"A
mí Rico me puso en el lugar en el que estoy no para que sea --y
discúlpenme las señoras-- el putito del barrio, el putito
de San Miguel. Rico me puso a mí para que sea el tipo malo de la
película con la delincuencia y a mí me encanta; donde los
pueda hacer recagar, los hago recagar." Rico no es otro que Aldo,
el de los alzamientos contra la democracia y ahora intendente, y el autor
de semejante razonamiento es su director de Seguridad, el también
ex carapintada Hugo Vercellotti. "Apología del delito, incitación
a la violencia y discriminación", son los delitos por los
cuales la diputada provincial aliancista Graciela Podestá lo denunció
a raíz de esas declaraciones que formuló durante una reunión
con vecinos de su municipio. "Lo de Vercellotti no fue un exabrupto
sino que su forma de pensar y actuar es una condición sine qua
non para ser funcionario de Rico", explicó Podestá
a Página/12.
Vercellotti dijo lo que dijo en una reunión con vecinos del barrio
Santa Brígida de San Miguel para abordar la problemática
de la seguridad en la zona. El encuentro había sido solicitado
por un grupo de mujeres preocupadas por la falta de respuesta de la policía
ante el incremento de los delitos en el barrio.
"Los vecinos se quedaron muy impresionados", aseguró
Podestá a este diario y no es para menos: Vercellotti arrancó
con eso de que Rico no lo había puesto "para que sea el putito
del barrio" y se jactó de desempeñar el papel del "muchachito
malo de la película con los delincuentes"; después
advirtió que "donde los pueda hacer recagar, los hago recagar,
tengan la edad que tengan" porque "así tengan 14, 15
o 25 años nos joden a nosotros". Para eso, requirió
a los vecinos que aporten información sobre los delincuentes.
Vercellotti, ex mayor del Ejército, suele ufanarse de que con el
intendente de San Miguel son del mismo palo. "Rico y yo --dice--
tenemos tres guerras encima: la guerra contra la subversión, la
de Malvinas y el conflicto con Chile". También comparten su
pasado carapintada y el fracaso de la gestión en el Ministerio
de Seguridad bonaerense durante los primeros meses de gobierno de Carlos
Ruckauf porque Rico llevó a Vercellotti como su secretario de Defensa
Civil en su incursión por La Plata.
Vercellotti no comentó nada de aquel fracaso a los vecinos sino
que, por el contrario, destacó como una cualidad y un sinónimo
de experiencia su paso por el Ministerio de Seguridad provincial y les
aseguró que había regresado a San Miguel para "armar
otra vez el esquema para pegarles a los delincuentes". También
les prometió que "les voy a pegar con un caño, pero
para eso necesito que me ayuden los vecinos", según detalló
el diario La Hoja de San Miguel en su edición del lunes pasado.
La reunión de Vercellotti con los habitantes del barrio Santa Brígida
recién adquirió trascendencia pública ayer, pero
tuvo lugar el jueves de la semana pasada. Durante su transcurso, los pedidos
de ayuda a los vecinos de parte del funcionario fueron recurrentes. Los
solicitó después de señalar que en el municipio hay
un policía cada 4600 habitantes y un patrullero cada 5500, para
poder así atrapar "a esta manga de atorrantes que no tienen
huevos, porque no son nada, son una porquería". Y volvió
a hacerlo al precisar que "por eso cuando los agarramos y están
armados, en vez de cagarnos a tiros, tiran el arma y yo me los voy a comer,
pero para comérmelos junto con la policía necesito que trabajemos
juntos".
La convocatoria a los vecinos a aportar datos sobre los delincuentes resulta
"lo más preocupante", como lo calificó Podestá,
frente a los rumores que la misma diputada reveló que desde hace
tiempo circulan en San Miguel. "Lo que se comenta es que frente al
aumento de los delitos, como en todo el resto del conurbano, habría
intención de armar algo por afuera de la institución policial",
precisó Podestá, quien "a la luz de las declaraciones
de Vercellotti y de la patología propia del gobierno de Rico",
no consideró descabellada la versión sobre la intención
armar un grupo parapolicial en ese municipio.
