Presidente y ministro de Economía quedaron ayer enredados en una polémica en la que Gobierno juega a la defensiva al contestar las críticas al programa económico sobreactuadas en los últimos días por el gobernador de la provincia de Buenos Aires. �Me encantaría reunirme con Ruckauf�, afirmó José Luis Machinea, e irónico, agregó: �Estamos esperando la propuesta de Ruckauf y de Duhalde�. Pero, preocupado de que el juego dialéctico de la política inquietara a los inversores, dejó en claro que �no habrá cambios en la economía�. �No hay posiciones cerradas�, dijo, en cambio, Fernando de la Rúa, al parecer, consciente de que la mala imagen de la política económica en la opinión pública no mejorará con una defensa a rajatabla del modelo, como las que hacía Carlos Menem y, en todo caso, puede convertirse en un peligroso salvavidas de plomo para la imagen presidencial. En tanto, fiel a su estilo, destacó que �vivimos en un clima de diálogo�. Más allá de la retórica, en el Gobierno están convencidos de que sólo el crecimiento de la economía evitará que los embates de la oposición sobre Machinea vayan in crescendo. Mientras la recesión se prolongue, por el contrario, el titular del Palacio de Hacienda estará a cargo del flanco más débil en la trinchera oficial y, por lo tanto, será el blanco predilecto de gobernadores y dirigentes del justicialismo con aspiraciones políticas en el 2003. Pero Machinea, a su vez, estaría perdiendo otra batalla, la que libra con consultores de la city por los pronósticos de crecimiento de la economía. El equipo económico empezó con un pronóstico para todo el año del 4,5 por ciento, luego lo redujo al 3,5 por ciento y más recientemente había admitido que el aumento del PBI rondaría el 3 por ciento. Ayer, el propio Machinea pareció izar una bandera blanca, en busca de una tregua. �Salvo que las matemáticas me fallen, si se crece al 1,5 por ciento se va para arriba y no para abajo. Así que mal o bien, este año, hay crecimiento�, replicó, molesto, el ministro a los periodistas. El escuálido pronóstico del 1,5 por ciento fue lanzado por Miguel Angel Broda, el consultor más escuchado de la city. Si se elimina el �arrastre estadístico� que los expertos dicen vendría del último trimestre del �99, significa que la economía se mantendría este año prácticamente estancada, después de la caída del 3,1 por ciento experimentada durante todo el año pasado. Si la economía crece en el orden del 3 por ciento, la recaudación repuntaría levemente y el Gobierno tendrá dificultades de alcanzar las metas de déficit fiscal acordadas con el FMI, pero estará en carrera. Si el crecimiento es de la mitad, en cambio, ya no habrá ninguna esperanza de cumplir con el Fondo y habría que encarar una traumática renegociación de metas. Por eso, la diferencia de pronósticos es importante, al influir en las expectativas de los inversores extranjeros. Y, ya se sabe, si afuera consideran que Argentina no va a crecer, no ingresarán los capitales y, finalmente, a manera de profecía autocumplida, la economía no crecería. Los dichos de Machinea, al afirmar que �aun cuando se crezca el 1,5 por ciento, igualmente es positivo, no negativo�, pueden ser interpretados como acto de resignación del ministro por parte de los inversores, acostumbrados, en las épocas de Cavallo y Roque Fernández, a escuchar las defensas más acérrimas de los pronósticos oficiales. Todas las declaraciones se sucedieron antes y después del acto de salida de la primera unidad del Ford Focus, en la planta de Pacheco, en la provincia de Buenos Aires. Allí, Presidente y gobernador compartieron auto, y la imagen de Ruckauf al volante y De la Rúa de acompañante, pero con cinturón de seguridad, fue tema de broma entre ambos. Luego, sobrevinieron los cruces a través de la prensa. �No es cuestión de hablar de números, sino de realidades�, replicó De la Rúa a Ruckauf que viene denunciando que la economía se halla todavía en recesión. Y agregó que �Argentina está saliendo de la larga recesión con signos positivos, con confianza y con unidad de objetivos de todos los argentinos�. Pero también tendió un puente de diálogo con el gobernador bonaerense, incluso al referirse a la política económica, algo que Machinea había descartado. El ministro fue claro: invitó a Ruckauf a presentarle sus propuestas, pero repitió que �no habrá cambios� en la política económica. Por otro lado, desmintió que haya intervenido ante el Banco Mundial para que este organismo le negara un préstamo a la provincia de Buenos Aires, como había denunciado el gobernador (ver aparte). �Es un disparate, el problema en todo caso es que el Banco Mundial ha ido a territorio bonaerense, ha visto que la situación económica no es buena, que hay problemas fiscales serios y como consecuencia de eso ha decidido no prestarle�, aguijoneó. Ruckauf, en tanto, explotó al máximo su estrategia de disparar contra el ministro de Economía. Pero esquivó la invitación de discutir cara a cara con el técnico Machinea, que poco podría aportarle a su perfil de presidenciable: �ya conoce todas mis propuestas�, respondió.
MOTIVOS POLITICOS DE LA EMBESTIDA DE RUCKAUF A MACHINEA Por Fernando Almirón Carlos Ruckauf necesita contener a la tropa del peronismo bonaerense que ya comienza a mirar con malos ojos sus permanentes apariciones junto a Fernando de la Rúa mientras aumenta el índice de desocupación en todo el país y se agrava la situación social en la provincia de Buenos Aires. El gobernador eligió al ministro de Economía, José Luis Machinea, para apuntar sus críticas al Gobierno sin alterar la buena relación que mantiene con el Presidente. La opción por Machinea no habría sido casual ya que en La Plata lo acusan de haber boicoteado un crédito que la provincia estaba gestionando ante el Banco Mundial.
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