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Petrobrás hace su mea culpa, pero no piensa pagar indemnizaciones

Contra lo que piensan los especialistas argentinos, la petrolera brasileña asegura que los hidrocarburos derramados en su planta no llegarán a las cataratas. Y agregan que no prevé indemnizar a la Argentina ni a Paraguay.

Unas 2900 personas trabajan a brazo partido en el saneamiento de los ríos afectados.


Por Carlos Rodríguez
Desde Curitiba

t.gif (862 bytes)  A pesar de la opinión de funcionarios y expertos argentinos que afirman que la contaminación llegará inevitablemente al Parque Nacional Iguazú en un período de seis a doce meses, las autoridades de la empresa brasileña Petrobrás aseguraron a Página/12 que "no hay previsión alguna para indemnizar a la Argentina o al Paraguay porque ninguno de esos países ha sido afectado y no es posible pensar que vayan a ser afectados" por el derrame de cuatro millones de litros de petróleo ocurrido el 16 de julio pasado en territorio brasileño. Los directivos de Petrobás admitieron que poco antes de que se produjera el problema hubo una disminución del personal de la refinería donde se generó el derrame, pero ratificaron que la falla se debió "a un error humano" sin relación con el recorte de personal y anunciaron que en los próximos cuatro años harán una inversión de 1800 millones de dólares "sólo en materia de seguridad y recuperación del medio ambiente".
Durante tres horas, tres miembros de la cúpula de Petrobrás afrontaron las preguntas de un grupo de periodistas de medios argentinos que llegaron al Brasil, invitados por la empresa, como parte de una decisión destinada a "llevar tranquilidad al pueblo argentino" sobre los efectos del incidente, explicó Luiz Valente Moreira, superintendente de la refinería Getulio Vargas, ubicada a 43 kilómetros de Curitiba, donde quedan pocos rastros visibles del desastre. La visita de la prensa fue epidérmica y a las corridas por una demora en el vuelo a Curitiba, circunstancia cuya responsabilidad no le cabe a Petrobrás.
La carrera con obstáculos incluyó una recorrida aérea, en helicóptero, por el tramo más involucrado de los ríos Barigüi e Iguazú. Desde el aire es imposible observar presencia alguna de la mancha negra, salvo en los terrenos aledaños a la planta, sobre el Barigüi, ya que en las ocho barreras de contención a lo largo del Iguazú, que todavía se mantienen con vigilancia permanente las 24 horas, lo único que puede divisarse a la distancia es la acumulación de basura y las carpas fosforescentes donde pasan la noche los empleados asignados a la tarea de limpieza.
Valente Moreira fue acompañado en la exposición por el gerente general de Operaciones de la refinería, Elías Menezes Oliveira, y por el jefe de la División de Producción, Joao Barusso Lafraia. Informaron que ya han recorrido 164 kilómetros "de tierras aledañas y aguas" de los dos ríos afectados, realizando trabajos de saneamiento en los que intervinieron 2900 personas, provistas de camiones y barcos. Sobre la situación actual en la refinería, desmintieron por ser "completamente falso" un comentario del diario brasileño Gazeta do Povo que afirmó que la planta tiene problemas técnicos que le impedirían funcionar normalmente.
Los directivos reconocieron que hubo una importante disminución de los 1280 empleados que tenía la refinería y que el ajuste fue en los meses anteriores a la "falla humana" que motivó el desastre. Antonio Carlos Spis, titular de la Central Unica de Trabajadores de Brasil, había denunciado que el plantel total de Petrobrás fue disminuido de 60 a 37 mil personas. En la refinería, según Valente Moreira, el número menor de operarios fue suplido con "una mejora de los sistemas informáticos y sensoriales" para advertir fallas de funcionamiento. El recambio de hombres por tecnología no se había completado cuando ocurrió la falla.
De todos modos, resaltaron que los accidentes "han disminuido" desde 1976, año en el que se formó Petrobrás, y dijo que en el último año fueron "seis los hechos" registrados, aunque sólo le otorgó importancia al reciente derrame de petróleo y al ocurrido el año pasado en la bahía de Guanabara. Sin intentar polemizar, los directivos dijeron que "están equivocados" los expertos de la universidad local que afirman que los restos de xileno, tolueno y benceno que cayeron a las aguas seguirán contaminando "por lo menos por otros tres años". Se limitaron a decir que en la población de Unidad de Victoria, 314 kilómetros río abajo del foco del derrame, "el agua para consumo se sigue sacando del Iguazú y los monitoreos realizados no indican la presencia de hidrocarburos".

 

Contaminación en números

Por C. R.
Estos son los números que se manejan en torno de las consecuencias del derrame, las inversiones y las multas derivadas del problema.
* Cuatro millones es el total del petróleo derramado.
* 2,7 millones fueron contenidos, según la empresa. 1,3 millones tomaron contacto con la tierra y el río.
* 30 hectáreas, en los alrededores de la refinería, están saturadas de petróleo. Los ambientalistas brasileños temen que el crudo tome contacto con las napas subterráneas y que la contaminación se expanda.
* 3200 son los metros de barreras levantadas en el río por Petrobrás.
* 6000 los metros de barreras que se tenían dispuestos.
* 2900 los hombres movilizados para contener el crudo.
* 239 los móviles, entre camiones, cisternas, barcos y retroescavadores utilizados para frenar el avance del agua negra.
* 1500 millones de dólares invirtió Petrobrás este año.
* 1800 millones es la inversión, sólo en seguridad y medio ambiente, prevista para los próximos cuatro años.
* 25 millones de dólares es el monto de la multa que le fue aplicada a Petrobás por el Estado brasileño.
* 500 millones es lo que gastó hasta ahora la empresa para paliar los efectos del derrame.

 

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