El programa se ha estabilizado en la pantalla de América
como un espacio de
reflexión crítica, e irónica, sobre la televisión.
Los conductores se ríen de la comparación con P.N.P.,
al que definen como un programa facilista.
Por
Patricia Chaina
Si tuviera
que describirle a un extranjero la Argentina, le pediría que mire
`Televisión registrada, sugiere Carlos Ulanovsky sentado
en la tarima del crítico de la semana. Porque el programa
ilustra cómo somos y cómo está el país,
justifica Ulanovsky. El programa, conducido por Fabián Gianola
y Claudio Morgado, se llama Televisión Registrada,
va los lunes a las 22 y tiene este año un promedio de 8 puntos
de rating en América, el canal que marcha cuarto en las mediciones
generales. Pensamos que es todo un mérito, señalan
los conductores. Es que el ciclo comenzó en julio del año
pasado con muy bajo perfil y pocas expectativas, intentando hacer camino
al andar y es una de las revelaciones del 2000. Antes, grabábamos
a las 8 de la mañana y eso para hacer humor es terriblemente malo,
confiesa Morgado. Gianola agrega: Además nos metimos a hacer
crítica de la televisión por televisión, lo que ya
era un riesgo, a lo que sumábamos el desafío de hacerlo
con humor.
Un año después, el programa se inscribe entre los imperdibles
de la semana para los buscadores de algo más en un medio frecuentemente
ganado por la chatura. Sus compilados de noticias se convirtieron en un
termómetro incisivo de la temperatura con la que la televisión
alimenta mitos, y se regocija en la truculencia. Todo un trabajo de recopilación
de archivos y edición a cargo de la producción del
ciclo: PPT, Pensado Para Televisión, matizado con los comentarios
humorísticos de los conductores. Una particularidad del programa
son los segmentos de animación para adultos: Tino y Gargamuza
y Escuelita de celebridades, un festival de ironías
varias. El humor es un medio y no el objetivo del programa
advierten Gianola y Morgado, complementándose en la entrevista
al igual que en la pantalla de TV Registrada.
¿A dónde apunta la configuración del ciclo
que combina archivos y reflexiones sobre el medio, con humor?
Claudio Morgado: A generar una reflexión crítica de
lo que pasó en la semana en la televisión y a desentrañar
cómo se construyeron las noticias del momento. El programa es divertido
pero también agudo. Somos crueles, pero entretenidos, como la televisión
actual. Siempre presentamos algún tema que no es divertido. Recapitulamos
cómo los medios cubrieron la tragedia de Ramallo, la tragedia de
Lapa, el paro de la CGT, la muerte de Rodrigo. Los medios recogen las
cosas de la realidad...
Fabián Gianola: (interrumpiendo) ¡Y nosotros recogemos
a los medios! (ríe y se disculpa, tengo mucho teatro de revista
encima). Nuestra mirada no busca sólo ser divertida. Intenta
ser atractiva e interesante para la gente a partir del humor y de una
mirada crítica de la televisión argentina.
¿Con qué elementos cuentan para lograr esa perspectiva?
C.M.: Mostramos cómo se construye el discurso televisivo
haciendo el seguimiento de una noticia y exponiendo sus contradicciones.
Y a veces, queda en evidencia que lo que se toma como eje de una información
es la crueldad de los acontecimientos y ahí entra en crisis, creo,
la ética televisiva, si la hay. Porque la TV es muy volátil,
emite una nota tras otra mientras construye un discurso que es el que
después forma a la opinión pública. Pero no hay una
reflexión de lo que se emite.
F.G.: Los canales se matan por la primicia y todos dicen tener las
notas exclusivas. Pero también se matan por quién muestra
más morbo. Lo de Lapa fue tremendo en ese sentido. Hasta un canal
tituló: ¿Y dónde está el piloto?
la nota sobre la búsqueda de un responsable. Terrible ... todos
buscando al piloto y asegurando que tendrían sus declaraciones
exclusivas y el piloto no aparecía ¡porque estaba carbonizado!
Uno después lo ve en un compilado día tras día, y
termina preguntándose, como Fabio Alberti en Todo x 2 pesos:
¿Estamos todos locos? ¿No es cierto? Y lo de Rodrigo fue
otro hito de ese tenor.
C.M.: En ese caso lo que mostramos fue cómo se construye
el mito de Rodrigo a partir de una necesidad de venta. F.G.: Porque
el tema es el rating y no es sólo culpa de los medios, o los periodista.
En todo caso es una culpa compartida, social. Y el discurso televisivo
puede verse como un síntoma de esta sociedad, que tan bien no está,
¿no? Por eso es importante revisarlo y si es posible, si creemos
que es posible, corregirlo.
