Por Julio Nudler
�Es cierto, fue sobre la riqueza que producía el campo que creció nuestra industria. Es cierto lo que resulta del estudio hecho por el Gobierno a través de la Secretaría de Agricultura, la transferencia de recursos desde el campo a la industria...� Este párrafo del mensaje de ayer de Fernando de la Rúa en la Rural puso el dedo en la llaga, respaldando sorprendentemente al campo en su disputa sectorial con la industria, áspero asunto en el que había hecho hincapié en su discurso previo el jefe de la Sociedad Rural Argentina, Enrique Crotto. Por la tarde, la Unión Industrial Argentina juzgó �realmente desafortunadas� las expresiones de Crotto, pero no aludió a las del propio Presidente. En la UIA piensan que la cúpula ruralista quiere introducir una cuña en el Grupo Productivo para partirlo. Por otra parte, fue el radical y pampeano Antonio Berhongaray, secretario de Agricultura y Ganadería, quien proveyó la munición para esta guerra entre el surco y la chimenea al encomendar y difundir oficialmente en junio el estudio al que se refirió aprobatoriamente De la Rúa y exultantemente Crotto. Pero Daniel Roiter, de la UIA, revisó en los últimos días el análisis publicado por Berhongaray y lo descalificó lapidariamente. Su trabajo, que será presentado pasado mañana ante el Comité Ejecutivo de la Unión, arriba, entre otras conclusiones, a que �las supuestas transferencias intersectoriales que se calculan están estimadas con un procedimiento incorrecto, y su distribución geográfica está asignada sin fundamento alguno�.
En el grueso ensayo proagrario que escribieron Jorge Medina y Luis Soto para Berhongaray se lee que �un país pequeño (la Argentina lo es en términos económicos) no puede protegerse a sí mismo. Así es que cuando intenta proteger algún sector, necesariamente somete al resto de los sectores a pagar el costo de esta protección. Una primera evidencia de este costo proviene del encarecimiento de los insumos protegidos, utilizados por el resto de los sectores... En el caso argentino, los sectores que más han contribuido a soportar el peso de la protección industrial, y que por lo mismo han postergado por largo tiempo el aprovechamiento pleno de su potencial productivo, son el agro y la agroindustria�.
Más adelante llegan los números: �Las transferencias de ingreso inducidas por la política comercial externa durante 1999 son estimadas en 5949 millones de pesos, de los cuales 3660 millones fueron cedidas por los sectores agropecuario y alimentario (excluyendo la industria azucarera). Esto es, más de 60 por ciento del costo de la protección es soportado por el agro y la agroindustria�. Si a esta cifra se suman los 1372 millones transferidos por efecto de la política fiscal, se llega a un monto anual de 5032 millones. En concreto, los cañones de Agricultura les apuntan a las industrias automotriz, autopartista, textil, plástica, siderúrgica y refinadora de petróleo, que son incluidas en el denostado paquete de las �industrias sustitutivas� (es decir, que sustituyen importaciones). Crotto las mencionó, una a una, en su discurso.
Osvaldo Rial, presidente de la UIA, que ahora suma un frente verde al de su pelea con las privatizadas y los bancos, encuentra �insólito que, en su discurso, el presidente de la SRA no dedique una sola palabra al problema de las altas tasas de interés y la necesidad de reactivar el mercado interno, que hoy son las principales restricciones que enfrenta el sector productivo en general y el agro en particular�. Pero lo cierto es que Crotto prefirió arremeter violentamente contra sus colegas fabriles: �Estamos cansados de sufragar seudoempresas y a personeros del lobby de la ineficiencia �se quejó�, que además utilizan parte de esos fondos para perpetuar sus ventajas�, en obvia alusión a la presunta compra de las medidas de promoción, que les serían otorgadas por políticos corruptos. El ruralista no dejó a salvo al gobierno de la Alianza: �Nos siguen esquilmando�, afirmó.
De la Rúa, a su vez, ahorró retórica, incluyendo también él en su mensaje algunas definiciones fuertes. Por ejemplo, cuando destacó la preservación del BNA. �Le dijimos al Fondo Monetario que el Banco Nación no se privatiza �resaltó�. Y yo me pregunto qué hubiera ocurrido si era vendido. Hoy es la herramienta fundamental para la recuperación que llevamos adelante.� Efectivamente, el Gobierno se está valiendo del BNA para bajarle las tasas de interés al campo y llevarle nuevas líneas de financiación, aunque algunas de estas decisiones están preocupando al presidente del Nación, Chrystian Colombo, porque van a deteriorar el balance del banco.
Sabiendo que, en términos tributarios, fue con las manos vacías, De la Rúa optó por arriesgar dos promesas fuertes para el campo, aunque indefinidas. Una es eliminar gradualmente el impuesto sobre los intereses del endeudamiento, introducido por Roque Fernández. Otra, suprimir el impuesto a la renta mínima presunta ��renta que no siempre existe�, admitió el Presidente�, con cuya creación se procuró que estancieros y chacareros tributaran por lo menos algo sobre sus ganancias, ya que el campo es visto desde la DGI como un contumaz evasor.
El Presidente también anunció que �se terminó la época de la ingenuidad dentro de la economía globalizada�. Aunque ratificó la apertura, de un modo algo velado amenazó con represalias comerciales a los países que subsidian su producción agraria y que traban el ingreso de productos argentinos. Sin embargo, los peores pecadores son la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, por lo que no se ve de qué manera efectiva podría la Argentina cobrarles ojo por ojo.
Gasoil, tasa y un paraguas
Con el tiempo, una de las razones fundamentales de la formal inauguración de las muestras ganaderas de Plaza Italia por parte del Presidente es la obligación que le crea a éste de lanzar al picadero algunos anuncios gratos a los cabañeros de la Rural. Los de ayer, que Página/12 fue anticipando en los días previos, tuvieron dos ejes: el combustible y el crédito. En cuanto al primero, se lanzó el controvertido gasoil agropecuario, sólo apto para mover la maquinaria agrícola, a 40 centavos el litro (8 menos que el precio del gasoil común), que puede descender a 37 si el colono cuenta con cisterna propia. A su vez, el Banco Nación bajará dos puntos, hasta alrededor del 7 por ciento anual, la tasa que aplica a la refinanciación, a 10 y 20 años, de los 1500 millones de pesos que le adeuda el campo. Algunas subas en reintegros de exportación y el empalme de los créditos del Nación con un seguro contra meteoros y plagas completaron las novedades, relativamente modestas, de la víspera. |
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