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�Nosotros somos músicos,
no gerentes de marketing�

Luego de militar durante años en el under folklórico, el Dúo Coplanacu, consagrado en Cosquín, volverá a desembarcar este fin de semana en Buenos Aires para la grabación de un disco en vivo.

Los Coplanacu tienen quince años de trayectoria en Córdoba.


Por Fernando D�Addario

t.gif (862 bytes) Aunque el Dúo Coplanacu lleva quince años haciendo lo mismo (canciones sencillas, interpretadas con tanta sobriedad como buen gusto), los vaivenes de su entorno, las modas y los prejuicios ajenos modelaron distintas miradas sobre esta banda que le debe todo a dos voces afinadas, guitarra, bombo, violín, y a un cancionero que se nutre de los grandes (olvidados) del folklore. Así, hay una postal que congeló a los Copla militando en el under cordobés, una esforzada y placentera travesía que los fue llevando �en forma tan imperceptible que ni ellos lo advirtieron- a un sitial de culto entre el progresismo universitario del interior. Hoy, tres discos después, Premio Consagración en Cosquín mediante, con la resaca de una peña que marcó tendencias y los recelos que provocó en el ghetto su crecimiento popular, siguen siendo dos voces afinadas, guitarra, bombo y violín, aunque a su alrededor nada sea igual que entonces. Esta noche y mañana grabarán en vivo en La Trastienda su cuarto CD, una apuesta porteña redoblada, que no interfiere en su criollismo santiagueño, levemente acordobesado (viven en el paradisíaco suburbio de Río Cevallos) e inmune a contaminaciones urbanas. Julio Paz reconoce, en una entrevista con Página/12, que durante años le temieron al desembarco en Buenos Aires, concretado con éxito el año pasado. �Nos habían asustado �dice�. Creíamos cosas raras, como que el porteño tenía una gran falta de humanidad, que estaba robotizado. Y cuando tocamos comprobamos que cuando se engancha con algo el público porteño también es muy expresivo.� Roberto Cantos, consciente de que el modo que eligieron los Coplanacu para manejarse en el ambiente generó todo tipo de comparaciones, sostiene que �nos han dicho que somos los Redonditos de Ricota del folklore, que somos los hippies del folklore, tantas cosas... y puede ser que en algún lugar seamos comparables con los Redondos, por la cuestión autogestionaria. Pero nunca pensamos pertenecer al under como táctica. Pegamos afiches durante diez años, cargamos el sonido, porque no nos quedaba otro remedio...�.
J.P.: �A algunos les gusta ser under y a otros les toca.
R.C.: �Nosotros estamos tranquilos, porque nos ha ido bien siempre: cuando nos veían 15 personas la pasaban genial y nosotros, como banda, también. Ahora, con mucho más público, pasa lo mismo.
�Parte del público no se bancó el crecimiento popular del grupo...
J.P.: �Es lo que ocurre siempre. Te hacen culpable de que se haya roto esa intimidad. Lo curioso es que son los mismos que antes se quejaban: �cómo puede ser que a ustedes no les dé bola la televisión�. Y cuando aparecés en un programa, te dicen: �ah... van a la televisión, son traidores que transaron con el sistema�.
R.C.: �Porque hay como una sobreestimación. Cuando te ponen en un lugar de privilegio creen que sos un genio y que la tenés recontraclara. Es lógico que se desilusionen...
�¿Eso de ser abanderados del �otro� folklore?
J.P.: �¿Qué otro folklore? Nunca nos sentimos abanderados de nada. Había un espíritu que se creó más allá de nosotros, y que ahora se ve en la movida de las peñas de Buenos Aires y desde siempre se dio en las provincias. 
R.C.: �El público es el dueño de nuestra peña en Cosquín. Nosotros tocamos pero en la relación con los pibes se mueven cosas de tribus.
J.P: �También nos pasó que en esa cosa de tribu, de ghetto, hubo quien nos dijo: �¿qué es lo que pasa, que la peña de los Copla se está llenando de negros...?�. Y para mí era emocionante ver como familias enteras, gente humilde, amante del folklore, se acercaba a escuchar las canciones que interpretábamos. Y además, somos músicos, no gerentes de marketing. No elegimos la gente que viene, ni la que no viene.
R.C.: �Gracias a haber aparecido en algún programa del Canal 7, pasó que estuviéramos en cualquier pueblito y nos reconocieran. 
�¿Y están a salvo de convertirse en eso que llaman �folklore comercial�?
R.C.: �Es que en el folklore el fenómeno comercial ya fue. Después de la moda, lo que queda es lo que hay. De los grupos que explotaron, algunos quedarán y otros no. Pero creo que en el Gobierno quieren vincular a todo el fenómeno del folklore con el menemismo. Quizás haya alguna expresión folklórica que se pueda emparentar con eso, pero cargamos todos con esa marca.

 

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