Ni siquiera los concejales peronistas de San Miguel --que acompañan
la gestión de Rico como intendente-- dejaron pasar lo de Vercellotti
y repudiaron sus declaraciones. Desde la Cámara de Diputados de
la Nación sumaron su repudio los aliancistas Graciela Ocaña,
Rodolfo Rodil, Marcela Bordenave y Bárbara Espínola. Los
ediles de la Alianza en el municipio pidieron directamente su separación
del cargo, pero el intendente y su secretario de Seguridad han sido inseparables
en los últimos años.
Vercellotti se alzó contra la democracia durante el gobierno de
Raúl Alfonsín de la mano de Rico y es uno más en
la larga lista de oficiales carapintadas que ocupan u ocuparon altos cargos
en la Municipalidad de San Miguel. Durante el levantamiento de Villa Martelli,
el 2 de abril de 1988, Vercellotti intentó sin éxito liberar
a Rico del penal militar de Magdalena, donde estaba detenido.
Instalados ya --maquillaje democrático por medio-- en San Miguel,
Vercellotti estuvo detrás de cada uno de los aprietes con que Rico
acostumbra ganarse un lugar privilegiado en los medios. El intento de
desalojo de los médicos que ocupaban en Hospital Larcade en rechazo
al intento de privatización encubierta del sistema de salud municipal
es uno de los más recordados; la calificación de "negros
de mierda" a un grupo de vecinos que reclamaba una solución
a las reiteradas inundaciones es el más reciente.
"Me presenté ante la Justicia porque si nos acostumbramos
a dejar pasar este tipo de cosas, puede ser mucho más grave",
comentó Podestá sobre la denuncia contra el secretario de
Seguridad de San Miguel que radicó en la fiscalía de La
Plata y agregó: "Vercellotti es un violento, como todos los
que integran el equipo de Rico".
LOS PROBLEMAS DE RICO
DESDE EL 10 DE DICIEMBRE
Un ex soldado en declive
El último
no fue el mejor año de Aldo Rico. Desde que asumió como
ministro de Seguridad, el carapintada tuvo que pedir disculpas por amenazar
a periodistas, protagonizó el papelón del Indio Castillo
y, luego de una reacción destemplada, se vio obligado a renunciar.
De vuelta en San Miguel, Rico calificó de "negros de mierda"
a un grupo de vecinos y fue salpicado por el escándalo de los prostíbulos
ilegales.
El 23 de diciembre, apenas trece días después de asumir
como ministro de Seguridad bonaerense, Rico impulsó una resolución
en la que prohibía a los empleados del organismo usar pelo largo,
minifaldas y arito. Cuando se enteró, Carlos Ruckauf tuvo salir
a frenar la norma.
El 6 de enero, Rico protagonizó
otro exabrupto cuando amenazó a tres reporteros gráficos
en Pinamar. "Les voy a mandar a la policía para que los persiga.
¿Para qué quieren más fotos? ¿Para masturbarse?",
dijo en esa oportunidad. Un nuevo reto de Ruckauf lo obligó a pedir
disculpas, que pronunció a medias: el carapintada atribuyó
todo a "un malentendido" y aseguró que la amenaza era
"inexistente".
En marzo, Página/12
reveló la relación de Rico con Carlos "El Indio"
Castillo, que había sido detenido acusado de intento de homicidio.
La reacción fue veloz: Rico difundió una foto en la que
supuestamente el Indio Castillo aparecía como custodio de Fernando
de la Rúa. Fue un papelón: se trataba, en realidad, de un
oficial de la Policía Federal. Ante la novedad, Rico primero se
acuarteló en su despacho, después tuvo que desmentir su
renuncia una y mil veces y luego acusó a la prensa de estar "aferrada
a ideologías trasnochadas".
Más tarde, obligado
por Ruckauf, tuvo que pedir disculpas. Lo hizo a través de una
carta que potenció el disgusto de De la Rúa. Pero no alcanzó:
Ruckauf volvió de una gira por Estados Unidos y le pidió
la renuncia. El carapintada volvió a San Miguel.
En mayo pasado, ya como intendente,
Rico se acercó a una protesta organizada por un grupo de vecinos
que reclamaban por las inundaciones. "Dejen que se ahoguen estos
negros de mierda", fue la respuesta del carapintada.
El 23 de setiembre, el programa
"Telenoche Investiga" reveló una red de prostitución
que funcionaba en San Miguel, en la que trabajaron menores de edad. Dos
funcionarios riquistas --el secretario de Gobierno, Oscar Zilocchi y el
presidente del Concejo Deliberante-- están involucrados acusados
de cohecho.
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