Los invito para que transitemos juntos los próximos once
años y cuando digo once años me estoy refiriendo a la fecha
que se me ha ocurrido proponerle al pueblo venezolano para tenerla como
plazo, para que nos demos plazo de trabajar a paso redoblado en la recuperación
de Venezuela. Porque el 5 de julio del año 2011, compatriotas,
estaremos Dios mediante celebrando 200 años del 5 de julio de 1811,
el día de la independencia nacional. Ante miles de personas,
en un balcón del palacio presidencial de Miraflores, la habitual
verborragia del presidente venezolano Hugo Chávez tenía
su justificativo: fue reelecto en el cargo con casi el 60 por ciento de
los votos en unas elecciones generales que marcan el inicio efectivo de
la nueva Constitución Bolivariana que hizo sancionar bajo su mandato.
Veinte puntos atrás, con un 38 por ciento, apareció el candidato
opositor Francisco Arias Cárdenas, quien no se dejó achicar
por el tamaño de su derrota y prometió que seguirá
luchando por la presidencia del país.
La propia contienda entre dos ex camaradas de intento golpista el
de 1992 era quizá la señal inequívoca de que
la vieja Venezuela, la del sistema bipartidista entre Acción Democrática
(AD) y Copei (socialcristiano) finalmente había terminado de morir.
Sin embargo, AD consiguió 32 bancas de la flamante Asamblea Nacional
(Congreso unicameral), lo que lo convierte en el primer partido de la
oposición. El chavista Movimiento Quinta República (MVR)
consiguió 93 bancas, más seis de su aliado del MAS (Movimiento
al Socialismo) y logró la mayoría parlamentaria simple,
pero para la aprobación de algunas leyes deberá negociar
con esa oposición. Algunos analistas políticos consideran
que es lo mejor que podía pasar para llevar a un movimiento populista
como el de Chávez a la búsqueda de acuerdos.
En materia de estados provinciales, el oficialismo no llevó tanto
las de ganar: de las 23 gobernaciones venezolanas, obtuvo 13. La oposición
ganó en algunos de los estados más ricos del país
(como Zulia), pero Chávez demostró una vez más que
entre sectores pobres y rurales su apoyo es arrasador. Y, además,
los chavistas ganaron la Alcaldía Mayor de Caracas. El nuevo alcalde
será Alfredo Peña, uno de los personajes más destacados
del movimiento chavista, junto a Luis Miquilena. Aunque su triunfo no
se discutió, en la capital venezolana hubo denuncias de fraude.
La capital venezolana está dividida en cuatro distritos. En uno
de ellos, llamado Libertador, el actual alcalde y candidato a la reelección,
Antonio Ledezma, exigió a las autoridades electorales que se realizara
un nuevo conteo manual de las urnas porque nadie puede explicar
el resultado difundido. El candidato oficialista Freddy Vernal habría
ganado, pero Ledezma, a pesar de que se cuidó de hablar directamente
de fraude, dijo que él mismo estaba en las encuestas 30 puntos
por encima de Vernal, y se trata de las mismas encuestas que daban
una alta ventaja a Chávez a nivel nacional. En otra alcaldía
caraqueña, la de Sucre, el candidato por el Partido Patria Para
Todos (PPT), el ex chavista William Ojeda, pidió una
medida similar y además sí habló directamente de
fraude a favor del candidato de Chávez José Vicente Rangel:
puso como ejemplo el caso de un centro de votación en el cual se
escrutaron 789 votos y se asignaron a Rangel 1000 votos. El ex presidente
norteamericano Jimmy Carter, jefe del Centro Carter de veedores internacionales,
dijo que a pesar de todo las elecciones fueron limpias, aunque llamó
a todos los partidos y candidatos a que utilicen el proceso legal
de resolución de denuncias para verbalizar quejas.
Con dos años de gobierno y seis elecciones y plebiscitos desde
entonces, todas ganadas con amplitud, la tromba del huracán Chávez
no se detiene. Sin embargo, el país aún no nota ninguna
tromba económica y social, o en todo caso es una tromba negativa.
A pesar de que el precio internacional del petróleo se mantiene
alto (y de esto sigue dependiendo la economía venezolana), la economía
cayó 7,2 por ciento en 1999 y su crecimiento en lo que va del 2000
es de apenas un 0,3 por ciento. La nueva revolución se va
a centrar en la reconstrucción social y económica de Venezuela,
dijoChávez. De todas maneras, por ahora, para el líder bolivariano
los de afuera siguen siendo de palo.
De yuppies y de muertes
Quizá sea cierto que el presidente venezolano Hugo Chávez
arrasa a su oposición política, pero también
lo es que ésta adopta formas raras para sobrevivir. Basta remitirse
al Movimiento Primero Justicia, más conocido como el
partido de los yuppies, que logró unos sorprendentes
cinco escaños en el Parlamento. Se trata de jóvenes
abogados exitosos y de gran notoriedad, como Henrique Capriles, presidente
de la Cámara de Diputados durante el primer período
chavista (1998-2000), y Gerardo Blyde, constitucionalista y férreo
opositor de la nueva Carta Magna bolivariana sancionada el año
pasado. Es más: Capriles ganó la alcaldía caraqueña
de Baruta, y un compañero suyo, Leopoldo López, la alcaldía
de Chacao en la capital. En otro orden de cosas (un orden acaso menos
pintoresco), al menos 70 personas murieron este fin de semana electoral
a pesar de la implantación de la ley seca, la prohibición
de portar armas y los 65.000 soldados desplegados en las calles de
Caracas. Las elecciones incluso hicieron que se duplicara el promedio
de muertes en la capital venezolana los fines de semana, que llega
a 30. Con estas cifras, Caracas ha pasado en los últimos dos
años del puesto 21º al sexto lugar del mundo en estadísticas
internacionales de peligrosidad. No debe ser casualidad que Alfredo
Peña haya ganado ayer la Alcaldía Mayor de la ciudad
con un discurso basado en la aplicación de la famosa tolerancia
cero. |
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