Por Fernando Almirón
En menos de una hora, el plenario del Consejo Nacional Justicialista resolvió ayer ratificar a Carlos Menem como presidente legítimo del peronismo hasta el fin de su mandato, en el 2003. Pero la votación le ofreció al menemismo un triunfo a medias, porque el grupo de gobernadores que asistió supo aprovechar el enfrentamiento entre el ex presidente y Carlos Ruckauf para ganar espacio.
A cambio de su apoyo, el grupo de gobernadores reclamó quedarse con la exclusividad de las negociaciones con el gobierno sobre las economías provinciales y a los fondos que reciben del poder central. En ese esquema, Menem debería ocuparse sólo de las cuestiones políticas y partidarias.
El ex mandatario aceptó la condición y logró así el apoyo que necesitaba para seguir al frente del PJ y evitar tener que medirse con Ruckauf, quien lo había desafiado a dirimir en internas partidarias anticipadas el control del poderoso aparato justicialista.
�Menem me tiene miedo y no quiere competir conmigo porque sabe que le voy a ganar�, aseguró Ruckauf apenas se enteró de que por el momento no habrá internas, tal como él lo había propuesto hace un par de meses atrás.
Pero el mandatario bonaerense �ausente en la reunión de ayer� no salió bien parado de su intento por quedarse con el control del PJ. Según uno de los mandatarios presentes, �Ruckauf no supo medir la reacción del resto de los gobernadores ante su idea, y ahora le informaron que no quieren saber nada de internas partidarias nacionales porque esto agitaría el avispero de sus propias internas provinciales�.
El salteño Juan Carlos Romero agregó: �Ya tenemos suficientes problemas en nuestros distritos como para llevar a la gente a una confrontación anticipada impulsada por aspiraciones ajenas�.
La movida con la que Ruckauf pretendió instalar a solo dos protagonistas en la escena nacional, él y Menem, tampoco tuvo eco en los otros presidenciables del PJ. José Manuel De la Sota y Carlos Reutemann movieron sus fichas para anular la jugada que los dejaba por el momento fuera de carrera. Si bien Reutemann se quedó en Santa Fe, envió como delegado a uno de sus hombres de confianza, Carlos �Chango� Funes.
De la Sota, que sí estuvo presente, jugó fuerte y aprovechó el protagonismo que le otorgó su desembarco político en la Capital para ganar puntos como precandidato presidencial. Se convirtió en el virtual vocero de los gobernadores del interior y el principal negociador con el menemismo que lo quiere tener como aliado, al menos durante esta etapa. El cordobés justamente fue el que afirmó que el partido no puede entrometerse en los recursos económicos de las provincias, ni utilizarlos como moneda de negociación política con el Gobierno. Ayer, apoyando sus manos sobre la mesa del debate, miró a Menem y le dijo: �La coparticipación federal y los fondos para la construcción de viviendas no se tocan�.
Menem comenzó hace una semana a levantar el teléfono para operar personalmente la convocatoria al plenario del Consejo convocado para ayer. No le fue mal. Asistieron más de ochenta consejeros sobre 108. Seis gobernadores: Angel Maza, de La Rioja; Gildo Insfrán, de Formosa; Eduardo Fellner, de Jujuy; Rubén Marín, de La Pampa, además de Romero y de De la Sota. También Ramón Puerta, coordinador del Frente Federal Solidario que agrupa a las provincias peronistas chicas, la cúpula de la CGT oficial encabezada por Rodolfo Daer, el senador Alberto Tell, los diputados Arturo Lafalla, Jorge Escobar, Claudio Sebastiani, Miguel Angel Pichetto, Daniel Scioli y Marta Alarcia, entre otros.
UNA VELADA CULTURAL DEL MENEMISMO CON JORGE ASIS
Aguilas, patotas y libros
Por Romina Calderaro
Ya habían servido las empanadas. El locro estaba calentándose. Carlos Menem se paró y dijo: �Para servir a la patria, no sirve el vuelo gallináceo, sino el de los cóndores y las águilas. Yo espero que crezca el país a partir de la cultura�. Era martes a la noche en el Círculo Italiano y con la excusa de inaugurar una peña en honor al escritor riojano Joaquín V. González, el ex presidente reunió a algunos de los suyos para hablar de cultura. A la hora del postre, Jorge Asís, ex embajador en Portugal, arrancó aplausos con sus críticas al gobierno de la Alianza.
�Vivimos uno de los períodos más lamentables de las últimas décadas�, dijo Asís. �Ni siquiera hay patota cultural, y uno siente cierta nostalgia por el alfonsinismo perdido�, dijo antes de confesar que le produce �cierta lástima ver la carencia de inteligencia, esa idea de que la comunicación puede suplir a la cultura�.
La diputada ultramenemista Marta Alarcia fue una de las organizadoras de la velada. Junto a otras mujeres cincuentonas que con trajes elegantes y esmerados peinados libraban una dura batalla contra el paso del tiempo, se ocupó de recibir a los invitados y ubicarlos en sus mesas. Uno de los primeros en llegar fue el ex secretario general de la presidencia, Alberto Kohan, quien saludó a algunas damas y sin comer siquiera una empanada partió raudo alegando otros compromisos.
Un rato después llegaron Asís, Archibaldo Lanús, el último embajador menemista en París, el autor de tangos Horacio Ferrer, el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia Mariano Cavagna Martínez, y el músico Ariel Ramírez, entre otros simpatizantes del ex presidente. Con el amontonamiento de la llegada de Menem, fotógrafos y periodistas entraron al saloncito donde los mozos ya servían empanadas, jugos y copas de vino Pequeña Vasija. Los participantes, que para entrar habían pagado veinte pesos el cubierto, conversaban animados. �Ha sido todo un éxito. Lástima los fotógrafos, pero hay gente que no puede hablar sin un fotógrafo delante�, comentó alguno.
Menem fue el primero en hablar, en el salón principal. Después de una larga parrafada sobre las virtudes literarias de Joaquín V. González, el ex presidente abundó en metáforas sobre la naturaleza. Y citó a Charles De Gaulle, con aquello de que �la política es el arte de gobernar lo imprevisible�. Después, tomó una pastilla que le alcanzaron, dejó que le sirvieran vino �que no fue Pequeña Vasija, como el de todo el mundo, sino Lagarde� y empezó a comer el locro.
Un cantante entonó, a capella y con dudoso buen gusto, una serie de canciones italianas. Y llegó el turno de Asís, quien para ejemplificar el mal momento que, a su entender, vive culturalmente la Argentina, criticó, sin nombrarlo, a Ernesto Sabato. �Estamos en un proceso de truchificación cultural que puede verse claramente si uno piensa en el escritor que ocupa el lugar de Escritor Nacional, de Gran Comunicador. Un hombre que acaba de publicar un libro que todo el mundo sabe que es malo, pero nadie lo dice.� Y para terminar su discurso y también la noche, porque ya estaban sirviendo helado de limón con dulce de zapallo, Asís anunció la salida de su último libro. �Esta es una noche muy especial para mí porque ha salido Lesca, el fascista irreductible, que me voy a permitir obsequiarle al presidente, con el que me unen 35 siglos de historia compartida�. El presidente era, claro, Menem.
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