Ahora, las madres más jóvenes podrán seguir estudiando. Así lo determina una nueva ley que dispone un régimen especial de inasistencias para las escolares embarazadas. La norma, de alcance nacional, establece que las estudiantes en esa situación tienen 30 días extra de inasistencias justificadas y contempla horas libres para el amamantamiento del bebé. Se intenta regular así la situación de expulsión tácita del sistema escolar por la que atraviesa el 16,4 por ciento de las adolescentes del país. La ley surgió a partir de un proyecto presentado por el senador Roberto Ulloa hace dos años. Y su sanción parece una respuesta a la dura pelea dada en Formosa por María Fernanda Alloi, la chica de 17 años a la que rechazaban en una escuela religiosa por estar embarazada. Ahora, esta ley pretende resolver los casos de cientos de jóvenes anónimas que quedan marginadas del sistema educativo por esa causa. �El objetivo fue simple �explica Ulloa�: se intentó solucionar un dato de la realidad que nos dice que las adolescentes o terminan perdiendo las posibilidades de estudiar o abortan.� Por ley, ahora, las autoridades de las escuelas tendrán obligación de conceder una hora por día, durante seis meses, a las jóvenes madres durante el período de amamantamiento. Antes del parto, tendrán 30 días de inasistencias justificadas. Según la ley, todos los colegios deberán aceptarlo como norma, �aunque las provincias deberán refrendarla para que entre en vigencia�, aclaró Ulloa a Página/12. Ese es uno de los límites que tiene la ley: si no se operativiza a través de acuerdos o convenios con las provincias, puede permanecer sólo como un texto declarativo. Aunque hasta ahora no llegaron ecos desde las provincias para incorporarla, quienes formaron parte de la elaboración del proyecto aseguran que existió consenso desde distintos puntos del país para promover la sanción. De hecho, ese relevamiento inicial obligó a modificar parcialmente uno de los puntos: se debió contemplar la existencia de reglamentos con beneficios similares que ya existían en provincias como Buenos Aires. �Allí cuentan ya con más horas de las prescriptas por la ley para el período de amamantamiento�, afirma Nieves Masnatta, asesora de la Comisión de Educación del Senado. �Por eso �sigue� se precisó entre el articulado que las nuevas disposiciones regirían para las zonas que no cuenten con beneficios iguales o mayores a los que otorga esta ley.� Hasta ahora, la mayoría de las provincias no tienen reglamentación sobre una situación que afecta a 16,4 por ciento de las adolescentes. Esos datos surgen de los últimas relevamientos en la Argentina de Unicef, cuyos análisis indican que entre 1991 y 1997 creció en un punto y medio el promedio de nacimientos entre las adolescentes. Una encuesta revela además que la escuela es la primera variable de ajuste para una adolescente en estado de gravidez: entre 600 chicas embarazadas encuestadas por la Dirección de la Mujer porteña en la Maternidad Sardá, sólo 27 mencionó entre sus proyectos continuar con los estudios. Entre los motivos de deserción más importantes en la ciudad de Buenos Aires, funcionarios de la Secretaría de Educación mencionan los embarazos. Para corregirlo, el año pasado se lanzó en el ámbito porteño un programa dirigido a alumnas embarazadas. Desde ese marco, se generaron espacios para talleres pero además se facilitaron mecanismos para que las chicas pudieran seguir estudiando. Entre ellos, flexibilidad de asistencias y horarios en la escuela para amamantamiento. De todos modos, en la ciudad, este programa no está regulado: su continuidad y su efectivo cumplimiento aún es difuso.
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