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�Si hoy hubiera elección, De la Rúa ganaría fácil�

Luis Stuhlman, consultor de la Alianza, habla con Página/12 de la imagen presidencial, la de sus ministros, la de los más importantes dirigentes peronistas. Sus encuestas. Sus análisis.

Luis Stuhlman asesora y provee de encuestas a Fernando de la Rúa hace muchos años.


Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes) Es más bien bajo, desgarbado, de anteojos. Una especie de Woody Allen más argentino, politizado, pletórico de datos y dispuesto al análisis. Hace años que trabaja con Fernando de la Rúa. Luis Stuhlman oficia de proveedor de encuestas, diagnósticos, consejos y estrategias para el actual Presidente, quien después resuelve qué toma y qué deja. Sthulman aclara que no es asesor ni funcionario ni tiene cargo alguno en el Gobierno. �Sólo estoy en la conducción, junto con Analía Del Franco, de la consultora Analogías. Y hacemos encuestas y trabajos para la Presidencia, para la Secretaría de Comunicación Social �a cargo de Darío Lopérfido.- y para algunos de los ministerios.� No será un funcionario, pero es mucho más que un outsider. Dicen quienes conocen a ambos que, después de años de trabajo conjunto, Stuhlman se ganó un lugarcito al lado del Presidente.
�Son muchos los que dicen que la imagen de Fernando de la Rúa cae y cae..
�A De la Rúa le pasó lo que a todos los presidentes. Raúl Alfonsín, cuando asumió, tenía un 88 por ciento de imagen positiva; Carlos Menem un 82 por ciento y De la Rúa un 72 por ciento de opiniones favorables. Estos son porcentajes altísimos y el actual Presidente tiene un punto de partida un poco más bajo que Alfonsín o Menem, porque no hay ahora la misma euforia que había al principio de la democracia. Hay menos expectativas. Ahora bien, como todos los presidentes, De la Rúa empezó a bajar después de asumir, pero aún hoy un 52 por ciento de las personas opina bien o muy bien de él. 
�¿La gente no piensa que prometió una cosa e hizo otra?
�La confianza a un presidente se mide en tres niveles. El primero es el de la integridad. Ahí, no hay dudas de que la gente considera que De la Rúa es una buena persona, un hombre honesto.
�Me imagino que en ese punto es casi lo opuesto a Carlos Menem.
�Efectivamente. Las encuestas muestran al ex presidente muy mal en el rubro de la integridad. El segundo aspecto de la confianza es la competencia, la capacidad. En este terreno De la Rúa también está bien. El gran referente del sabe mucho siempre fue Domingo Cavallo y por eso fue tan duro el golpe cuando Aníbal Ibarra le ganó el debate. Le ganó �al que sabe mucho�. Pero De la Rúa siempre apareció como una persona capaz: eso se vio en la interna con Graciela Fernández Meijide. Ella era la persona querible y De la Rúa el hombre que sabría cómo hablar con un empresario, con el presidente norteamericano y con quien fuera. El punto más problemático está en el tercer aspecto de la confiabilidad: si va a ser cumplidor. Aquí la gente tiene dudas. Pero no está furiosa. Se ve cierta tolerancia. No es ni remotamente tan nítida la bronca con el incumplimiento como fue con Menem y el salariazo, por ejemplo.
�¿Para la gente es admisible que un presidente diga tal y tal cosa durante una campaña y después sostenga que no se dio cuenta, que todo es más difícil?
�En las encuestas se ve que buena parte de los ciudadanos piensa que De la Rúa está haciendo lo que hay que hacer. �Yo no lo voy a aplaudir porque no voy a aplaudir la rebaja de salarios, pero es lo que hay que hacer.� Así sintetizaría yo la visión que tienen del Presidente. 
�Pero ¿cómo detecta semejante cosa en las encuestas? ¿Cómo detecta una cosa casi subliminal?
�Mire, uno de los datos que mejor refleja el pensamiento de las personas sobre un gobierno e incluso el voto futuro es la respuesta a la pregunta: ¿cómo cree que va a estar el país dentro de un año o dos? Es un dato clave, porque no se le pregunta cómo va a estar el encuestado personalmente, cómo va a estar su familia. En este último interrogante, a veces la gente piensa que no le va a ir mejor por cuestiones personales, por errores propios. El dato concreto es que más del 50 por ciento, el 52 por ciento para ser exacto, piensa que las cosas en el país van a estar mejor dentro de uno o dos años. Y ése es un análisis puro de la gestión de gobierno.
�¿La gente también tiene buena opinión de la economía, de la seguridad, de la salud, de la educación?
�No, no. Tiene mala opinión de todo, pero igual De la Rúa no tiene mala imagen para nada.
�Esto significa que se ha recreado otra vez la historia del presidente bueno y el entorno malo.
�Eso ocurre casi en todos lados y desde hace cien años. Hay un capitán del barco magnífico, pero siempre está el primer oficial que la gente piensa que es el que no le informa bien. Es casi un mecanismo psicológico de protección. Yo le digo que, en general, los ministros son poco conocidos, salvo (José Luis) Machinea, (Federico) Storani, Graciela (Fernández Meijide) y (Rodolfo) Terragno. En este gobierno no hay ministros con alto perfil como Cavallo o (Carlos) Corach.
�En este cuadro, ¿usted cree que hoy mismo De la Rúa ganaría otra vez una elección presidencial?
�Indudablemente. Ganaría seguro por un margen bastante amplio. Por ejemplo, si se repitiera hoy la elección contra (Eduardo) Duhalde, De la Rúa tiene una imagen positiva de más del 50 por ciento y Duhalde tiene imagen negativa. Ganaría ampliamente una elección hoy. Ni le digo si se confronta partido contra partido.
�¿Eso qué significa?
�Que la Alianza es una buena marca en este momento y el PJ es una marca que está muy difusa. ¿Quién es el dueño? (Carlos) Ruckauf aparece con buena aceptación, sobre todo porque se percibe que le da cierto apoyo al Gobierno. La gente no quiere conflicto. En la Argentina a los ciudadanos no les gusta para nada que haya pelea. De todas maneras, le digo que Ruckauf fuera de la provincia de Buenos Aires tiene muchas dificultades de llegada y lo mismo ocurre con (Carlos) Reutemann y José Manuel De la Sota. Los dos son Gardel en Santa Fe y Córdoba, pero tienen poca llegada en el resto de las provincias. El único dirigente del PJ que es referente en todos lados es Menem, pero concentra el record de opiniones negativas.
�¿Este cuadro garantiza algo para las elecciones de senador del 2001?
�Si el oficialismo hace las cosas bien, la lógica es que gane. No veo peligros. Va a ser una elección interesante, donde habrá que votar tres senadores en cada provincia. O sea que la elección de Tierra del Fuego será igual a la de Córdoba, por ejemplo. Será interesante ver dónde se invierte el dinero: tal vez convenga destinar fondos de campaña más a las provincias chicas que a las grandes.
�Por ahora el mensaje más notorio es decir que Menem dejó todo hecho un desastre. No se explica nada hacia el futuro.
�Estoy de acuerdo que sólo con Menem hizo todo mal no se puede vivir. Igual es algo que hay que marcar y ayuda. Creo que la gente igual se da cuenta del contraste entre la administración austera y la farándula.
�Hablando de eso, ¿siguen preguntando en las encuestas si la pareja Antonio De la Rúa-Shakira cae bien o mal?
�No, ya no lo preguntamos. Después de un comienzo que coincidió con el ajuste, los porcentajes empezaron a darle bien a Antonio. Sobre todo en los sectores más populares, la gente lo ve bien.

 

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