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El reto de la Cámara a Galeano puso la lupa sobre un sospechoso

Es Alberto Kanoore Edul, un empresario que hizo una llamada a Telleldín días antes del atentado a la AMIA. Jamás pudo explicar los motivos de ese telefonazo. Otros hilos sueltos.


Por Raúl Kollmann
t.gif (862 bytes)  La resolución de la Cámara Federal, calificando de "lento y poco fructífero" el avance de la investigación del caso AMIA, llevará a poner aún más bajo la lupa al empresario de origen sirio libanés Alberto Kanoore Edul. La Cámara critica al juez Juan José Galeano por no haber profundizado la pesquisa de un hombre que ocho días antes del atentado llamó por teléfono a Carlos Telleldín, el propietario de la camioneta que estalló frente a la mutual judía. Kanoore nunca pudo explicar esa llamada telefónica. Al mismo tiempo, hay otros elementos que vinculan con el atentado al joven empresario, actualmente quebrado y también acusado de estafas reiteradas.
La abogada de la DAIA, Marta Nercellas, recordó que la resolución de la Cámara se produce porque la entidad judía apeló un fallo de Galeano en el que se declara la falta de mérito, es decir que no hay pruebas, como para procesar a Kanoore. En ese marco, la DAIA presentó una serie de medidas que ahora fueron acogidas por la Cámara para investigar a Kanoore.
También el letrado de Memoria Activa, Alberto Zuppi, recordó ayer ante Página/12, que su parte le reclamó hace más de un año la realización de 45 medidas, varias de ellas relacionadas con Kanoore Edul y la empresa Santa Rita, propiedad de otro empresario de origen sirio libanés, Nassib Haddad, que colocó frente a la AMIA un volquete cinco minutos antes del estallido. Los increíbles elementos que vinculan a Kanoore con la causa --y que figuran en el escrito de la DAIA-- son los siguientes:
La llamada a la casa de Telleldín ocho días antes del atentado, el 10 de julio de 1994. Kanoore argumentó que estaba tratando de comprar una camioneta ya que le habían robado la suya. Se probó, sin embargo, que recién se la robaron el 30 de julio. Después Kanoore dijo que la llamada no la hizo él, sino su chofer. Este declaró que la comunicación se hizo un domingo y que él jamás trabajaba los domingos. O sea Kanoore no explicó la llamada y encima mintió.
Hay que recordar que Alberto Kanoore Edul es hijo de otro empresario sirio libanés del mismo nombre. Alberto (padre) es un viejo amigo de Carlos Menem, de los Yoma y de Monzer Al Kassar.
En la hoja de ruta del camión que dejó el volquete frente a la AMIA figura una dirección de la calle Constitución al 2600, al lado del negocio de Edul, y que corresponde a un baldío.
Aunque resulte increíble, por el caso de ese baldío fue llamado a declarar el médico de Carlos Menem, Alito Tfeli. Este explicó que había un niño que fue operado y que no tenía dónde vivir, por lo que se metió a su familia en ese baldío. El volquete fue para limpiar el baldío. Distintas versiones siempre sostuvieron que Tfeli es familiar del jeque Tufaili, un lider del Hezbollah, aunque el médico presidencial hasta presentó ante Galeano su árbol genealógico para negarlo.
Kanoore es primo de un policía bonaerense llamado Iousef Chabán. La Cámara justamente pide que se investigue a Chabán y su posible relación con el ex comisario Juan José Ribelli, imputado como cómplice.
Ante todos estos elementos, la Cámara igual sostiene que no se puede procesar a Kanoore porque la investigación ha sido "lenta y poco fructífera" y no se ha profundizado verdaderamente la pesquisa. Obviamente los magistrados no sobreseen al empresario, le dicen al juez que, de una vez por todas, adopte las medidas de investigación imprescindibles.

 

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