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Fujimori acusa a Toledo del incendio del Reichstag

Luego de la violencia del viernes (que dejó 8 muertos y 200 heridos), el presidente Fujimori acusó a su opositor Alejandro Toledo por todo, y una de sus congresistas recomendó tratarlo como a los terroristas.

Fujimori pasó el día rodeado de militares.
Aquí los aplaude por lo bien que lo defendieron.


Por Carlos Noriega
Desde Lima

t.gif (862 bytes) Después de las violentas protestas que rodearon la re-reasunción del mando presidencial de Alberto Fujimori, el oficialismo en pleno, encabezado por el propio Fujimori, ha apuntado directo al líder opositor, Alejandro Toledo. Lo han acusado de ser responsable de las ocho muertes que dejaron los disturbios y han amenazado con enjuiciarlo. En un almuerzo realizado en Palacio de Gobierno con los altos jefes militares, y en el que el asesor presidencial y jefe de facto del siniestro Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos, ocupó un lugar preferencial en la mesa de honor, Fujimori puso la pauta del guión del oficialismo.
Con temeraria ligereza y sin aportar ningún elemento que sustentara sus graves acusaciones, Fujimori aseguró que el objetivo de la protesta era nada menos que incendiar el Congreso para frustrar su juramentación, lo que calificó como �un plan comparable con el del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)�. Fujimori aludía a un frustrado plan del MRTA para tomar por asalto el Congreso en diciembre de 1995. No habló del incendio del Reichstag que precipitó el nazismo, pero pudo haberlo hecho. Y sin nombrarlo directamente, calificó a Toledo de ejercer �un seudoliderazgo irresponsable para fomentar el caos�. Calificó de �irresponsable y criminal agitación� las acciones de protesta. Ante la complacida mirada de la jerarquía militar y del poderoso Montesinos, el presidente peruano adoptó un trasnochado lenguaje macartista: �Estos agitadores se han paseado por las calles con banderas rojas, comunistas, con cartelones donde figuraba el rostro del Che Guevara�, dijo.
En el mismo tono amenazante usado por Fujimori se pronunciaron diversos voceros del oficialismo. El nuevo primer ministro y ex opositor Federico Salas debutó acusando a Toledo �a quien después de la primera vuelta el 9 de abril le prometió su apoyo en su lucha contra la dictadura fujimorista por las muertes ocurridas en las protestas. La congresista Martha Chávez atacó con su conocida agresividad: �Toledo y los opositores al gobierno son responsables de lo sucedido, de estas muertes. Lo ocurrido linda con el salvajismo de los terroristas�. Y para que no quedaran dudas de las intenciones de sus palabras, remató: �Contra ellos hay que hacer lo mismo que hicimos contra los terroristas�. Pero Chávez, famosa por haber acusado a la ex agente del SIN Leonor La Rosa de autotorturarse cuando ésta yacía inválida en una cama a causa de las torturas que sufrió en los calabozos del cuartel general del ejército, no se limitó a la amenaza. �Toledo está desquiciado�, dijo, y luego atacó a Eliane Karp, la esposa de Toledo, a la que después de llenar de insultos calificó como �una extranjera sin ningún derecho a opinar sobre el Perú�. Karp es nacida en Bélgica. Pero Chávez no fue la única. La también parlamentaria Luz Salgado, actual vicepresidenta del Congreso, siguió el mismo guión: �Toledo es el responsable de todo lo sucedido. Toledo está desquiciado y tendrá que ser enjuiciado�. Otra congresista, Carmen Lozada, no se quiso quedar atrás y también dio su aporte a la respuesta del oficialismo a la crisis política que vive el país: �Toledo está fuera de sus cabales�, fue su profunda argumentación. Y, sin ruborizarse, todas ellas complementaron la catarata verbal de insultos y amenazas asegurando que el gobierno de Fujimori �tiene toda la voluntad de dialogar con la oposición�. 
Alejandro Toledo ha respondido acusando al gobierno de haber ordenado una �represión brutal� que desencadenó la violencia y ha denunciado la existencia de �cien agentes de inteligencia que se han infiltrado entre los manifestantes para provocar actos de violencia�. �Las muertes no son responsabilidad de la marcha sino del gobierno�, fue la respuesta de Toledo. Aunque ahora el gobierno quiere cargar toda la responsabilidad de lo ocurrido a los organizadores de la marcha, lo cierto es que la violencia se desencadenó cuando la policía comenzó a reprimir violentamente a los manifestantes que hasta ese momento marchaban pacíficamente. Sobre los cerca de 200 heridos y más de 170 detenidos que dejó la represión policial, las autoridades no han dicho nada. 
La juramentación del nuevo gabinete, suspendida el viernes ante las masivas protestas, recién pudo hacerse ayer. Son cinco los nuevos ministros. Al ex candidato presidencial de la oposición, Federico Salas, convertido ahora en el nuevo primer ministro y ministro de Educación de Fujimori, se han sumado el general Walter Chacón, en Interior; Carlos Boloña, en Economía; José Climper, en Agricultura, y Gonzalo Romero de la Puente, en Industria. Boloña, un defensor a ultranza de la ortodoxia neoliberal, retorna al gabinete después de siete años. El nombramiento del general Chacón es una nueva muestra del poder del tenebroso Montesinos. Chacón es miembro de la promoción del ex capitán Montesinos en la escuela militar y se lo considera como uno de los generales leales al asesor presidencial. Poco después de la juramentación del gabinete, se realizó el tradicional desfile militar. A última hora, las autoridades trasladaron el desfile de las calles a los patios del cuartel general del ejército. El general Luis Cubas, cuñado de Montesinos y jefe de la región militar de Lima, fue el encargado de encabezar la parada. 
Mientras Fujimori pasaba el día rodeado de los militares, en las calles del centro de Lima cuadrillas de trabajadores recogían los escombros que dejaron los incendios en el Poder Judicial, la Fiscalía de la Nación, el Banco de la Nación y el Jurado Nacional de Elecciones. Fujimori ha comenzado su tercer período presidencial como se esperaba desde su fraudulenta re-reelección: en medio de las protestas generalizadas, la indignación popular, protegido y sostenido por los militares, y en medio de una aguda crisis e inestabilidad.

 

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