Con las caras cubiertas por barbijos, más de 300 personas, la mayoría de ellas portadoras de VIH/sida, rodearon ayer el Ministerio de Salud, en una marcha de protesta contra su titular, Héctor Lombardo. �No al fraccionamiento, sí a la calidad�, se leía en un cartel atravesado frente a las escalinatas del edificio de la avenida 9 de Julio. Se refería a los dos reclamos centrales de una docena de Organizaciones No Gubernamentales y de los 15 mil portadores del virus que reciben medicación del Estado. �No sólo se están entregando los medicamentos en forma fraccionada, obligando a muchos a interrumpir los tratamientos, sino que el Ministerio se niega a tomar una decisión política para obligar a los laboratorios a cumplir con la calidad de las pastillas que debemos tomar�, le dijo a Página/12 Patricia Pérez, de la Red Argentina de Personas viviendo con VIH/sida. Desde el Gobierno, Lombardo no contestó los reclamos de los portadores. Mabel Bianco, directora de la Unidad Coordinadora Ejecutora de HIV/sida del Ministerio, reconoció que �todos acordamos que queremos la mejor calidad, pero es un reclamo que plantea un cambio legal�. El conflicto que padecen los portadores de VIH que reciben la medicación del Estado �debe ser entregada obligatoriamente por una ley nacional� tiene dos aspectos, que ayer estaban en todos los carteles de los manifestantes de las caras cubiertas. Por un lado, los portadores acusan al Ministerio de perjudicar su salud al fraccionar la entrega de las pastillas que deben tomar a diario por problemas en la entrega que realizan los laboratorios nacionales, ganadores de las licitaciones abiertas por el Gobierno. Ese problema fue explicado por Bianco a este diario: �Es una cosa transitoria y para algunos medicamentos. Desde hace dos semanas que se regularizó la entrega. Durante unos días hubo un fraccionamiento que fue nada más que para no dejar a las personas sin medicación administrando mejor lo que tenía el Estado hasta que los laboratorios entregaron la medicación de las nuevas licitaciones�. Más allá de la irregularidad en las entregas, que también afecta a algunos servicios de medicina prepaga, la demanda de los portadores de VIH apunta a la calidad de los medicamentos que les provee el Estado. El cambio que se ha dado a partir de las últimas licitaciones ganadas por laboratorios argentinos es que éstos proveen de pastillas que son copias de las de los laboratorios multinacionales creadores de los fármacos. Esos laboratorios cumplen, para participar de los concursos a los que convoca el Ministerio de Salud, con una serie de requisitos exigidos por las normativas oficiales: entre ellos no se cuentan los estudios de biodisponibilidad y bioequivalencia en pacientes, considerados de primera importancia por los especialistas y por las personas con VIH. Se trata de análisis sobre el impacto de esos medicamentos �in vivo� que al faltar �no dan garantía del verdadero impacto en la salud de los que los consumimos�, según explica Patricia Pérez. Esas dos palabras difíciles, la biodisponibilidad y bioequivalencia, son el nudo de un problema que padecen 15 mil personas. Bianco explicó ayer que por ley esos procesos no son obligatorios y que, por lo tanto, el tema debe ser tratado por los legisladores. Chiquita Gramajo, de la Fundación Spes, que trabaja con portadores de VIH, le dijo a este diario que �en realidad, lo que se debe modificar es un decreto del ex presidente Carlos Menem que indica que los laboratorios sólo deben presentar un informe escrito sobre esos estudios y no realizarlos sobre pacientes, que es lo que piden las personas con el virus�. Patricia Pérez lo dijo desde el punto de vista de un portador: �Los que tenemos que tomar las pastillas somos nosotros y sería maravilloso que no tuviéramos que preocuparnos por cuestiones técnicas, pero estamos hablando de nuestra vida y por eso le exigimos al ministro que tome una decisión política, que no nos condene a medicarnos con algo que no sabemos qué nos producirá en el futuro�.
|