�Que el Gobierno se anime a discutir lo que piensa la
gente�
El secretario general de la Central de Trabajadores
Argentinos, Víctor De Gennaro, se prepara para lanzar mañana,
desde Rosario, la Marcha Federal contra la desocupación y por
un �seguro de empleo� para los jefes y jefas de familia desocupados.
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Por Romina
Calderaro
La
pechera blanca está nueva, recién hecha, y todavía
huele a goma. La Marcha Grande por el Trabajo, dice. Víctor
De Gennaro se la prueba como quien acaba de comprarse ropa, y sonríe
y se ríe y bromea con los suyos con la euforia del que está
por hacer un viaje importante. Mañana, en Rosario, él y
sus compañeros de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) empezarán
una marcha de quince días que culminará el 9 de agosto en
el Congreso de la Nación. La idea es juntar un millón de
firmas a favor de reglamentar la consulta popular e implementar en la
Argentina un seguro de empleo y formación de 380 pesos para jefas
y jefes de hogar desocupados. Para reglamentar la consulta, sólo
hacen falta 540 mil firmas. Pero De Gennaro apuesta a los números
redondos.
¿Cómo va a ser exactamente esta marcha?
Vamos a salir de Rosario a las nueve de la mañana del 26
de julio, una fecha trascendente para nosotros, porque murió Evita.
Marcharemos pueblo por pueblo: Arroyo Seco, Villa Constitución,
San Nicolás, Zárate, Campana, Moreno, para terminar en La
Matanza. Y el 9 de agosto estaremos en el Congreso, recolectando firmas
en cada lugar, promoviendo o intentando que en estos días de marcha
podamos ayudar a cambiar el eje de esta discusión que se nos intenta
tergiversar. Nos quieren hacer creer que aquí no hay alternativas,
cuando en realidad en nuestro país sobra trabajo, sobra riqueza
y es inadmisible que este drama de la desocupación no tenga hoy
status de razón de Estado.
Antes del reportaje decía que estaba contento porque ésta
no era sólo una marcha contra, sino que había
también propuesta. ¿Cuál es la propuesta?
En todos estos tiempos se ha vivido casi en una actitud defensiva.
La mayoría de nuestros reclamos o luchas han sido siempre anti,
contra. Los compañeros, cuando salen a cortar una ruta o a movilizarse,
es para que no les bajen el salario, para que no los echen de su trabajo.
Esta marcha
intenta ser una propuesta alternativa. Es por un seguro de empleo y formación
de 380 pesos para cada jefe y jefa de hogar desocupado y sesenta pesos
de salario familiar por hijo para toda la clase trabajadora. Cobrado por
el banco, para terminar con el punterismo político, que humilla
y subordina partidariamente y ha sido tan mal usado. Esta propuesta intenta
recuperar un salario social que demuestre que es una vergüenza que
en la Argentina no tengamos la posibilidad de darle empleo y formación
a cualquiera que tenga ganas. Y es salir a decir que frente al shock de
confianza en los mercados que plantea el Gobierno, nosotros planteamos
un shock de redistribución del ingreso. Si tienen ganas, que hagan
una consulta popular. Que se animen a discutir todo lo que piensa la gente.
Y enfrentar, por más que quieran tergiversar las encuestas, que
el primer problema es la desocupación. Queremos recolectar un millón
de firmas para que el Congreso reglamente el artículo de la Constitución
del 94 y que se pueda plebiscitar un tema como el del empleo.
¿Por qué el Gobierno no hizo hasta ahora esto que
plantean ustedes?, ¿porque no quiere?, ¿porque no puede?,
¿porque no se quieren tocar ciertos intereses?
Siguen tratando de mantener la tasa de rentabilidad de los grandes
grupos económicos con este verso de que hay que crecer para que
la copa un día derrame. Bueno, eso ya nos lo hicieron hace un década.
Y la copa no derramó. Nadie derrama, y se quedan cada vez con más
plata. Repsol YPF gana dos mil doscientos dólares por minuto. El
Gobierno está optando por ese shock de confianza en el mercado.
A mí me parece lamentable que con toda esta energía que
hay en la gente no opten por resolver el problema. Pero no se puede ser
aplaudido por todo el mundo al mismo tiempo. O te aplauden Bill Clinton
y todos los amigos del FMI y los grupos económicos o te aplaude
la gente.
Entonces el Gobierno está haciendo una elección. Obviamente,
eligen lo que creen. Pero realmente están desperdiciando la potencialidad
de futuro que tiene la Argentina. Porque si la mitad de los chicos van
a ser pobres en nuestro país, si se va gente al exterior capacitada
porque acá no tiene futuro, si se profundiza la disgregación
social, se está apostando a una perspectiva de cada vez más
sometimiento a los sectores que están empobreciendo a la Argentina.
Me parece que no somos nosotros los que tenemos que hacer méritos,
sino los que se la llevaron y tienen que empezar a poner. A ésos
hay que apretar.
¿Qué diferencias hay entre el gobierno de Fernando
de la Rúa y el de Carlos Menem?
Hay un cambio sustancial en la gente. Los primeros cinco años
de la década pasada había mucha gente que creía que
íbamos al Primer Mundo. Había muchos que creían esto
de que la copa se llenaba y nos iban a repartir. Había mucha gente
que creía que había que entregar el petróleo, el
gas, la luz, el agua, y que iba a haber salud, educación, jubilación.
Nosotros peleábamos contra eso y nos decían que éramos
prehistóricos, que nos habíamos quedado en el 45,
cualquier cosa. Por eso se dijo Chau Menem. Todavía no se ve claro
cómo es el cambio, los grupos económicos manejan un montón
de resortes, pero hay una idea de que seguir en lo mismo no sirve.
¿La gente está más conscientizada?
La gente ya sabe que la desocupación no se va a resolver
echando gente. Ya basta de eso. Acá no hay sacrificio colectivo
en aras de un proyecto nacional. Acá hay sufrimiento y padecimiento
de nuestro pueblo para que se sigan enriqueciendo los grupos económicos.
Esa es la verdad. Y no hay, en este tiempo de crisis y de emergencia,
lugares neutrales. O se está con estos tipos que están hipotecando
el futuro del país, que son los sectores de poder, o se está
con una perspectiva de profundizar la democracia y ampliar una participación
diferente.
¿Usted cree que el Gobierno le tiene miedo la gente?
Sí, claro. El ministro de Trabajo tendría que ir a
Quilmes, a Solano, a Laferrère. Es una vergüenza que uno se
entere de que la discusión es saber si van a bajar un poquito la
desocupación para no perder la elección de año que
viene. Y a Flamarique lo nombran responsable del comité de campaña...,
el ministro de Trabajo debería estar presidiendo el comité
de emergencia contra la desocupación. Con el ministro de Economía,
con la ministra de Acción Social... y con el ministro del Interior.
Y con todas las organizaciones sociales, económicas. Basta. Ahora,
si quieren discutir nada más con los que se enriquecieron..., bueno,
ahí está el resultado. Aumenta la desocupación, la
marginalidad y no hay futuro. Pero, por suerte, en nuestro país
la gente está peleando.
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