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ROBAN EN ZAPALA Y ESCAPAN EN UN AVION DE MIGUEL ANGEL TOMA
Una fuga por el aire y con escalas

Tras un frustrado asalto en Neuquén, los ladrones se subieron con un rehén en un taxi aéreo. Dos bajaron en una escala. Los pilotos, empleados de Toma, llegaron a Ezeiza. Fueron detenidos.

El biturbo hélice Beechcraft llegó a Ezeiza cuatro horas después del frustrado asalto.
Todavía estaba allí el policía neuquino tomado de rehén, con una herida leve en la cabeza.


Por Horacio Cecchi y Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes) El plan era sencillo: robar el banco y esfumarse. Pero, desde el principio, a las 7.45 de ayer, las cosas se plantearon complicadas. El cabo Figueroa se resistió frente a la sucursal del Bansud de Zapala, en Neuquén. Entonces, el trío siguió el plan B: tomar a Figueroa de rehén y escapar hacia el aeródromo. Allí los esperaba un biturbo hélice Beechcraft, que logró escapar con Figueroa incluido y se perdió de vista. Hasta que a las 11.45 apareció en Ezeiza. Allí, la Policía Aeronáutica sólo encontró a la tripulación y al cabo de Zapala. No sabían que el avión había dejado a dos pasajeros en una escala previa, sobre un descampado próximo al balneario Reta, en la costa atlántica bonaerense. En Ezeiza, piloto, copiloto e instrumentista quedaron detenidos como sospechosos, aunque no dejaron de recibir el apoyo del dueño de la empresa aérea a la que pertenece el Beechcraft: �Son buenos muchachos�, aseguró a Página/12 el ex secretario de Seguridad Miguel Angel Toma, propietario de VIPAIR junto al jefe de prensa de la Asociación de Pilotos, Rogelio Cirigliano.
El plan estaba previsto desde hacía al menos un mes, cuando fueron vistos tomando fotografías turísticas en Zapala, con el fondo del Bansud, sobre la esquina de Echeluz y Elena de la Vega, a tres cuadras del centro. Cuando se decidieron a dar el golpe, ya era un runrún cotidiano entre los 33 mil habitantes de la ciudad. Tanto fue así que las autoridades del banco reforzaron la seguridad. El grupo se estacionó en el hotel Frontoni, fuera de circulación desde hace tiempo. Alquilaron el edificio y allí se dedicaron a ajustar detalles. El fin de semana se los volvió a ver por la zona. El martes 25, el trío que se encargaría del asalto partió desde el aeródromo de Don Torcuato. Lo hizo en el Beechcraft biturbo hélice, matrícula LVWZR, Bee-90 para los amigos. El avión pertenece a VIPAIR, empresa de taxi aéreo que el ex secretario de Seguridad del gobierno de Carlos Menem, Miguel Angel Toma, posee junto al dirigente de los pilotos de Apla Rogelio Cirigliano (ver aparte).
Alrededor de las 19 aterrizaron en el aeródromo de Zapala, que no tiene empleados ni control. El avión permaneció estacionado en el lugar desde esa hora hasta el momento de la fuga, poco antes de las 8.30. Tenía en ese momento sus motores listos para el despegue. La tripulación se instaló en el hotel Hue Melen, uno en la habitación 105 de la planta baja, y los otros dos en la 205 del primer piso. El resto se dirigió a lo suyo. 
A las 7.45, un empleado del Bansud encargado de abrir el banco vio a tres hombres que le resultaron sospechosos: tenían pasamontañas que ocultaban sus rostros. Decidió seguir de largo hasta la otra esquina, donde se encontraba Carlos Roberto Figueroa. El cabo comprendió quiénes eran cuando un brazo rodeó su cuello por detrás y le clavó una pistola en las costillas. Antes, Figueroa había llamado a la comisaría 22ª, por lo que el trío decidió escapar a bordo de un Peugeot 305, patente MHY 232, de vidrios polarizados, que los esperaba en la esquina. Previo tiroteo con los patrulleros, los tres asaltantes y Figueroa eludieron el cerco en dirección al aeródromo, a 12 kilómetros del centro. Los uniformados tuvieron algún retraso, porque llegaron a la pista cuando el avión ya estaba en el aire.
A partir de ese momento, nada se supo de Figueroa y sus captores. Entretanto, en Zapala, la policía iniciaba una serie de allanamientos para detener a siete sospechosos, cinco hombres y dos mujeres, entre ellos un policía neuquino que participó como apoyo logístico. En el aire, Bee-90 pasaba sobre Choele-Choel sin dejar señales. �En el sur no hay radares�, explicó el comodoro Guillermo Cardetti, jefe de la Región Aérea Centro. Desde Neuquén, la policía envió un alerta a todos los aeropuertos del país y en Tandil hicieron acuse de recibo: el radar lo detectó en dirección a Bahía Blanca. �Dos Mirages estaban listos para interceptarlo�, aseguró Cardetti. �Lo extraño es que jamás anunció su plan de vuelo. Era un vuelo ilegal.�
En una comunicación radial, el piloto anunció que tenía la intención de aterrizar en el aeródromo de Don Torcuato, pero la Fuerza Aérea le ordenó que lo hiciera en Ezeiza. Y hacia allí se dirigió. A las 11.45 aterrizó en el aeropuerto internacional y fue apartado hacia un sector alejado, rodeado por fuerzas de asalto de la Policía Aeronáutica. Dentro del avión no encontraron el menor rastro de los asaltantes. Sólo viajaban los tres tripulantes y el abnegado cabo Figueroa, a más de mil kilómetros de su destino. Figueroa fue atendido �tenía una herida leve en la cabeza� y la tripulación detenida. 
Consultado sobre sus empleados, Toma aseguró a este diario: �Claro que los conozco. Son muy buenos chicos. Es común que pernocten en un lugar esperando al que contrató el servicio�. Sin embargo, los investigadores sospechan por contradicciones en sus declaraciones y porque, después de haber sido abandonados por los asaltantes, jamás informaron sobre su situación.
�¿Y dónde está el pasajero?�, era la pregunta que se hacía la policía. Alrededor de las 10.30, haciendo gala del arte del birlibirloque, Bee-90 bajó en un camino vecinal del balneario de Reta, próximo a Tres Arroyos. Al encargado del cementerio le resultó extraño que un avión aterrizara en ese lugar y avisó a la policía. Vio a dos hombres salir caminando y tomar la combi que hace el recorrido Reta-Tres Arroyos. En el peaje de Cascallares, de la ruta 3, a 25 kilómetros de Tres Arroyos, la policía detuvo a Pedro Juan Bello Fridman, rionegrino, y Pablo Marcelo Escobar, neuquino. No estaban armados, pero llevaban encima los papeles del 305 polarizado y planos de Zapala y del banco. Según fuentes consultadas por este diario, un mendocino sería el ideólogo de la banda.

