La discriminación a bolivianos, también en escuelas
y hospitales
Una comisión de funcionarios bolivianos denunció
que los robos xenófobos a quinteros de ese origen en Escobar develaron
la otra discriminación que sufren cotidianamente los inmigrantes.
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Por
Cristian Alarcón
Las
torturas que padecieron las familias bolivianas asaltadas en la zona de
Escobar sacaron a la superficie muchas más marcas de la discriminación
que las de la violencia xenófoba de los encapuchados. Existe
una serie de denuncias en la Comisión de Política Social
de la Cámara de Diputados de Bolivia sobre los niños indocumentados
que son rechazados en las escuelas argentinas y de personas enfermas que
enfrentan severas dificultades para ser aceptadas en los hospitales públicos,
le dijo ayer a Página/12 la senadora Ana María Fineo Fernández,
miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara
alta, desde La Paz. Fineo fue una de las integrantes de una misión
oficial que en los últimos días se entrevistó con
el titular del Instituto contra la Discriminación Racial y la Xenofobia,
Raúl Zaffaroni, y con la Defensora del Pueblo de la ciudad, Alicia
Oliveira. La discriminación al inmigrante es muy grande,
no podemos quedarnos con que el único síntoma es lo que
pasó en Escobar. Permanentemente intervenimos para frenar el abuso,
señaló la ombudsman.
La indefensión de los extranjeros cuya situación migratoria
es irregular y la dureza de la ley Videla que continúa rigiendo
hoy hacen que los casos denunciados de discriminación en
el acceso a salud y a educación de los ilegales sea
absolutamente mínima. Aun así, tanto la Defensoría
del Pueblo porteña, como el INADI y el Centro de Estudios Legales
y Sociales (CELS), han recibido denuncias sobre impedimentos en escuelas
y centros de salud. Estos casos se dan en el marco de la ley de
migraciones que establece la obligación de los funcionarios públicos
de denunciar la presencia de inmigrantes ilegales explica Diego
Torres, abogado especialista en migración, del CELS. Esto
es un juego perverso en el que si te atiendo, te denuncio.
Cuando además el inmigrante no tiene recursos, la ley es una buena
chicana para que se asuste, y no se atienda.
La situación varía según el lado de la General Paz
en el que busque educación o salud un inmigrante. En la ciudad
de Buenos Aires, el año pasado fue aprobada la ley 203 propulsada
por Zaffaroni, en su rol de legislador porteño, y el radical Cristian
Caram. La norma establece que es obligación de las escuelas dependientes
del gobierno de la ciudad inscribir a los niños y adolescentes
extranjeros aun cuando no tengan documentación argentina. Hemos
tenido que enviar varias notas a la Secretaría de Educación
de la ciudad porque existe cierta desidia pública de no informar
las nuevas leyes y los directores no conocen los cambios que los obligan
a darles el mismo trato a los chicos indocumentados. Hay escuelas donde
el asunto funciona discrecionalmente, según la disposición
del director, aseguró Morales a Página/12.
El tema fue planteado la semana pasada cuando una misión oficial
de Bolivia, integrada por la senadora Fineo Fernández, el director
general de Régimen Consular, René Gallardo Ormachea; el
cónsul René Vargas Guzmán, y la diputada Elisa Zuñiga
de Zifes, presidenta de la Comisión de Política Social de
la cámara baja de Bolivia, se entrevistó con varios funcionarios
argentinos. A la comisión llegaron las denuncias recolectadas por
las entidades bolivianas en el Gran Buenos Aires y la Capital, que trascendieron
luego del escándalo político que provocó en La Paz
la serie de ataques con torturas a unas 80 familias de quinteros en la
zona de Escobar. Le agradecimos al INADI el compromiso con la investigación
de los asaltos y le planteamos que nuestros compatriotas padecen la vulnerabilidad
legal y la discriminación cotidiana en la salud y la educación
contó Fineo Fernández. Zaffaroni manifestó
que la gente suele no acercarse a los hospitales porque saben que pueden
ser denunciados si lo hacen.
Zaffaroni le dijo ayer a Página/12 que existen conversaciones con
legisladores bonaerenses para impulsar en territorio de Carlos Ruckauf
una ley similar a la que promulgaron los diputados porteños para
proteger a los niños extranjeros de la discriminación en
la inscripción en lasescuelas. El INADI organiza, además,
con el patrocinio de la Defensoría de la Ciudad, Defensoría
del Pueblo de la Nación, el Alto Comité de Naciones Unidas
para Refugiados (ACNUR) y el Ministerio de Relaciones Exteriores un Seminario
sobre la Ley de Migraciones, cuyas conclusiones apuntarán
a promover una decisión política para la reforma de la ley.
Fueron convocados la Dirección de Migraciones, los cónsules
de los países limítrofes, los diputados que han trabajado
en el tema, las iglesias y las colectividades para ver cómo
asesorar a la gente y sacarla de la indefensión. Queremos
que no tengan que pasar por los gestores que prometen allanarles un camino
tortuoso que impone la actual legislación. Cada vez me convenzo
más de que detrás de la burocracia se esconde una mafia,
sostuvo.
Necesitamos políticas claras porque sucede que las leyes
se actúan, no basta con tenerlas, opinó Oliveira.
La ombudsman se refirió a casos en que se continúa interpretando
que rige la ley inmigratoria y se les niega el ingreso, cuando es inconstitucional.
No han resuelto aún cómo hacer con los chicos para
darles los certificados de escolaridad cuando no tienen documentos y hemos
enfrentado casos graves como el de una chica paraguaya que debía
ser operada en el Hospital Argerich y se negaban a hacerlo dijo
la Defensora del Pueblo. Sabemos que la discriminación es
compleja. Al abogado que se ocupó del tema una autoridad del hospital
le dijo: Tengan cuidado con las recomendaciones que hacen porque
por ocupar camas con paraguayas se quedan sin atención los argentinos.
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