Por Romina Calderaro
 Carlos Salvador Bilardo tiene al menos un voto asegurado para el 2003, cuando se presente como candidato a presidente de la Nación: el de su esposa. �Cuando supo que quería ser presidente, me dijo que estaba loco. Lo mismo me dijo cuando le dije que nos íbamos a Libia. Pero después me apoya en todo. Es una fenómena.� En diálogo con Página/12, Bilardo habló de sus ambiciones presidenciales, de las relaciones del fútbol con la política, del gobierno de la Alianza, del de Carlos Menem, de sus amigos que están presos y la gente que le pide plata en la calle.
�¿Sigue con la idea de ser presidente?
�Sí.
�¿Y por qué?
�Porque yo creo que en cuarenta años no se han modificado muchas cosas en el país, y que el país se está viniendo abajo. No veo futuro para mi hija, la gente no toma iniciativas. Hay una concentración de jubilados y veo gente tocando bocina para que se vayan. Hay una concentración de camioneros y gente que toca la bocina molesta porque le obstruyen el tránsito. Cada uno pelea por su lado y hay un disconformismo de mucha gente. Se perdieron la ética y la moral. Y esto empezó hace tiempo. Cuando yo empezaba a ser médico, ya veía cómo los otros doctores empezaban a llevar cosas de su domicilio particular al hospital público.
�Y cuando se le ocurrió esta idea de ser candidato a presidente, ¿se lo comentó a su esposa, a su hija?
�No.
�¿Y cómo se enteraron?
�Cuando leyeron los diarios. Siempre se enteran así de mis decisiones.
�¿Qué le dijo su esposa?
�Que estaba loco. Siempre me dice que estoy loco, pero después me acompaña. Es una fenómena. Cuando le dije que iba a Libia también me dijo que estaba loco, pero después se entusiasmó.
�¿Qué piensa del gobierno de la Alianza?
�El país quiere cosas más rápidas. Además, por lo que escucho y lo que veo, tienen muchos problemas entre ellos. Y cuando eso ocurre nunca resulta nada bueno. Pero la cosa no es de ahora, viene también del gobierno anterior. Muchas veces, y también en el fútbol, me dicen �Carlos, vos querés cambiar el mundo�. Yo les digo que yo no quiero cambiar el mundo, pero que, por lo menos, el mundo no me va a cambiar a mí. En fútbol sí logré hacer cambios. Hay una revista que se llama World Soccer que enumera las diez tácticas del siglo. La última táctica, dice la revista, fue en 1986. El otro día me levanté y me enteré de que a un chico, amigo de la familia, le pusieron un revólver en la cabeza a las siete de la mañana y le sacaron el coche. No puede ser. No puede ser que mi hija se vaya y yo no sepa si vuelve o no vuelve.
�¿Y cómo evalúa el gobierno de Carlos Menem?
�Yo no los voy a juzgar a todos los que se fueron porque queda mal. Pero yo sé lo que hicieron porque los conozco a todos. A todos. Yo digo que hay una foto... Tomá la primera foto de Menem y tomá la última. Y te vas a dar cuenta quién estuvo bien y quién estuvo mal. Los que están en la última foto, ésos siguieron fieles a Menem. Los que se fueron de la foto, metieron la pata en algo.
�¿A quién votó en las últimas elecciones?
�Yo no digo nunca a quién voto. La de uno no es una palabra más porque sale en todos los diarios. Nunca digo a quién voté. Y a todos los partidos que me han llamado para colaborar con el país, los ayudé.
�En algún momento se habló de que usted, si ganaba Duhalde, iba a ser su ministro de Deportes.
�Pero yo dije que no. Eso salió una vez y yo dije que no. Y fue cuando Duhalde ganaba, cuando estaba bien en las encuestas. Sí colaboré en la creación de los Torneos Juveniles Bonaerenses.
�¿Por qué partido piensa ser candidato? ¿Tuvo algún ofrecimiento concreto?