 

 

Un negocio en el aire

VIPAIR, la empresa de taxis aéreos del ex secretario de Seguridad de Carlos Menem, Miguel Angel Toma, y su amigo íntimo Rogelio Cirigliano, tiene dos aviones en actividad: un Beechcraft E-90, cuyo valor aproximado es de 700.000 dólares y requiere 360.000 anuales para mantenimiento. Además, la firma cuenta con otro avión más chico, que cuesta 130.000 dólares. El propio Toma explicó a los medios cómo se originó la empresa: �En 1997 perdí la interna y me di cuenta de que debía conseguir algo de qué vivir. Cirigliano tenía una empresa de taxis aéreos en problemas. Mi mujer y yo realizamos un aporte de capital de 25 mil pesos cada uno y nos quedamos con el 50 por ciento de la empresa. Vendimos un avión que tenía la compañía y con esa plata más un préstamo compramos otro en Estados Unidos que costó 650.000 y tiene espacio para una camilla, lo que permite hacer vuelos sanitarios, algo que casi nadie hace en este país, y por eso la empresa empezó a ser rentable�.

 

 

ASALTOS A QUINTEROS BOLIVIANOS EN BUENOS AIRES
Otra punta del ovillo xenófobo

Por Cristian Alarcón

De a poco caen las bandas de ladrones que se dedicaron, selectivamente, a robar y golpear a quinteros bolivianos. Ayer quedó detenido otro hombre acusado de participar en 3 asaltos ocurridos en San Andrés de Giles durante el mes de mayo. �Torturaban a uno de los nuestros para que les dé el dinero y nos decían: �ustedes bolivianos son ratas, por eso mejor no denuncien porque nadie los va a escuchar��, le dijo ayer a Página/12 Ramiro Mercado, un quintero de 23 años, padre de cuatro hijos, y testigo clave de la investigación de la fiscal Graciela Larroque. En la quinta donde vive fueron atacados 22 trabajadores rurales. Mercado es uno de los únicos dos que, luego de la violencia xenófoba, sigue en el lugar. �La mitad se fue a La Plata, y la otra mitad volvió a Bolivia�, contó.
El 5 de mayo fue la primera vez que a la quinta del kilómetro 93 de la Ruta 8 llegaron tres hombres con armas y encerraron a los quinteros en una habitación, a los golpes. Se llevaron lo que encontraron en el resto de los cuartos, desde comida hasta los juguetes de los niños. No fue suficiente. Regresaron el 29 de mayo, y esa vez con mayor violencia. �Como no estaban conformes con la plata tomaron a uno de los nuestros y le enterraron un alambre en las nalgas varias veces�, relató Mercado. A pesar de las amenazas de los ladrones, el joven hizo la denuncia y dio los datos para un identikit. En junio, cuando asaltaron en Escobar Fidencio Choque, los ladrones de San Andrés estaban libres. 
Después de la repercusión de ese asalto, en una asamblea de la comunidad boliviana con funcionarios de la policía y el INADI, Mercado contó su caso y buscó ayuda en los abogados del instituto. El hombre que fue detenido ayer es Juan Carlos De la Fuente, y se sumó al imputado Carlos Anzaldo. �No hagan las denuncias porque si caemos nos van a soltar, y ahí les metemos un plomo en la cabeza�, dice Mercado que le advirtieron sus victimarios. No le importó. �Algo de miedo tengo �dijo ayer� pero otra no me queda, tengo cuatro hijos y en mi país no hay trabajo.�

 

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