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Los republicanos de EE.UU. predican
una compasión que mete miedo

La convención republicana reunida en Filadelfia que consagró la candidatura de George W. Bush debatió temas de educación, defensa y minorías. Cómo es el plan A si ganan las presidenciales.

El candidato presidencial George W. Bush se esfuerza por dar impresión de amplitud y diversidad.


Por Mónica Flores Correa
Desde Nueva York

t.gif (862 bytes) Convenciones, dicen los nostálgicos, eran las de antes. Verdaderos espacios de pugilato político, las facciones que apoyaban a distintos candidatos se agarraban a puñetazos, en salones neblinosos por el humo de cigarrillo. Ahora, en cambio, como los políticos descubrieron que nada molesta más a los votantes que las discordias y el partidismo, el libreto y la cuidadosa coreografía de estas reuniones buscan destacar únicamente una pretendida armonía de la agrupación, suprimiendo cualquier asomo de diferencia o de tema conflictivo. En cuanto al humo, el único que se ve en la convención republicana es el del efecto especial que acompaña a los cantantes y bailarines que cada tanto suben al escenario a reanimar la fiesta política. La ausencia de agresividad es tan grande que todos los republicanos, a quienes se asocia con cigarros y �bistecs� sangrantes, parecen vegetarianos.
El propio George W. Bush dijo en una entrevista reciente que las convenciones son un �anacronismo�, pero insistió en que no debían desaparecer. Sirven para que se premie a los militantes de base convirtiéndolos en delegados, reflexionó. �Veo esto como una oportunidad para que la gente regrese a su casa con renovadas energías y me ayude a lograr que me elijan�, sostuvo con candor. Si bien el espectáculo de unidad parece dedicado a votantes con un cociente intelectual notablemente modesto �lo cual hace que un observador se pregunte qué caracterización hacen los dos partidos estadounidenses del electorado�, alguna idea e inclusive alguna autocrítica se barajan esporádicamente desde el podio, quizá con el fin de que el show no sea una total afrenta a la inteligencia.
Así, el general Colin Powell, en su exultante arenga a los delegados del lunes a la noche, reprochó al partido que haya abandonado las banderas de Abraham Lincoln, el primer gran prócer republicano de Estados Unidos, ignorando a las minorías, especialmente a la comunidad negra. Criticó la postura del partido acerca de la llamada �acción afirmativa� por la cual las minorías tienen asegurados cupos en los empleos y en el sistema educativo. �Algunos en nuestro partido no pierden oportunidad para condenar sonora y decididamente la acción afirmativa que ayuda a unos pocos miles de chicos negros a obtener una educación. Pero no dicen nada sobre la acción afirmativa, de los lobbistas que cargan el sistema impositivo con excepciones para sus intereses especiales�, dijo el general, que fue presentado por el candidato Bush en una aparición vía satélite. Powell también instó a que el esfuerzo por incorporar minorías no se limite a la campaña. De hecho, los pocos negros, hispanos y otros �non white� de esta convención, están todos en el escenario en exposición, bailando, cantando o recitando loas a George W., mientras el cuerpo de delegados, mayoritariamente blancos, los aplaude amablemente desde la platea.
La jornada de ayer fue dedicada al tema de la defensa nacional, con el comandante Norman Schwarzkopf (el de la guerra del Golfo) y el senador y veterano de Vietnam John McCain entre los oradores. Los republicanos argumentan que después de ocho años de la administración Clinton-Gore, la moral militar se encuentra peligrosamente baja, las fuerzas armadas perdieron �readiness�, el reclutamiento disminuyó y las naciones �parias� están desarrollando armas de destrucción masiva.
A última hora de ayer se esperaba el discurso de McCain, ex rival de George W. en las primarias, quien prometió no sólo hablar de la situación militar sino insistir en la necesidad de que se reforme el sistema de financiación de campañas, idea que estremece de rechazo al establishmentrepublicano. Frente a la visión de las mayores corporaciones estadounidenses como AT&T, IBM y otras, dedicadas esta semana en Filadelfia a agasajar con fiestas, banquetes y promesas de dinero y prebendas a los republicanos, McCain sostuvo el lunes que no ignoraría el tema en su discurso. �Esto no pasaría si yo fuese el candidato�, aseguró. Bueno, por algo no lo es.

