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ANTES DE LA CORONACION, EL CANDIDATO A VICE ATACO A FONDO A CLINTON Y GORE
El día en que Bush soltó a su perro rabioso

Dick Cheney, candidato a vicepresidente por los republicanos, entregó la primera pieza de artillería pesada de la campaña, llamando a terminar con la era de Clinton y su vice y actual candidato a presidente, Al Gore. Eso fue antes de que George Bush Jr. asumiera su corona como candidato opositor con un sobrio discurso de 40 minutos.

Dick Cheney, ex secretario de Defensa de la Guerra del Golfo, abrió la temporada de sangre entre los candidatos.

The Guardian de Gran Bretaña
Por Martin Kettle
Desde Filadelfia

t.gif (862 bytes) Después de una semana de conducta irreprochable pero poco creíble en la convención nacional, los republicanos finalmente se lanzaron ayer al combate, nominando a George W. Bush para conducirlos a la Casa Blanca y poner fin a la era de Bill Clinton. El gobernador de Texas debía aceptar la nominación en el discurso más importante de su carrera política anoche, pero ya se había establecido un tono republicano más agresivo en el discurso de aceptación de su compañero de fórmula, Dick Cheney. 
Se esperaba que Bush se atuviera firmemente al tema dominante de la semana, acentuando en público su calurosa �inclusividad� en relación a las minorías que tradicionalmente el partido conservador deja afuera. Pero pese a todas las palabras e imágenes de compasión que recorrieron la convención durante los últimos cuatro días, la realidad es que Bush se irá de Filadelfia hoy comprometido a una agenda política que contiene pocos cambios de las bases fundamentales de política conservadora sobre la que los republicanos han peleado las más recientes elecciones. 
Cheney hizo el fuerte discurso que toda la semana les había sido negado a los 2066 delegados, energizando a los fieles con una serie de ataques dirigidos a Clinton y a su contrincante presidencial demócrata, el vicepresidente Al Gore. �Estamos todos un poco cansados de la rutina Clinton-Gore. Pero la rueda ha girado. Y esta vez, les toca a ellos irse�, le dijo Cheney a la convención, plagiando una frase que Gore había usado contra los republicanos en 1992, cuando el partido conservador se encontraba en el poder. Dos veces más durante su discurso repitió el mantra �les toca a ellos irse�, provocando que los delegados se pusieran de pie en despliegues de entusiasmo.
Cheney no perdió oportunidad de relacionar a Gore con Clinton, recalcando la creencia del alto comando republicano que la �fatiga Clinton�, unida al deseo generalizado de un cambio en los altos puestos, representa la mejor oportunidad de Bush de desalojar a los demócratas de la presidencia el 7 de noviembre.
�Mientras el hombre de Hope (Clinton) se va a su casa en Nueva York, Gore trata de apartarse de la sombra de su líder�, dijo. �Pero de alguna forma nunca podremos ver a uno sin pensar en el otro. Llegaron juntos. Ahora despidámoslos juntos�, añadió, gatillando una de las varias ovaciones.
Cuando Cheney fue electo como compañero de fórmula la semana pasada, todo sugería que su rol principal era proveer la seriedad conservadora que la boleta republicana necesitaba para compensar por unas dotes de liderazgo que Bush todavía no ha logrado demostrar. Pero en su actuación esta semana, también mostró que pretende jugar el rol de �perro de ataque� tradicionalmente asignado al segundo hombre. 
Mientras tanto Bush prometió un discurso de aceptación que �hable desde mi corazón�. �Voy a levantar el espíritu del país�, prometió. Sus asistentes dijeron que atacaría la historia de Clinton en un tono de pesar más que de crítica. Aparte de los debates del otoño contra Gore, no hubo otro momento tan crucial en la pelea de Bush por la Casa Blanca que el discurso de anoche, la primera vez que muchos norteamericanos habrán escuchado un discurso sostenido por un hombre que ha estado en la vida pública durante menos de seis años. 
Con las encuestas de opinión mostrando cómo Bush extiende su ventaja sobre Gore en dos dígitos, el resultado de la elección de noviembre está cada vez más en manos de los republicanos, una posición notable considerando la prosperidad económica de Estados Unidos y el hecho de que Bush es lo que un comentarista describió como �la cita a ciegas delPartido Republicano�. En parte porque es tan desconocido se esperaba que el discurso de Bush volviera a captar parte de la audiencia de televisión que cambió de canal durante el resto de la convención. El rating televisivo de la convención estuvo un 25 por ciento por debajo del de 1996, que ya había sido un record de desinterés de audiencia. 
Un liderazgo demócrata obviamente aliviado, que había quedado bastante desorientado por el exitoso tono suave de la convención, se aferró al discurso de Cheney para decir que �se cayó la máscara en el baile de disfraces�. �Así que ésta es la campaña positiva de los republicanos -dijo un vocero de Gore, Chris Lehane�. Hoy van a volver atrás el reloj con un integrante conservador de la vieja guardia republicana. Se meten con la única forma de política republicana que conocen: atacar a los políticos.�
En una filtración cuidadosamente planeada, Gore dijo ayer que había reducido su elección de compañero de fórmula a seis: el senador Evan Bayh de Indiana, el senador John Edwards de North Carolina, el congresista Dick Gephardt de Missouri, el senador John Kerry de Massachusetts, el senador Joseph Lieberman de Connecticut y la gobernadora Jeanne Shaheen de New Hampshire. Anunciará su elección el martes, seis días antes de la convención demócrata que debe proclamarlo como candidato a presidente, y que se iniciará el lunes 14 en Los Angeles.

