Por Fernando Cibeira Los tiempos de la mística de campaña quedaron atrás. Ahora les toca compartir responsabilidades de gobierno, con las asperezas que eso suele traer aparejado. Por eso, admiten dirigentes del Frepaso, la relación entre el vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez y el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, no está pasando por su mejor etapa. "Alberto se maneja con su propia lógica de acumulación de poder y tuvo algunas actitudes que a Chacho lo molestaron", explicó un amigo de ambos. Aunque admitió el distanciamiento, el amigo se esforzó en aclarar que daba por seguro que la situación era sólo temporaria. Algo que, habría que aclarar, ni él ni los propios protagonistas están en condiciones de asegurar. Al parecer, las complicaciones en la relación entre Alvarez y Flamarique se agravaron un par de semanas atrás, cuando trascendió una reunión mantenida por el "equipo de campaña" de la Alianza en la que se habrían analizado encuestas y barajado diversas posibilidades de candidaturas para las elecciones legislativas del 2001. Según la versión, la formación fue la misma que en la campaña presidencial: los jefes del comando para una elección para la que falta más de un año son el presidente de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual, por la UCR, y Flamarique, por el Frepaso. Al vicepresidente la noticia le cayó como mal. Sobre todo porque consideró que Flamarique no había guardado la suficiente discreción con respecto del encuentro. "A Chacho le pareció desubicado que justo cuando estaba por salir el índice de desempleo, el ministro de Trabajo apareciera en una reunión analizando una elección que se va a hacer recién el año que viene", explicó un alto dirigente del Frepaso. Un motivo adicional fue que Flamarique apareciera como presidente de un comité, con el supuesto mandato de discutir posibles candidaturas. Alvarez es el jefe del Frepaso y, lógicamente, considera que una decisión de ese tipo tiene que tomarla él. Máxime si se tiene en cuenta que uno de los potenciales conflictos para los comicios del año que viene pasará, justamente, por la posición que ocupará Flamarique. "Alberto" --explicó un amigo que lo conoce de años-- "tiene una lógica de acumulación de poder que lo lleva a tratar de ocupar los casilleros que ve que están libres. Esa lógica lo puede conducir tanto a buscar la coordinación de todos los planes sociales como a ponerse a analizar candidaturas". El ministro ya avisó que quiere ser candidato a senador. Cerca de Chacho Alvarez, entienden que lo ideal sería que Flamarique buscara esa candidatura en su provincia, Mendoza, en donde el Frepaso no tiene muchas figuras de renombre. Pero sucede que es lógico que el gobernador radical, Roberto Iglesias, exija la primera candidatura a senador para la UCR, con lo que a Flamarique le quedaría una poco lucida segunda ubicación. Por otro lado, los sondeos que manejan en la coalición indican que el postulante mejor posicionado es el demócrata Carlos Balter. Ergo: la Alianza sólo conseguiría un senador. Así que la alternativa que más seduce a Flamarique es la de postularse en la Capital Federal. Tal vez el único distrito en el que pueda asegurarse que la Alianza va a conseguir los dos senadores que le corresponden a la mayoría. Pero, aquí, las resistencias surgen desde el propio Frepaso. "En la Capital tenemos tres o cuatro dirigentes conocidos que pueden ser candidatos", sostuvo un diputado porteño. "Si Flamarique quiere ser senador, lo lógico es que se postule en Mendoza". Había otra versión dando vueltas en el Frepaso, que indicaba que otro elemento de irritación entre Alvarez y Flamarique pasaría por su distinto nivel de entusiasmo con las estrategias del presidente Fernando de la Rúa. Según esta versión, Alvarez habría acentuado las críticas que desliza en privado a la falta de políticas activas de la Rosada mientras que Flamarique seguiría inalterable en su "delarruismo". Sin embargo, este rumor no tendría asidero. "Ese nivel de divergencias no existe", desmintieron desde el más alto nivel del Frepaso. Lo que sí es cierto es que Alvarez quiere convertir a su fuerza en uno de los motores de las políticas "activas" que se le vienen reclamando al Gobierno. Por eso ya acordó con el jefe del bloque de diputados, Darío Alessandro, apurar un proyecto legislativo para frenar la indexación de los servicios públicos que estará listo esta semana. Con el mismo ímpetu, buscarán la forma de reactivar la industria de la construcción, propiciando la baja de las tasas de interés de los préstamos bancarios. "Ya desactivamos la bomba que nos dejó el menemismo. Ahora tenemos que empezar a buscar de crear trabajo, sino no hay 2001 que valga", evalúan cerca de Chacho Alvarez.
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