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Polémica por el acuerdo de autos con Brasil 

Las terminales se quejaron sobre la forma en que se medirá la composición nacional que deberá incluir las unidades �made in Mercosur�. Será del 30 por ciento, analizando pieza por pieza. Los autopartistas están satisfechos.

Débora Giorgi, secretaria de Industria, presentando el decreto.
La mayoría de las terminales no está muy contenta.


Por Claudio Scaletta

t.gif (862 bytes) El presidente Fernando de la Rúa firmó ayer el decreto que pone en marcha el régimen automotor bilateral con Brasil y que regirá los destinos del sector hasta el 2006. La forma en que se medirá la composición nacional (30 por ciento del valor total del vehículo) que deberá incluir las unidades �made in Mercosur� no entusiasmó a las terminales. Creen que la alternativa elegida, pieza por pieza netas de importaciones, aumentará el costo de los vehículos. La secretaria de Industria, Débora Giorgi, consideró que el aumento de la escala de la producción generará, en cambio, precios más bajos.
Según evaluó la secretaria Giorgi, los aspectos más importantes del nuevo régimen son:
Al extender el régimen hasta el 1º de enero del 2006, se permite a las terminales amortizar inversiones y optimizar el uso de sus plantas productivas con miras a la especialización e integración regional.
La inclusión dentro del régimen de repuestos, neumáticos y maquinaria agrícola y vial.
El intercambio comercial compensado. Durante el primer año, por cada 100 dólares exportados se podrán importar 106,2. Por encima de esta pauta se pagarán aranceles equivalentes al 70 por ciento del Arancel externo común (35 por ciento para vehículos terminados y entre 8,5 y 16 por ciento para las autopartes), y al 75 por ciento del AEC en el segundo año.
La exigencia de contenido local, medido pieza por pieza, es decir, neto de todo contenido importado.
Este último punto, como se perfiló durante toda la etapa de discusión por la reglamentación definitiva del régimen tras el acuerdo marco en el ámbito de las negociaciones del Mercosur, continuó ayer generando polémica. Aunque oficialmente ninguna de las terminales quiso ser la voz disonante luego de los trabajosos acuerdos con Brasil y la no menos laboriosa negociación local con la Secretaría de Industria ��Las fábricas están analizando técnicamente el decreto�, fue la escueta respuesta de Adefa�, el ruido de fondo se dejó sentir entre las empresas. El disparador fue el método de medición elegido para el 30 por ciento de componente nacional que deberán incluir los vehículos. Mientras las automotrices demandaban que esta medición se haga por bloques de componentes, las autopartistas querían que se considerara pieza por pieza, concepto que finalmente se impuso, aunque no comenzará a regir de manera tan estricta como las fabricantes de partes demandaban.
Para Alberto García Carmona, de General Motors, la medición estricta pieza por pieza es una utopía. �Va contra el espíritu de los acuerdos, pues ahora el componente local, con esta manera de medir, será del 45 en vez del 30 por ciento�, consideró.
Sin embargo, a pesar del método de medición elegido, las empresas tendrán un régimen de adaptación lo suficientemente laxo. Aquellas que no estén en condiciones de cumplir (la mayoría, según Industria) podrán comprar, vía certificados de �composición nacional excedente�, lo que otras firmas integren de más. Así podrán adquirir hasta el 9 por ciento en el primer año, 6 en el segundo y 3 en el tercero. El cuarto ya no admitirá esta posibilidad. Si a pesar de ello no consiguen cubrir la pauta, podrán presentar a Industria un plan de desarrollo de proveedores locales y plazos definidos para lograr el porcentaje exigido.

 

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