"Un
médico de barrio"
Andrés Carrasco (presidente del Conicet)
"La muerte
de René Favaloro es una pérdida irreparable, sobre todo
por las circunstancias. Tenía mucho para dar, era un hombre íntegro
con alto sentido del deber y dedicación personal a la ciencia.
Pienso que fue una de las figuras señeras por su contribución
a las técnicas quirúrgicas que abrió una cantidad
de posibilidades. La congoja general tiene que ver con la relación
que tenía con el enfermo: una actitud muy cálida y muy contenedora.
Su imagen era la del viejo médico de barrio que acá dejó
de existir y trasladó esa experiencia como médico del interior
y pudo mantener esas formas de relación aún siendo una eminencia.
No coincido con la sensación de culpa colectiva expresada por la
gente, como si todos fuéramos culpables. La gente no es culpable
y en todo caso el reclamo por la falta de protección del Estado
hay que encuadrarla. Esta era una fundación privada. A lo mejor,
el Estado no falta sólo ahí sino en todos lados."
"Hacia
dónde vamos"
César Milstein (premio Nobel de Medicina)
"Desgraciadamente
parece que a los argentinos les espera un futuro pesimista --dijo en declaraciones
radiales--. Tiene que haber un cambio: quizás el suicidio de Favaloro
ayude un poco para esclarecer mentalmente hacia dónde vamos. Para
mí fue un golpe muy inesperado. No se me hubiese ocurrido un final
así. Me dejó tremendamente triste por un lado, y doblemente
triste por otro. No está claro el motivo de la muerte, por qué
se mató. A lo mejor, estas circunstancias a uno lo entristecen
aún más. La dirigencia política de Argentina no hace
mucho para retener el éxodo de científicos al exterior.
No se dan cuenta de que se están exportando el capital más
importante que hay en este momento en la economía mundial. Este
país, la Argentina, se encuentra entre los países no muy
desarrollados. Tienen el porcentaje de inversión en ciencia más
bajo, incluso más bajo que Brasil, y eso no ayuda tampoco."
"Arar
en el mar"
Pablo Jacovkis (decano de la Facultad de Ciencias
Exactas, UBA)
"Simbólicamente,
René Favaloro es el luchador, que a pesar de su prestigio, talento
e influencia no recibió toda la ayuda que requería. Si él
no pudo, entonces, la pregunta que nos hacemos hoy es qué le queda
a los más jóvenes si, a pesar de todo su talento y excelencia,
Favaloro finalmente sintió que fracasó al no recibir el
apoyo que estaba necesitando. Esto es lo impactante de la muerte de Favaloro:
que alguien con el nivel intelectual, capacidad de trabajo y prestigio
de Favaloro no haya recibido el apoyo suficiente. Y, de esta manera, el
doctor Favaloro representa esa sensación de arar en el mar, de
remar contra la corriente. Por otra parte. Favaloro siempre tuvo un discurso
impregnado por la solidaridad, él mismo sentía que tenía
un compromiso con la sociedad. Tuvo el coraje intelectual de irse a los
40 años a Estados Unidos, tuvo éxito y en vez de quedarse
volvió. Muchos otros hicieron lo mismo, se fueron y volvieron,
pero en su caso su elección fue emblemática."
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