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RAMON ORTEGA ESTUDIA UNA OFERTA DE MENEM 
Pienso, luego existo

El senador tucumano se encuentra en su campo de Luján analizando la posibilidad de dar pelea en la provincia de Buenos Aires en nombre del menemismo. Hubo insinuaciones para que se presente como candidato a un puesto legislativo en el 2001 por ese distrito, donde ya fijó domicilio. 
Buscan de esa manera quitar poder a la alianza estratégica que sellaron los bonaerenses Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf. 

Ramón Palito Ortega otra vez podría compartir un proyecto político con Carlos Menem.

Por Diego Schurman

 El último retiro se lo tomó en Israel, en medio de la campaña presidencial. Ramón Ortega quería que un rabino ocultista le adivinara su futuro político. Ahora se volvió a aislar. Está en un campo de Luján, estudiando seriamente una propuesta: la de convertirse en la pata fuerte del menemismo en la provincia de Buenos Aires. Ya le insinuaron que se presente como candidato a diputado o senador por el distrito en el 2001 para enfrentar la alianza estratégica que sellaron Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf.
Palito dio el puntapié inicial de la movida. Fue cuando se reencontró públicamente con Carlos Menem en un agasajo al cantante español Julio Iglesias.
A la foto, siguieron las palabras: 
�Menem tiene mucho para darle al partido.� 
�En una interna hoy por hoy le gana a Ruckauf.�
�Si yo me tengo que quedar con alguien me quedo con el Presidente.�
Ortega todavía no había hablado de su futuro con Menem, a quien insiste en llamar �presidente�. Eso lo dejó para unos días después, en los contactos que mantuvo con integrantes del kremlin menemista, como Carlos Corach y Alberto Kohan.
�La verdad, yo quiero seguir actuando en política �les dispensó cuando los diarios anunciaban su alejamiento momentáneo de la vida política.
Habló de ir por la misma senda que Menem con vistas al 2003. Pero sus interlocutores también le recordaron la primera escala de ese viaje: los comicios legislativos del 2001.
Fue entonces que Palito sinceró su estrategia. Está convencido de que un eventual éxito en sus proyectos artísticos podría representar un capital aún más importante para su futuro que su trascurrir en el Senado.
�Si yo quiero sumar, a lo mejor me conviene hacer una película de Rodrigo. Eso te garantiza que estés en boca de la gente �confesó sin ambages.
El mismo argumento había desplegado ante Eduardo Duhalde, cuando la relación entre ambos aún no estaba barranca abajo.
Palito, de todos modos, no dijo mucho más, y mantuvo en suspenso la respuesta que buscaban sus amigos menemistas. 

Sin chapa
En marzo, mientras festejaba su cumpleaños en el Club Banco Provincia de Vicente López, Ortega anunció su decisión de pelear junto a Duhalde en territorio bonaerense. La apuesta para el 2001 lo tenía a uno como candidato a diputado y al otro como postulante a senador.
Palito nunca sintonizó bien con Ruckauf, quien sin embargo compartió la mesa principal de esa noche. Aparentemente, Ortega quedó dolido al perder la oportunidad de ser el vicepresidente de Menem en 1995. �Siempre creyó que Ruckauf le arrebató el cargo�, dicen en su entorno.
Pero las diferencias se extendieron hacia Duhalde, con quien compartió lágrimas luego de la derrota del �99. �Cuestiones privadas. Hay algo que hizo cortocircuito�, fueron las palabras que más repitieron los hombres del senador. 
Se habló, incluso, de una supuesta decisión del ex gobernador de excluirlo de la lista de diputados nacionales.
�No hay que preocuparse tanto. Ortega es así. Mañana es capaz de dar un golpe de timón y volver a hablar mal de Menem �señaló a Página/12 un diputado muy allegado al tucumano.
�Pero eso tiene costos políticos. ¿No le parece ingenuo que se trate únicamente de un estado de ánimo?
�Yo, como todos, huelo que Menem le ofreció algo. Pero no descarto el otro componente. De hecho, cuando yo le pregunté qué le pasaba me dijo: �Yo no necesito vivir de la política. No necesito una chapa para seguir vigente. Por eso puede decir más cosas que vos�. 

