informe. 
Bartels comentó: �Cuando uno está muy enamorado, puede sentir una sensación de aleteo en el estómago: bien, esto podría deberse a que, tal como verificamos, se activa la ínsula medial, región muy conectada con todas las áreas sensoriales del cerebro. Según Zeki, �los resultados muestran que hay un número limitado de áreas cerebrales que están expresamente involucradas en el estado de enamoramiento�.
Además, el amor también conduce a la reducción o aun a una suerte de �desconexión� de otras áreas cerebrales: �Se reduce la actividad en partes de la región cerebral llamada corteza poscíngulo, que normalmente se activa cuando la gente se siente triste; y otra región de la corteza prefrontal, conocida por su hiperactividad en pacientes deprimidos, se había desactivado en los sujetos de la experiencia�, según comunicaron los científicos británicos.
Sin embargo, científicos consultados por este diario se mostraron prudentes ante las conclusiones de la University of London. �El doctor Zeki es un investigador de primerísima línea, muy confiable y reconocido por su trabajo en integración de imágenes visuales �admitió Osvaldo Uchitel, profesor titular de Fisiología del Sistema Nervioso en la Facultad de Exactas de la UBA�. La localización de áreas específicas ante estímulos tan intensos como los del enamoramiento es muy interesante, pero no deja de ser factible que otros tipos de sensaciones fuertes puedan activar y desactivar las mismas zonas.
Jorge Medina �profesor en la Facultad de Medicina de la UBA e investigador del Conicet� observó que �la mayoría de la comunidad científica no acuerda en adjudicar a regiones específicas del cerebro funciones tan complejas como el enamoramiento o el razonamiento matemático�, y dio un ejemplo contundente: �Si una ratita de laboratorio efectúa un aprendizaje sencillo, como recorrer una pequeña trayectoria, que le demande sólo 15 segundos, la memoria de lo aprendido requiere porlo menos ocho estructuras cerebrales distintas para conservarse: imaginen la complejidad de estructuras que requiere un fenómeno complejo en el cerebro humano�.
Sí, pero si la ratita está enamorada, ¿le durará la memoria o nos olvidará?, se preguntan los ratones de Página/12. �La simple declaración de una persona, �yo estoy enamorado�, es un testimonio de valor relativo�, señala Enrique Segura, profesor de Biología del Comportamiento en la Facultad de Psicología de la UBA, refiriéndose a los sujetos del experimento de Londres, con respecto del cual destaca, �hay que ser muy precavido: el hecho de que determinadas estructuras se activen o desactiven no quiere decir que ésa sea la causa del comportamiento o el estado anímico, y en todo caso no da respuesta a las preguntas de toda la vida: ¿qué nos pasa cuando nos enamoramos? ¿Existe el amor?�.
Arribando así a los límites de la ciencia contemporánea, Página/12 consultó a un sabio en amores �quien, como suele suceder con estos especialistas, prefirió no revelar su identidad�: �El experimento es válido, pero algunos enamorados, quizá los de verdad �dijo el sabio�, no aceptarían participar en él ni en ningún otro en realidad. En el enamoramiento hay una especie de pudor, y si su amado/a le pide una foto para un experimento científico sobre el amor, desconfíe�.
En todo caso, muchos se preguntan por qué un profesor tan reconocido como el doctor Zeki se ha metido con un tema como el amor, y la respuesta es obvia: él mismo se enamoró. De ser así, procedió como cualquier enamorado: al buscar certeza sobre el amor del otro, anunció �en este caso, a la comunidad científica y al mundo� su propio amor.

 

 

Emocionarse trae cambios

�Cuando un adulto es sometido a emociones fuertes, su cerebro cambia -explica Jorge Medina, profesor de Fisiología en la Facultad de Medicina de la UBA e investigador del Conicet�. Es más, experimentos en animales muestran que, si se los somete a un nuevo ambiente, se les ofrecen juegos y nuevas estimulaciones, no sólo aparecen nuevas conexiones entre neuronas sino que además se produce neurogénesis, formación de nuevas neuronas en el cerebro�, algo que hasta hace pocos años no se creía posible. 
Según el científico, �en los últimos años hubo un avance enorme en correlacionar hechos de la conducta con actividades eléctricas y neuroquímicas del cerebro�, y las consecuencias podrían ser inmensas: �Conocer cómo el cerebro se modifica en función de situaciones ambientales permitirá elaborar, contra enfermedades mentales, medicamentos más racionales y eficaces que los actuales, en general limitados a bloquear sectores amplios�.
O bien, �tomemos el caso de la memoria: si alguien debe recordar algo que aprendió y se encuentra en una situación de alerta, con cierta producción de adrenalina, pero sin llegar al estrés, recordará mejor. En la medida en que se profundice en estas correlaciones, se podrán idear técnicas para entrenar mejor la memoria, no necesariamente con drogas sino con nuevos métodos de aprendizaje�, anticipa Medina.

 

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