Un enemigo invisible avanza a paso
lento por las aguas del río Iguazú
El secretario de Turismo, Héctor Lombardi, advirtió que aunque se contenga la mancha de petróleo en el Iguazú, pueden avanzar otros hidrocarburos
livianos, nocivos para la salud. Habrá que monitorear el agua
los próximos ocho meses.
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Según Petrobrás, �todavía no se detectó la presencia de contaminantes en aguas del río Iguazú�.
Sin embargo, por las lluvias de los últimos dos días, parte del petróleo desbordó las barreras.
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Como los de otras manchas que afectan a la Argentina, los efectos de la mancha de petróleo que avanza por el Iguazú se harán sentir a largo plazo, insidiosamente. Ayer, el secretario de Turismo de la Nación, Hernán Lombardi, advirtió que, muchos kilómetros por delante de la acumulación visible de hidrocarburos, avanzan componentes más livianos, tóxicos y difíciles de detectar. Un experto consultado por este diario anticipó que estos hidrocarburos, de efectos cancerígenos cuando se incorporan al agua de consumo humano, pueden tardar cinco a ocho meses en llegar a Puerto Iguazú, lo cual obliga a sostener un sistema de monitoreo a largo plazo. Lleguen o no lleguen esos componentes nocivos, �ya hay una ruptura grave en el ecosistema de Iguazú�, según reconoció el titular de Turismo.
Lombardi reconoció que, aunque las barreras de contención implementadas por los brasileños den resultado, �por delante de la mancha avanza un spray, que no se advierte a simple vista, formado por partículas de hidrocarburos más volátiles�. El funcionario, que viajó a Puerto Iguazú para examinar la situación, explicó a
Página/12 que �a diferencia de lo que sucede en el mar, donde las manchas de petróleo tienen bordes relativamente fijos, en agua dulce los hidrocarburos tienden a desprender componentes: los más volátiles avanzan diluidos, por delante de la mancha, y son más difíciles de frenar que el petróleo más denso, contenible mediante barreras fijas�.
Por eso, �a través de Cancillería, la Argentina solicitó a Brasil que realice mediciones periódicas cien kilómetros aguas abajo de la mancha�. Hasta anoche, el pedido todavía no tenía respuesta.
Según precisó para este diario Guillermo Gavilán, especialista en Calidad del Agua del Ente Binacional Yaciretá, esos hidrocarburos livianos, como el xileno o el tolueno, �están comprendidos en la ley de residuos peligrosos, ya que tienen efectos cancerígenos cuando se incorporan al agua de consumo humano�. El problema no es a corto plazo, ya que estas sustancias deben pasar por cuatro embalses en Brasil antes de llegar a la toma de agua de Puerto Iguazú, que es la primera fuente de provisión para consumo humano en la cuenca del Paraná. �Pueden tardar de cinco a ocho meses en llegar, y habrá que mantener el monitoreo, al menos por ese lapso�, señaló Gavilán.
Hay que apostar a que, transcurrido ese tiempo, los efectos nocivos sean mínimos, ya que �a medida que pasa el tiempo, los hidrocarburos se van degradando, oxidando por sí mismos o por acción de microorganismos, o se pierden en las márgenes del río�, detalló Gavilán. Pero observó que �pequeñas concentraciones también pueden generar problemas serios, por efectos de acumulación; los tóxicos pueden actuar, aún en niveles muy bajos, si el tiempo de exposición es suficientemente prolongado�.
Y, aunque las sustancias tóxicas no llegaran, �de todos modos el impacto ecológico va a ser grave�, admitió Lombardi, ya que �en la región de Iguazú, la Argentina y Brasil comparten el mismo ecosistema afectado por el derrame de petróleo. En los ríos hay especies únicas, peces y moluscos que sólo habitan aguas arriba de Iguazú, porque las Cataratas impiden que suban predadores como el dorado y el pacú. Estos alimentan a pequeños mamíferos como los �lobitos de río� y a aves que a su vez son presa de serpientes y carnívoros más grandes. Ya hay una ruptura grave del equilibrio en este sistema; es difícil prever cuál será el impacto, pero es seguro que va a haberlo�.
El derrame, de cuatro millones de litros de petróleo crudo, se produjo el domingo pasado en el río Barigüí, a 500 kilómetros de la frontera argentina, por la rotura de un caño de transporte perteneciente a la empresa Petrobrás. Según el último comunicado de esa empresa, �todavía no se detectó la presencia de contaminantes en aguas del río Iguazú�, pero las lluvias que se produjeron en los últimos dos días en el estado de Curitiba hicieron que parte del petróleo desbordara las barreras de contención.
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