BOUR, DE FIEL, RECHAZO LA PROPUESTA
�Asusta a la inversión y genera más recesión�
Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), cuestionó los aspectos centrales de la propuesta de shock redistributivo que la Central de Trabajadores Argentinos presentará al Congreso el próximo miércoles. La consideró �impracticable� pero, aun en caso de aplicarse, evaluó que �nos sumiría en una década de frustraciones, que nos obligaría a una mayor disciplina fiscal que la actual para poder salir�.
�¿Cuál es su opinión sobre la propuesta de impulsar la reactivación económica a través de un shock redistributivo, formulada por la CTA?
�La propuesta de redistribuir algo así como el 3,5 por ciento del PBI desde el ahorro al consumo puede tener un objetivo redistributivo �expropiar a algunos para darle esos fondos a otros� o un objetivo macroeconómico �hay que subir el gasto de consumo para reactivar�. Si el objetivo es el macroeconómico entonces está mal, pues generaría tanto miedo a la inversión, que llevaría a una brutal recesión en el corto plazo.
�El planteo de la central sindical incluye también la propuesta de financiamiento. ¿Cree que sería posible hacerla con un �costo cero�?
�El objetivo de redistribuir ingresos tiene sus costos, que sistemáticamente son ignorados por los que hacen estas propuestas. En primer lugar, implica que usted afecta derechos de propiedad, y eso puede generarle costos a lo largo de mucho tiempo, que quizás usted no vea hoy, cuando toma la medida. El más claro: la Argentina expropió a través de su régimen monetario tantas veces en las décadas del 50 al 80, que finalmente se quedó sin moneda, porque nadie quería tener pesos. Por eso hoy usamos el dólar.
�¿Qué opinión le merece la propuesta de restituir aportes patronales a los grandes contribuyentes de los sectores no transables y gravar con impuestos internos a los consumos superiores?
�Me pregunto por qué los autores del proyecto piensan en gravar a estos sectores, que son los que generan mayor crecimiento, y no pensaron en ningún momento en eliminar los subsidios que hoy existen en la Argentina, como el subsidio al combustible en la Patagonia �que genera un monumental fraude�, el subsidio a los tabacaleros en el Noroeste, las tasas diferenciales que todavía subsisten en el IVA, los subsidios que percibe el sector sindical, la promoción agroindustrial �que también financian los más pobres�, el subsidio a los ricos a través de la educación universitaria gratuita, el subsidio a los ñoquis del sector público. ¿Por qué no poner un poquito de imaginación para plantear el problema de la enorme economía negra en la Argentina que evade impuestos?
�¿Qué perspectivas le ve a la propuesta de la CTA?
�Mi conclusión es que se trata de una propuesta típicamente oportunista: para quedar bien políticamente, se formula una propuesta impracticable, y por lo tanto que nunca resolverá ningún problema. Cobrando el impuesto quedarían todavía todas las prebendas antedichas, pero además el efecto sería un aumento del riesgo país al nivel de Rusia o Venezuela, lo que inmediatamente daría lugar a una contracción de la inversión, caída del consumo y del PBI. Aumentaría la evasión. La recaudación fiscal caería y la Argentina entraría en default. En ese momento, no se sostendría la convertibilidad, y probablemente se entraría también en pánico financiero. Es un juego en el que todos perderían, en particular los más pobres porque caerían sus ingresos y aumentaría todavía un poco más el desempleo. En suma, se trata de una propuesta que nos sumiría en una década de frustraciones, y que nos obligaría a una mayor disciplina que la actual para poder salir en el futuro. |
CLAUDIO LOZANO EXPLICA LA INICIATIVA
�Transformar la crisis en una oportunidad�
Claudio Loza3no, director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, coordinó la tarea de catorce economistas que participaron en la elaboración de la propuesta de �shock distributivo�. El proyecto dista de una respuesta asistencialista para los desocupados: se plantea �transformar la crisis en una oportunidad, siguiendo un esquema opuesto al modelo neoliberal, que transforma la crisis en desempleo masivo y caída de demanda�, según lo describe Lozano.
�¿Qué ejes tomaron en cuenta para formular la propuesta?
�El eje es el empleo, porque en esta situación social es la puerta de acceso a la ciudadanía plena. En torno a esto, la propuesta asume varias cuestiones que se vinculan. La primera es plantear una relación diferente entre economía y democracia, en la convicción de que el conflicto hoy se explicita en la contradicción ajuste o democracia. La lógica dominante limita la profundización democrática y la vigencia del estado de derecho. En tanto no se plantee una redistribución de ingresos, es impracticable la construcción de una ciudadanía democrática. La segunda cuestión es que el shock redistributivo condensa la apertura al debate de una lógica distinta de política económica. Tercero, cuestiona las políticas sociales que actúan sobre los efectos, a través de un asistencialismo compensatorio, y no sobre las causas de la pobreza, que aparece por la expansión del desempleo y una estructura ocupacional perversa. El seguro de empleo es el nuevo nombre del salario mínimo en Argentina. Por último, es una propuesta fuertemente sostenida en una modalidad distinta de intervención fiscal, en contra de la lógica del ajuste perpetuo.