¿Hasta dónde se puede llegar en esto de entregar lo
que supuestamente la gente pide, según las marcas del rating?
C.M.: Hay una escena del hijo de Rodrigo donde él dice: ¡Basta
de cámara, ya!, gritando, mal. Tiene cuatro años y
en esos casos los pibes tienen la respuesta más lúcida.
Ahora si uno pone eso y nadie lo ve no pasa nada, pero tiene muchísimo
rating. Sin embargo, la gente tiene la sensación de que lo que
está viendo es demasiado ... pero nadie lo expone críticamente
adentro de la TV.
F.G.: Además hoy uno mira la TV sin continuidad, no se registra
nada. Creés que viste el partido porque viste los goles. Como imagen
es buena para identificar un mecanismo social. Y quizá, nosotros
andamos bien porque somos un zapping de toda la semana y nos permitimos
relacionar la información desperdigada en una y otra pantalla,
armando el rompecabezas de cada día. Claro, muchas veces terminamos
haciendo una humorada por no ponernos a llorar. Y no queda otra que reírnos.
Nosotros
tenemos contenido
¿Cuál es la posición de ustedes respecto
de la acusación de la familia Portal afirmando que TV
Registrada copia a P.N.P.?
Fabián Gianola: No vamos a decir nada. Nuestro programa
no pasa por el blooper, ni por el humor de la anécdota. Nuestro
programa tiene contenido.
Claudio Morgado: TV registrada sigue una noticia
toda la semana. Cómo entró en un medio, cómo
rebotó, cómo se instaló de determinada manera,
con los protagonistas delineados. Sentimos que hacemos un programa
periodístico, sin banalidades.
F.G.: No nos interesan los errores de continuidad de vestuario
en una tira. Ese no es el eje de nuestro programa, aunque a veces
los mostremos.
C.M.: Es más interesante dar una opinión crítica
y valiente de la TV que señalar un blooper. Si en un programa
se cayó uno o hay una silla menos, no es algo grave, es algo
que puede pasar. A veces ponemos esas notas porque son graciosas y
como tenemos programas muy densos, hay que balancear. Pero la diferencia
fundamental entre este programa y P.N.P. está en
los objetivos. El único tema en común es la utilización
del archivo. Quizá (Gastón) Portal se enojó porque
utilizamos un método de investigación parecido y papá
salió a defenderlo. Pero usar archivos no es propiedad de nadie,
nos parece. |
La construcción
de la realidad
Cuando nos convocaron nos pareció una idea novedosa hacer
crítica de la televisión en televisión,
recuerda Claudio Morgado. Pero había que probarla al
aire, porque es la gente la que decide sobre los programas, si son
buenos, mediocres o malos. Sabíamos que no era fácil
porque cuando uno critica la televisión, en el fondo critica
una manera de conocer la realidad. Y que hoy la construcción
de la realidad se concreta a partir del mensaje mediático y
fundamentalmente del televisivo. Esto no es una novedad, es un hecho
derivado del estado de las cosas en el mundo. Pero también
es cierto que esa manipulación se nota más en países
como el nuestro. Por el tipo de desarrollo cultural, y no sólo
por los diez años de menemismo, que diezmaron la cultura de
la gente. Hoy la opinión pública y el discurso diario
se configuran a partir de la televisión que, a su vez, opera
sobre el lenguaje de la gente. Los monopolios en los medios agravan
ese panorama. Es algo que va a costar mucho tiempo revertir. Me parece
que este país necesita una política cultural firme y
persistente, que no tenga que ver sólo con llevar la ópera
a los parques para que cada uno lleve su sillita y disfrute de los
sopranos. |
La lucha de R. Downey
Jr.
El actor Robert Downey Jr., que cumple una sentencia de tres años
de cárcel por posesión de drogas, apelará por
su libertad, aduciendo que existe un error de cálculo en la
duración de su condena. Candidato al Oscar en 1992 por su interpretación
de Chaplin, el actor de 34 años puede ser puesto en libertad
el 2 de noviembre. Sin embargo, sus abogados aseguran que debería
haber sido liberado en febrero pasado. Según los abogados,
el juez Lawrence Mira no tuvo en cuenta el tiempo que el actor había
cumplido en centros de rehabilitación. Los problemas del actor
comenzaron cuando fue arrestado mientras conducía bajo los
efectos de las drogas y le confiscaron un recipiente de diferentes
sustancias y una pistola. La policía lo detuvo varias veces
más: una vez en casa de unos vecinos (entró a dormir
allí por error), y varias otras por fugarse de centros de rehabilitación.
Este año se crearon varios comités de apoyo en los que
brillan nombres como Michael Douglas, Curtis Hanson y Sean Penn. Los
comités afirman que la drogadicción es una enfermedad,
no un crimen. |
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