Guerra fría 
A Menem se le iluminaron los ojos con la movida de Ortega. Ni la foto ni las adulaciones fueron casuales y eso lo admiten los propios orteguistas. Sucedieron, al fin, poco después de que Ruckauf pidiera un certificado de jubilación para el ex presidente. El gobernador fue el último en enterarse.
�¿Qué le pasa? �lo encrespó a Duhalde.
�Tranquilizate. Ramón es así �salió del apuro.
�¿Pero está loco? �insistió el gobernador.
�Tranquilizate. Yo le hablo �dijo sin poder dejar de sentirse el jamón del sandwich.
Menem imagina a Palito como una herramienta para desarrollar su guerra fría contra Ruckauf. Necesita sentar bases en un territorio que le es adverso. Sus hombres más reconocidos no son justamente destinatarios del voto popular. Tampoco personalidades como Roby Fernández o Fernando Galmarini le aseguran un triunfo. Y Alberto Pierri, con un poder licuado, parece estar destinado al ostracismo por un tiempo más.
Ortega, quizás más por sus hits que por su misión política, tiene ascendencia entre los bonaerenses. Está habilitado para competir, ya que fijó domicilio en la provincia. Y podría �arrancar� algunos hombres de las filas de Ruckauf. 
Sueña, por ejemplo, agitar la interna bonaerense logrando captar a Osvaldo Mércuri. El presidente del consejo del PJ provincial tiene estructura propia y ya dio su apoyo al proyecto Ruckauf 2003. Pero en el menemismo imaginan un fino trabajo de seducción a través del diputado Sergio Massa, cuñado de Galmarini y ligado a Mércuri.
�Todo lo que intente Menem en la provincia será para dañar al PJ. Otra cosa no puede hacer �relativiza en las filas del gobernador.
Los voceros menemistas están entusiasmados con Palito. Y esperan una respuesta para dentro de dos semanas, cuando Menem regrese de Estados Unidos, donde participará de la asamblea del Partido Republicano.
Menem, al fin, cree en Ortega para su proyecto presidencial. Pero Ortega también lo cree a Menem como un aliado para el suyo. Aunque más le cree al rabino ocultista, que el año pasado le dijo las palabras mágicas: �Vas a ser presidente�. 

 

 

Porque te quiero te apaleo

El amor entre Carlos Menem y Ramón Ortega tuvo un impasse de casi un año. Coincidió con el último tramo de la campaña presidencial de 1999. Estos son los principales hechos:
En 1998, Palito apareció en escena como el delfín del entonces presidente.
Menem lo nombró al frente de la Secretaría de Desarrollo Social para posicionarlo frente a Eduardo Duhalde, quien se promocionaba como el �candidato natural� del PJ.
Ya como precandidato a presidente, Ortega comenzó a quejarse de la falta de apoyo político y económico del Gobierno, que aparentemente quería verlo ganador.
Cansado de la indiferencia, dio un salto y acordó compartir la fórmula con Duhalde, el archienemigo interno del riojano.
Menem le reprochó con dureza la actitud, aunque siempre se cuidó de no nombrarlo.
�Hice político a cada político que quizá no podría haber llegado y ahora me quieren enseñar política a mí�, se quejó primero.
�El poder es para gobernar, no para ocupar sillones antes de tiempo�, continuó con la arenga a los pocos días.
Palito, a esa altura jugado con Duhalde en una elección que los números ya le daban desfavorable, no dudó en responderle a Menem, aunque también cuidándose de no mencionarlo.
�A nadie le gusta estar en una casa y que lo miren con desconfianza, que le pasen por al lado sin siquiera saludarlo�, dijo sobre la falta de apoyo.
�Además, para pedir lealtad hay que ser leal�, se despidió.


Carlos Ruckauf minimiza.
�Menem sólo puede hacer daño.�


Carlos Menem sigue la pelea.
Quiere a Palito en su proyecto.

 

  

 

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