Por Sergio Moreno
 �Felicítenme�, sugería a cada uno de sus colaboradores ayer Aníbal Ibarra. �Ya te felicitamos, ganaste hace tres meses�, respondían algunos, un tanto confusos. �No, ayer volví a ganar�, replicaba sonriente el jefe de Gobierno electo. Y tenía sus razones. Ibarra acababa de designar al presidente del Banco Ciudad, el cargo más importante de su futura administración, vacante hasta ayer. El hombre es su hombre, Roberto Feletti, el que Ibarra quería y por el que peleó y resistió las presiones �en política suelen denominarse �sugerencias�� ni más ni menos que del presidente Fernando de la Rúa y de su jefe político, el vice Carlos �Chacho� Alvarez. Ibarra impuso a su elegido y ahora, en el Ciudad, va por más.
Feletti goza de la máxima confianza de Ibarra. Se conocen desde sus años de la militancia política. El jefe de Gobierno está más que conforme con el trabajo que realizó este contador desde su sillón de director del Ciudad, venciendo las resistencias que había despertado cuando el Frepaso lo apoyó para ese cargo. La labor de Feletti fue uno de los argumentos que Ibarra puso sobre la mesa, cuando le �sugirieron� nombres alternativos.
Cuando todavía no se habían acallado los festejos de los funcionarios designados en el gabinete porteño, desde la cumbre de la Alianza comenzaron a mirar el casillero vacío. De la Rúa y Alvarez coincidieron en que la designación del titular del banco porteño debía transformarse en una señal para los mercados. La sugerencia fue una manera elegante de bajar el precio al hombre de Ibarra.
Fue entonces que aparecieron los nombres que, supuestamente, el mercado recibiría alborozado: Alvarez mantuvo una reunión con Javier González Fraga y Martín Redrado �para conversar sobre escenarios económicos y escuchar si hay algún elemento novedoso en la economía�. Según confió en su momento uno de sus allegados, Chacho Alvarez no encontró novedad alguna en la charla. Pero, tras ese encuentro, González Fraga y Redrado quedaron anotados en la nómina de posibles candidatos.
Ibarra, desde un comienzo, dijo a su gente de González Fraga: �No me seduce�. En cambio, Redrado no fue desechado para ocupar otro lugar en la administración de la ciudad. Ibarra mantiene una buena relación con el ex golden boy y, además, la incorporación de un economista liberal al Ejecutivo (podría ser un ente descentralizado) permite al jefe de Gobierno entrante construir política fuera de los límites del centro izquierda.
El jefe de Gobierno saliente, Enrique Olivera, no se privó de mover sus fichas. Su apuesta fue Eduardo Delle Ville, actual secretario de Hacienda, a la presidencia del Ciudad, relegando a Feletti �si no había otra chance� a la vicepresidencia. Ibarra no descarta que Delle Ville integre el directorio del banco.
El propio De la Rúa hizo la última movida, bajo el consejo del ministro de Economía, José Luis Machinea, y de Alvarez, sugirió el nombre del ex Banco Río y ex Banco Nación Roque Maccarone para capitanear el Ciudad. Maccarone, a quien Ibarra consideraba �un tipo interesante� para el cargo, dijo sentirse cómodo en el Banco Galicia y apeló a su edad y cierto cansancio cuando lo sondearon por el Ciudad.
Finalmente, poco pudieron las sugerencias. Ibarra sabe que debe mantener el control sobre el dinero del Ciudad e imagina �y mandó a estudiar� la forma en que la entidad aumente su capital mediante el ingreso de capitales privados sin que ello signifique resignar el control. Y además quiere que el Ciudad juegue un papel destacado en la reactivación de la economía porteña, en el apoyo a las pymes y en la generación de empleos.
Para ello necesita �que el presidente (del banco) no se le plante, ni vaya para otro lado�, graficó uno de sus allegados. Sabedor de que para lograr estos objetivos no basta con la cabeza del Banco, Ibarra ya tiene los nombres de algunos futuros directores: seguirá Arnaldo Bocco, y se lesumarán Rubén Delfini, contador y asesor de Feletti, y Marta Albamonte, mujer del designado secretario de Gobierno, Raúl Fernández.
El peronista Aníbal Jozami (hermano del frepasista Eduardo), dejará su cargo. La coalición de Domingo Cavallo y Gustavo Beliz también obtendrá su sillón en el Ciudad. Así y todo, el control quedará en manos del hombre que ayer impuso a su hombre.
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