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NATALIE CHOQUETTE ANTICIPA �LA DIVA�, SU ESPECTACULO DE OPERA Y HUMOR
�No se puede ser divina todo el día�

Ella es rara como su espectáculo: nació en Japón, tiene nacionalidad canadiense y hace ópera para reírse. En sus shows, la gente canta y baila, para horror de los puristas. Los días 10 y 12 debuta en la Argentina.

Choquette dice que con su arte sólo se ofenden los muy estrechos.


Por Roque Casciero

t.gif (862 bytes) �¿Quién dijo que la ópera es aburrida?�, se preguntó cierta vez la soprano canadiense Natalie Choquette. Cansada de que se asociara al género lírico con una seriedad casi de museo, deseosa de quebrar algunas reglas que parecían sagradas, en 1994 ideó un espectáculo que mezclaba humor y ópera, y lo tituló La diva. Choquette llegará a Buenos Aires para presentar ese mismo show (los próximos jueves 10 y sábado 12 de agosto, en el Teatro Avenida), en el que se viste de bailarina y anda en triciclo mientras canta impecablemente, hace gárgaras de vino tinto (al mejor estilo de Vinazzi, el personaje de �Todo X 2 pesos�) con música de Puccini, e incluso invita a participar al público en algunas arias. �Mi intención era mostrar la belleza de la música a través del humor a gente que piensa que la ópera es aburrida�, explica la soprano en conversación telefónica con Página/12. �También quería hacer una suerte de terapia musical, porque creo que la música y la risa son muy buenas para el alma. Ambas tocan la espiritualidad y te mejoran el humor. Una vez que la persona se rió, el poder de la música le llega más fuerte y va directo a su alma�, dice. �Hay quienes piensan que la ópera es para la elite, pero no es verdad, porque la música es para todos. Un autor como Verdi, que usó tantas melodías de la música folklórica... Realmente, esta música viene de la gente y tenemos que llevarla de vuelta a ella.�
Choquette, de 39 años, nació en Tokio (�soy Made in Japan, tengo garantía de por vida�, bromea), donde trabajaba su padre, un diplomático canadiense. Debido a los constantes viajes de la familia, la pequeña descubrió la ópera en el mejor de los lugares posibles: en Roma, durante una presentación de Aída. A los quince años comenzó sus estudios de canto en Montreal y debió continuarlos en Moscú. Más tarde grabó un disco de canciones pop y cantó en hoteles, pero nunca se olvidó de la ópera. Claro que decidió hacerla a su manera.
�¿Todavía hace conciertos serios?
�Sí, de cuando en cuando. Pero ahora tengo menos tiempo, porque estoy muy ocupada haciendo mi show. Además, me divierto creando, me gusta escribir mis propias escenas... No quiero limitarme a ser sólo una intérprete de canto lírico, no podría serlo toda mi vida. Supongo que hay una parte de mí que necesita esa clase de libertad.
�¿Qué opinión tienen los puristas de la ópera sobre su trabajo?
�Hay dos clases de puristas: los que tienen sentido del humor y los que no. No hago esto para burlarme de la ópera, porque trato de cantar lo mejor que puedo. Obviamente, cuando estoy saltando o bailando no puedo cantar las arias como si estuviera parada sin hacer nada pero, aun así, el mensaje llega. Quienes sí tienen sentido del humor comprenden que me divierto con la música por amor a ella.
�¿El propósito de su espectáculo es reírse de las veleidades de las divas?
�No, en realidad es una especie de homenaje a las divas. Cuando alguien dice que una mujer �es una diva�, generalmente se refiere a que tiene mal carácter o a que es egocéntrica. A mí me interesa explicar que las divas son así por inseguridad, debido a la fragilidad de sus instrumentos, que son sus propias voces. Son personas obsesionadas con su voz durante cada día de su vida, no les gusta el ruido ni el humo. La gente espera que sean divinas... y es muy arduo ser divina todos los días de tu vida.
�Y usted, ¿se considera una diva?
�No, para nada. Tener hijos te baja a la tierra, te recuerda quién sos. ¡Y yo tengo tres hijos! En realidad, me interesa mucho la psicología de la gente. No me interesa el arte por sí mismo, lo que hago es usarlo para llegar a las personas.
�¿Por eso hace que el público participe cantando y hasta subiendo a bailar con usted?
�Es bárbaro lo que sucede cuando elijo a alguien para que suba, porque todos los que están en el teatro se identifican con él. Amo sentir laemoción del público cuando le doy sorpresas. Es bárbaro estar sobre el escenario y guiar a la gente de una emoción a otra.

 

 

Algunos pasos de tango

En su infancia, Natalie Choquette vivió en Perú, donde asistía a la Escuela Franco-Peruana. Todavía habla algo de castellano, aunque hace más de veinticinco años que no pisa el suelo de América del Sur. Y dice que no puede soportar la espera por llegar a la Argentina. �Quiero ir a bailar tango. Mi habilidad no es mucha, pero creo que voy a animarme si me guía un buen bailarín argentino.�
�Por lo que se ve en su espectáculo, cuando sale vestida de bailarina clásica usted tiene mejores condiciones para el canto que para la danza.
�(Se ríe.) Gracias. ¡Lo mismo me dijeron cuando fui a probarme al National Ballet!


Punk y ópera

�¿Qué opina de los crossovers de estrellas del canto lírico con bandas pop? El ejemplo más típico es el de Luciano Pavarotti con U2.
�¿Y por qué no deberían hacerlo, si hay gente que lo disfruta? Hay tantas cosas sobre este planeta que... ¿quién puede escribir las reglas para algo? Estoy a favor de intentar cosas nuevas, así que, ¿por qué no hacer Verdi con U2?
�Ese pensamiento debe sonar casi punk en el ambiente de la ópera.
�Supongo que sí. Lo que pasa es que, si nadie intentara cosas nuevas, todavía estaríamos en la Edad de Piedra. Es el deseo de hacer cosas diferentes lo que hace que el mundo siga rodando.

 

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