Buen arranque para San Lorenzo, uno de los pocos equipos que llegan
armados y con refuerzos puntuales al comienzo del Apertura. Anoche, en
un partido desprolijo, plagado de pelotazos y con algunas patadas, le
alcanzó para golear con orden general, la buena producción
de Franco, la precisión del recuperado Abreu para definir y dos
chispazos de esa promesa de muy buen jugador que pinta en Santana, golpeado
por Troglio sobre el final. Lo de Gimnasia, un festival de centros desde
la derecha que Sava jamás pudo cabecear. Horrible.
Al filo de los cuarenta minutos, cuando el partido se había convertido
en un ir y venir de pelotazos a dividir, volvió a equivocarse Cufré
en el medio --tuvo varias de ésas--, Franco, que anduvo muy bien,
lo madrugó y abrió hacia la izquierda; Erviti tuvo tiempo
de sobra para acomodarse y patear. Lo hizo al cuerpo de Noce, que devolvió.
El rebote fue de Franco otra vez que, asegurándola, tocó
al gol. De ahí hasta el final, San Lorenzo tuvo un par de oportunidades
más --un cruce de Pusineri que no alcanzó a tocar Abreu,
otra del uruguayo que le tapó Noce-- y si se hubiera ido con dos
de ventaja no habría estado mal. Es que había sido mucho
más que un Gimnasia, a esa altura, ya desorientado.
Y así se manifestó desde el inicio. Michelini y Verón
coparon el medio, Erviti subió seguido por izquierda, Franco se
echó atrás para juntarse con Romagnoli y sólo quedó
fijo arriba por el medio Abreu, peligro constante. Antes del cuarto de
hora tuvo tres llegadas claras, mientras los de Griguol sólo se
aproximaron con una volea apenas alta de Enría hacia los veinte
minutos. Precisamente, el lapso que va desde la mitad del período
hasta el gol de Franco fue lo peor del período.
Arrancó el segundo con Gimnasia más decidido pero repetido
en los pelotazos anunciados para Sava. San Lorenzo se paró de contra
y dos desbordes con previa guapeada por izquierda de Santana --entró
por Erviti-- simplificaron todo: en el primero, Franco tomó su
segundo rebote de la noche y la embocó de lejos; en el segundo,
Abreu puso la cabeza y cambió el palo: 3-0 muy justo.
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