 


 

HOY PODRIAN LLAMAR a ELECCIONES ANTICIPADAS EN ISRAEL
Un nuevo presidente, ¿un ex premier?

Israel ganó ayer a un nuevo presidente. Moshe Katzav juró en el Knesset (Parlamento) como el octavo presidente en su historia y el primero del partido de derecha Likud. Al mismo tiempo, el proceso para instalar a un nuevo primer ministro podría estar a punto de triunfar. El Knesset considerará hoy un proyecto de ley que pide convocar a elecciones generales anticipadas. Los analistas estiman que podría obtener la mayoría que necesita. Entonces faltará aún aprobarlo en segunda y tercera lecturas. Y por añadidura mañana comienza el receso de tres meses del Parlamento. Pero no parece que al premier laborista Ehud Barak le queden muchas salidas. 
El problema de Barak es simple. Tanto el Likud (el principal partido opositor) como el ultraortodoxo Shas (su antiguo compañero de coalición y poseedor de 17 escaños) se han pronunciado a favor de las elecciones anticipadas. Eso elimina las principales opciones del premier: a) formar un gobierno de unidad nacional con el Likud, o b) recomponer su destruida alianza con el Shas. Si no logra forjar un gobierno de unidad nacional, su canciller David Levy prometió que retirará hoy a su pequeño partido Guesher de la coalición. Barak aduce que todas sus tentativas en esa dirección fueron rechazadas por el líder del Likud, Ariel Sharon. La situación con el Shas es igual de complicada. El lunes, su ambivalencia había salvado a Barak de dos mociones de censura. Pero ayer el Shas enfatizó que no integraría ninguna fórmula de coalición que lo incluyera como premier. Ayer, un Barak claramente desesperado afirmó que incluiría a cualquier partido bien dispuesto a �compartir responsabilidades�. 
Hoy la clave es si la oposición logrará reunir una mayoría absoluta (61 parlamentarios) a favor de las elecciones anticipadas. Ayer se consideraba que la victoria de Katzav podría adelantar el resultado de la votación de hoy. Si se repiten, esos números serían desastrosos para el premier: 63 parlamentarios a favor de Katzav, 57 para el candidato laborista Shimon Peres. El mismísimo viceministro de Defensa, Efraim Sneh, admitió que �si no somos capaces de aprobar a Peres, debemos apelar a la mayoría del pueblo�. Ayer, el derrotado Peres sintetizó lo que le esperaba al gobierno: �Probablemente habrá elecciones anticipadas en tres meses (luego del receso del Knesset). Antes de eso deberemos concluir el proceso de paz con los palestinos�. 
Ese cometido parece más difícil que nunca. El líder palestino Yasser Arafat aseguró ayer que no alteraría su decisión de proclamar unilateralmente al Estado Nacional Palestino el 13 de septiembre: �Nunca, nunca habrá retrasos; el 13 declararé el Estado sin prestar atención a los que no estén de acuerdo�. Arafat pidió además que Rusia participe más activamente del proceso de paz, probablemente para contrapesar al cada día más hostil amigo americano. Ayer, Barak reveló que Washington mudará su embajada a Jerusalén Occidental (hasta ahora algo completamente tabú) antes del 20 de enero del 2001. Mientras tanto, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, visitaba el Vaticano para discutir el tema que la semana pasada hizo fracasar a la cumbre de Camp David: Jerusalén. Pero la solución de la Santa Sede, �un estatuto especial garantizado internacionalmente�, nunca fue aceptable para los israelíes.

 

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