Por Roque Casciero
�El Capitán Piluso fue una de esas cosas increíbles que uno nunca imagina que van a tener tanto éxito�, aseguró una vez Alberto Olmedo, el actor que le puso la cara, los gestos cómplices, la gomera, el gorrito y la cartuchera sin revólver al mítico personaje. Mañana se cumplirán cuarenta años de la salida al aire del programa que mostraba a aquel capitán sin uniforme y sin más tropa que su amigo Coquito, un gordo con cara de buenazo y ropa de marinerito. ¿Por qué todavía se lo extraña? Tal vez la respuesta haya que buscarla en aquello de lo que hoy carece la televisión: �Era un personaje simpático, bohemio, un pibe grande, con una inventiva bárbara. Respetaba a los chicos, los trataba como a iguales, los hacía cómplices� (Hernán Abrahamson, productor, en el libro Queríamos tanto a Olmedo).
El aniversario, que invita al recuerdo de Piluso y de Olmedo (fallecido en 1988), fue establecido con precisión por Esteban Farfán y Esteban De Miguel, responsables de la revista Plan TV, después de revisar incansablemente material gráfico de la época. Son los mismos coleccionistas que, hace poco, se emocionaron al enterarse de que en Canal 13 había aparecido un fragmento de un programa de Piluso de fines de los 70. Hasta ese hallazgo, no había más registro de las andanzas del Capitán que el de la película Las aventuras del Capitán Piluso (con Coquito, Martín Karadagian y el Indio Comanche). Y, claro, el que atesoraba la memoria de tres generaciones de chicos que no tomaban la merienda hasta que la Abuela, un personaje que nunca apareció en cámara, llamaba: �¡Pilusoooooo! ¡La leeeeeeche!�.
Manuel M. Alba, gerente general de la Compañía Argentina de Televisión que administraba el flamante Canal 9, fue quien tuvo la idea de un microprograma infantil de cinco minutos. Y pensó en Olmedo porque recordaba las travesuras de Joe Bazooka, el primer personaje que interpretó el actor. �Contesté que sí, por supuesto, y entonces me dijo que me buscara quien me hiciera el libro�, recordó más tarde el Negro. �Yo había conocido a Coquito (Humberto Ortiz, fallecido en 1982) en uno de mis programas anteriores y nos habíamos hecho bastante amigos; sabía que él escribía y le pedí que me hiciera los libretos. Aceptó, y luego aceptó también incorporarse al programa como un marinerito. Así fue como empezamos a trabajar juntos�.
Según el director Edgardo Borda, el nombre de Piluso fue también idea de Alba, porque �el mecánico que le arreglaba el auto tenía ese apellido�. El cargo de capitán se le ocurrió a Abrahamson. Al principio, Olmedo sólo presentaba los dibujos animados de �El oso Yogui�, pero enseguida el personaje de Piluso comenzó a crecer. El éxito fue inmediato y el programa pronto pasó a tener una hora de duración. �Coco ya no podía escribir un libreto porque era para volverse loco, así que empezamos a hacer el programa en base a ciertas pautas�, afirmaba Olmedo. �Llegamos a conocer tanto a los chicos que trazábamos unos esquemas diarios y salía una hora de programa. Así, además, era más espontáneo, más fresco y más divertido. Hasta nosotros nos divertíamos de las cosas que se nos ocurrían sobre la marcha�.
Las cosas que se les ocurrían podían ser recetas espantosas, llenas de harina, que los chicos seguían a pie juntillas en sus casas; bromas a Coquito en las que Piluso contaba con la complicidad de los pibes sólo con guiñar el ojo a cámara; y hasta las indicaciones para desarmar un teléfono, que provocó desastres en los aparatos de la época. La voz de la abuela siempre estuvo a cargo de la misma mujer: Inés Jaroslavsky, hermana de Judith, la primera esposa del actor. En realidad, que fuera ella quien llamaba a Piluso a tomar la leche fue una casualidad, porque debía encargarse una vieja actriz que no apareció el día que el programa comenzaba a salir al aire. Hay algo de Piluso que se recuerda tanto como su atuendo y sus gestos cuando le daban la leche: su pelea contra Martín Karadagian. La lucha en el estadio Luna Park, que le sirvió al titán para conseguir el espacio en televisión para sus �Titanes en el Ring�, fue apoteósica: quedaron fuera del estadio unos tres mil chicos; Piluso llegó en helicóptero, y los maestros de ceremonias fueron Nicolás �Pipo� Mancera y Armando Repetto (el conductor del �Reporter Esso�). �Cuando salió Piluso, el Luna Park se vino abajo. Era el ídolo�, recordó Abrahamson. En esa época, Karadagian todavía era el malo en sus luchas, y contó con la ayuda del tramposo juez Hans Aguila (un precedente del recordado William Boo), pero Piluso logró vencerlo: castigó la cabeza del armenio con el tronco de un árbol que le había alcanzado Coquito. Fue la primera transmisión desde exteriores que hizo el 9. Y el tape de la pelea debió ser repetido dos veces por los pedidos de la gente. Cuando Canal 9 se incendió, Piluso debió salir al aire igual desde el estudio 3, que había quedado sin techo. El problema fue que en la mitad de la emisión comenzó a llover. Pero Olmedo siguió adelante, porque el público que había ido a verlo no quería abandonar el lugar.
Después, Olmedo decidió cambiar de perfil y aceptó la propuesta de Gerardo Sofovich para trabajar en otro éxito, �Operación Ja Ja�. De todos modos, cada vez que Coquito se encontraba en una emergencia económica, Olmedo consentía en volver a encarnar al Capitán. El personaje estaba agotado y el actor lo sabía: �Yo no soy ningún boludo, pero Humberto es mi amigo y él haría lo mismo por mí�.Sin embargo, en la memoria de los chicos �que hoy peinan canas� quedó aquel Piluso tierno y travieso al que le cantaron Luis Alberto Spinetta (�Piluso y Coquito�) y Fito Páez (�Tema de Piluso�). Para esos pibes grandes, no hay merienda si no hay Capitán.
Un informe sobre Perú
Hoy a las 21, Canal 7 emitirá �Perú: prensa, poder y política�, un documental producido por The Freedom Forum sobre la prensa en ese país. El documental de una hora examina el papel que la prensa peruana jugó en la actual situación política y en la asunción de Alberto Fujimori en su tercer mandato. Además, revisa las tres últimas décadas de la historia del Perú. Participan, entre otros, Alejandro Miró Quesada, director de El Comercio; Enrique Zileri, director de Caretas; Mirko Lauer, columnista de La República; Jorge Santiestevan de Noriega, Defensor del Pueblo del Perú; Eduardo Calmell del Solar, director de Expreso, y el recientemente fallecido director de La República, Gustavo Mohme. |
|