�Hace muchos años me ofreció Aldo Rico, y después Romero Feris. La gente me pregunta por qué no soy primero concejal, diputado, senador, etc. Yo pienso que no lo necesito. Yo creo que los políticos no vienen actuando como el pueblo quiere. ¿Por qué? A mí, mi abuelo me enseñó una forma de vida, mi padre me enseñó una forma de vida y a partir de mi generación se cambió. Antes, la gente trabajaba, cumplía con su horario. Poco a poco empezaron a salir los cheques sin fondo, comenzó la falta de respeto, empezaron todos a faltar al trabajo. Y ahora, la inseguridad me da mucha bronca. Porque le echan la culpa al fútbol ¿viste? Y no es el fútbol, es la vida. Yo estoy contra la ley ésa del dos por uno. No puede ser. Yo tengo amigos que se han equivocado, están en la cárcel y los voy a visitar.
�¿Usted tiene amigos que están presos?
�Sí. Se equivocaron, qué querés que le haga. Ahora a uno lo roban y piensa �qué suerte. No me mataron�. Ahora ya es que no te maten. Ese es un tema fundamental.
�¿Qué cosas del fútbol le van a servir para la política?
�No me va servir mi personalidad.
�¿Por qué?
�A mí Víctor Hugo Morales me dice siempre: �Carlos, por qué no decís que vamos a ir a mirar el arco de enfrente y te dejás de embromar, no nos peleemos más con nadie�. Y yo no puedo. Yo declaro lo que siento y tengo enemigos y amigos. Yo soy de acá o soy de allá.
�Y no es simpático si no tiene ganas.
�No, no lo puedo demostrar. A mí me quieren hacer alianzas para hacer negocios y no me gusta. Porque me lo enseñó mi padre ¿eh? Negocios que no estén dentro de la legalidad no hice nunca. Y los corruptos tienen que ir presos, no tiene que haber amigos en la política. Es como en el fútbol.
�¿Cómo es eso?
�Cuando yo dirijo un equipo de fútbol, no tengo amigos. Los amigos estuvieron antes o después de dirigir. No durante, porque durante puede haber conveniencias, intereses. Yo miro el bien del equipo. Si vos jugás mal, vas afuera. Acá es lo mismo, vos no podés tener amigos en la política. Y hay un montón de gente que no sirve y está acá porque es amigo del que dirige.
�¿Cómo piensa que le va a ir en la política?
�Yo creo que tiene que gobernar el pueblo. Si yo fuera intendente de la ciudad, no estaría hablando con vos. Estaría caminando en los hospitales. Igual que cuando era médico. Yo me entrenaba en el hospital y le pedía a mi novia, que es mi señora de hoy, que viniera al hospital a la noche y no iba a mi casa. Ella me venía a ver. Y ahí dormía. Buscaba una cama y ahí me quedaba.
�¿Y cree que sin aparato, sin apoyos, va a poder abrirse camino?
�Yo apoyo de empresarios tengo, apoyo de gente en la política tengo, que me dijeron �esperá�, y de afuera también. Y eso es lo que uno puede haber logrado con el fútbol. Lo que yo no tengo, que es muy difícil de pelear, porque Cavallo no puede todavía, es una estructura armada. Hay que pelear con estructuras que son muy fuertes. Pero yo pienso que la gente va a llegar un momento en que va a reaccionar. Las maestras, los jubilados, no pueden seguir así.
�¿Qué hace cuando le piden plata por la calle?
�El otro día uno me dijo �Bilardo, ¿no tenés un peso?�, y como me conocen tenés que darles. Yo siempre tengo monedas preparadas porque sé que me piden en todos los semáforos. Pero ese día no tenía y le dije. ¿Tiene dos pesos?, me preguntó. Le dije que sí. �Total, un peso más, un peso menos, a usted no le hace nada.� Tenía razón. Un día, le compré flores a una chiquita hermosa. Compré rosas y las dejé en el auto. Para qué. Mi esposa empezó con que para quién eran las flores. Ahora, cada vez que compro flores, la llamo por teléfono a mi esposa. �Nena, decile para quién son las flores�, le digo a la chica a la que se las compro y le paso el celular. �Señora�, dice.
�¿Y no se las regala a ella?
�No. Me venden de todo, cuadernos, lapiceras, y yo mando todo para atrás.
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