�Cuando asumí como Presidente, el Partido Comunista decidió estar en contra nuestro. Ellos habían sido, no diré condescendientes ni débiles en la lucha, pero menos duros de lo que acostumbran, cuando la junta militar se negó a aceptar el bloqueo a la Unión Soviética decidido por Jimmy Carter. Llego al Gobierno, vienen dirigentes nuevos, hacen un congreso de autocrítica y empiezan furiosamente a darme a mí. Yo tengo miedo de que, ahora suceda algo parecido: que haya una autocrítica general del justicialismo y que empiece a reclamar todo lo que no hizo en el gobierno.�
(De Raúl Alfonsín, con Nelson Castro, por La Red.)
�Cuando asumí como Presidente, el Partido Comunista decidió estar en contra nuestro. Ellos habían sido, no diré condescendientes ni débiles en la lucha, pero menos duros de lo que acostumbran, cuando la junta militar se negó a aceptar el bloqueo a la Unión Soviética decidido por Jimmy Carter. Llego al Gobierno, vienen dirigentes nuevos, hacen un congreso de autocrítica y empiezan furiosamente a darme a mí. Yo tengo miedo de que, ahora suceda algo parecido: que haya una autocrítica general del justicialismo y que empiece a reclamar todo lo que no hizo en el gobierno.