Traducción: Celita Doyhambéhère 

 


 

LOS REPUBLICANOS NO SON BLANCOS, ANGLOSAJONES NI PROTESTANTES 
Los morochos, latinos y católicos

El País de Madrid
Por Javier Valenzuela
Desde Filadelfia

Dirigirse en español a un público hispano fue lo primero que hizo George Bush al llegar a Filadelfia, donde ayer fue coronado candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos. �El sueño americano es para todos los que viven aquí�, dijo Bush ante unos 300 hispanos concentrados en el Museo de Arte de Filadelfia. Con este gesto, Bush quiso subrayar tanto sus lazos con la cada vez más influyente comunidad hispana de Estados Unidos como su deseo de que el Partido Republicano abandone su derechismo blanco, protestante y anglosajón, y se abra a las minorías raciales y culturales.
Con la calculada y perfecta coreografía que caracteriza el cónclave republicano de Filadelfia, Bush, tras aterrizar anteayer en el aeropuerto local, no se dirigió de inmediato al centro de convenciones donde lo esperaban impacientes más de 4000 correligionarios y unos 15.000 periodistas. Se fue, en cambio, para el centro de Filadelfia, donde lo esperaba toda una fiesta latina. Allí actuaban los cubanos Celia Cruz y la Miami Sound Machine, con Emilio Estefan al frente, y los mariachis de Campañas de las Américas. Carteles en inglés y español daban la bienvenida al gobernador de Texas y anunciaban �un nuevo día�. El líder republicano fue presentado por su sobrino George P. Bush, hijo del gobernador de Florida y la mexicana Columba, al que su tío tildó públicamente, y en español, de �el hombre guapo�. De 24 años, bilingüe y con aspecto de artista latino como Ricky Martin o Enrique Iglesias, George P. Bush es la estrella en ascenso de la cuarta generación política de esta dinastía, que ya ha dado sucesivamente a Estados Unidos un senador, un presidente y ahora dos gobernadores y un posible futuro presidente. 
Para sorpresa general, y en línea con la nueva imagen que quieren dar los republicanos, George P. Bush afirmó que su madre lloró cuando murió César Chávez, el legendario sindicalista chicano de California. George P. Bush añadió que de su madre mexicana aprendió unas ideas de Chávez que citó en español: �Hay que luchar por nuestra raza; hay que buscar líderes que nos representen�. Luego, concluyó asegurando que su tío es ese líder que necesitan los 35 millones de hispanos de Estados Unidos. Acompañado de su esposa Laura, Bush candidato pisó el estrado y comenzó a hablar en español, con algunas faltas y marcado acento gringo. Dijo textualmente: �¿Cómo estás? Vamos a ganar con tu apoyo en noviembre y vamos a cambiar este país para todos los que viven aquí�. 
Bush y sus estrategas conceden mucha importancia al voto latino en las presidenciales del 7 de noviembre. Basándose en que Bush chapurrea el español, tiene familiares hispanos como su cuñada y su sobrino, le gustan los mariachis, conoce bien México y sus políticos, y predica una actitud abierta hacia los inmigrantes, creen que pueden morder un buen trozo de esta porción del pastel electoral, que en 1992 y 1996 se inclinó masivamente a favor de Bill Clinton. De hecho, Bush fue reelegido en 1998 gobernador de Texas con la mitad del voto hispano de ese estado a su favor. 

 

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