�¿Por qué se plantea en este momento?
�Porque las condiciones sociales lo exigen, pero además el agotamiento de este régimen económico le da mayor viabilidad a la propuesta. Hasta ahora se aplicó una estrategia sobre la oferta, poniendo el eje en la reducción de costos, que dio como resultado un fenómeno de recesión con deflación con pocos antecedentes. Hay consenso en el rechazo al ajuste. Y hay un espacio cierto sobre el que actuar: la capacidad ociosa del aparato productivo y la recesión del mercado interno. Son condiciones que permiten una recomposición de la demanda sin efectos inflacionarios. Incluso, en un contexto mundial con límites en la oferta de capitales, un plan de reactivación de demanda mejoraría las condiciones de promoción. Las estrategias de inversión productiva están muy ligadas a la reaparición de mercados de consumo, y en las condiciones actuales Argentina ofrece muy escasas actividades rentables. Todas las fichas del Gobierno están jugadas a la recuperación por influjo de la economía mundial, pero es muy difícil imaginar a futuro tasas razonables de crecimiento descansando en la evolución del núcleo exportador.
�¿Qué sectores apoyarían una propuesta como la de la CTA?
�La propuesta habilitaría a pensar en posibles estrategias de recomposición de la demanda, y allí surgirán los aliados sociales y productivos hoy marginados por el modelo, que encontrarían una alternativa distinta y sólida. Un reciente documento de la Unión Industrial Argentina plantea la necesidad de preservar el mercado interno, y se hace cargo de la necesidad de un subsidio al desempleo. Son elementos de convergencia que indican que los acuerdos no se limitarían al sector de medianos y pequeños productores.
�¿La propuesta plantea un cambio en el rol del Estado?
�Tanto el seguro de empleo como la asignación por hijo a todo trabajador �no sólo al inscripto formalmente� hace que el Estado juegue un papel no sólo en la redistribución de ingresos, sino también en la restitución de derechos fundamentales perdidos. A la salud, porque la asignación por hijo tendría como contrapartida la obligación de un chequeo médico a los chicos de menor edad. A la educación, porque a partir de los seis años la asignación estaría condicionada a la escolaridad. Y además, quien reciba el seguro de empleo recibiría formación y se vincularía a circuitos locales, que se crearían para detectar las necesidades de empleo en cada zona. Son elementos que hacen a la afirmación de la ciudadanía democrática, lo que obviamente resitúa el papel del Estado. |
Un desafío al modelo para abrir el debate
La Central de Trabajadores Argentinos presentará el miércoles al Congreso, en el marco de la Ley de Iniciativa Popular, un proyecto de implementación de un seguro de empleo de 380 pesos por jefe de familia y una asignación por hijo, a todo trabajador �formal o no, con o sin empleo�, de 60 pesos. La financiación del seguro y las asignaciones se obtendrían a través de la restitución de los aportes patronales descontados en 1994 y 1998 a empresas privatizadas, bancos e hipermercados, la eliminación de exenciones del impuesto a las ganancias y la aplicación de impuestos internos sobre los consumos de sectores de altos ingresos. La transferencia a la que daría lugar (estimada en 9700 millones de pesos al año) es lo que la CTA denomina �shock redistributivo�.
El planteo general, sus fundamentos, el diagnóstico del que se parte y las probables consecuencias de esta propuesta política están contenidos en el libro que Página/12 publicará acompañando su edición de mañana, domingo. La presentación de una propuesta alternativa a la actual política de ajuste promete despertar polémica. Anticipándose a ella, Página/12 entrevistó al coordinador del equipo que elaboró la propuesta, Claudio Lozano, y a uno de los referentes principales del pensamiento económico neoliberal, Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL.
El cruce conceptual no deja lugar a dudas de la existencia de dos modelos en pugna. Mientras Bour advierte sobre los riesgos y costos de asustar a los inversores, gravar a los sectores �que generan mayor crecimiento� y de �afectar derechos de propiedad�, Lozano señala el fracaso de �una estrategia que actuó sobre la oferta� y la imposibilidad de una construcción democrática sobre la lógica neoliberal.
La propuesta de la CTA plantea otra forma de construcción social, en la que el actual desocupado pasaría a integrar redes de formación y capacitación, vinculado a circuitos locales que identificarían las necesidades de empleo en su propio ámbito. Promueve el consumo masivo contra el consumo de elite que tiende a privilegiar el mercado, e incluye a los hijos de hogares marginales en la atención de la salud y en la educación, como requisitos para la asignación del subsidio. El desafío, para quienes sostienen el actual modelo, es aceptar el debate. |
|