Por Sergio Moreno y Santiago Rodríguez
A partir de hoy, el Frepaso va a gobernar su primer distrito de trascendencia nacional. Aníbal Ibarra asume como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires después de que el 50 por ciento de los porteños así lo decidiera. Deberá gestionar, junto a la radical Cecilia Felgueras, la ciudad más importante del país durante tres años y cuatro meses, que es lo que dura su mandato. Lo espera una metrópolis que aporta el 26 por ciento del PBI nacional y que, a la vez, tiene una tasa de desempleo del once por ciento. Una ciudad rica e inequitativa. Una ciudad que fue la tumba política de más de una estrella en ascenso, pero que también fue el trampolín de Fernando de la Rúa hacia la presidencia de la Nación. Ibarra dice que no quiere ser Presidente, que su futuro está en Buenos Aires, por muchos años. Aquí, en el día que cristaliza su logro político más importante, y en uno de los más anhelados por su partido, cuenta sus planes de gobierno, dice qué va a hacer con la ciudad y se define sobre las villas miseria, el desempleo, la zona roja, la Policía, los militares y La Rural.
�Hoy se hace cargo del gobierno de la Ciudad. ¿Está preocupado?
�No, no estoy preocupado. Estoy tranquilo en términos personales, conforme por cómo se llevó este período de transición y con muchas ganas. Consciente de la responsabilidad, pero no preocupado.
�¿Como será esta ciudad cuando termine su mandato?
�Va ser una ciudad que tendrá emprendimientos realizados y emprendimientos en marcha, inmobiliarios, urbanísticos, productivos. Va a ser una ciudad más segura, más equilibrada, con crecimiento en la zona sur, con una red de subterráneos más extendida, con incremento de la oferta cultural, con más visitantes extranjeros y nacionales. Va a ser una ciudad con reglas de juego asumidas y respetadas por el conjunto. Vamos a generar una actitud de respeto por las normativas que existen y las que surjan. Primará un criterio de respeto por los espacios públicos.
�¿Este es un compromiso?
�Lo es. Esta será, además, una ciudad con menos desempleo.
�Ahora hay un once por ciento de desocupados en la Capital. ¿Con cuánto menos desempleo estaría conforme tras su gestión?
�Aspiramos a bajarla sustancialmente. Al concluir mi gestión, la desocupación rondará el siete por ciento.
�¿Qué planes va a desarrollar para bajar el desempleo?
�La idea es generar mayor oferta de empleo a partir de distintos ejes: el desarrollo de la construcción, emprendimientos inmobiliarios -fundamentalmente en la zona sur�, crecimiento de la red de subtes. La desregulación telefónica va a significar que gran parte de las inversiones estén dirigidas a la ciudad. Vamos a coordinar con las empresas telefónicas para proveer mano de obra calificada, que es la que se requiere en estos casos. Y nos daremos una política de inversiones productivas en el área sur. El incremento del turismo también aumentará la oferta de trabajo. Estos objetivos de proyecciones del índice contemplan a la gente del Conurbano que también trabaja en la ciudad. Todo esto en un marco donde la Ciudad no va a ser ajena: en muchos de estos casos tiene que haber una fuerte intervención de la Ciudad; muchas de estas obras son iniciativas públicas. Por ejemplo el Código de Planeamiento Urbano es una iniciativa legislativa que requerirá una fuerte participación del sector privado. Y la Corporación del Sur permitirá utilizar espacios de dominio público y significará una dinámica totalmente distinta, que yo creo que será un salto cualitativo.
�¿Cuánto significa, en puestos de trabajo, cada uno de estos emprendimientos?
�Globalmente, en el primer año y medio, hablamos de unos 70.000 puestos de trabajo; una segunda etapa, 50.000 y otra de 50 o 60.000 puestos de trabajo. Crearemos entre 170 y 180.000 nuevos puestos de trabajo.
�Al fin de su mandato, ¿seguirán existiendo las villas miseria en la ciudad?
�Sí, van a seguir existiendo, pero habrá menos habitantes en las villas y habrá villas miseria que no van a estar. En esto también ya empezamos a avanzar y dimos normativas para la villa de Los Piletones en el Bajo Flores, donde habrá un proceso de urbanización rápido: mi objetivo es que sea un barrio. Ahora, y esto lo hablé con mis secretarios: nosotros nos hacemos cargo de una situación, pero esa situación no debe extenderse.
�Explique eso.
�No se puede permitir que el número de habitantes de las villas siga creciendo.
�¿Y cómo lo impedirá?
�Cuidando los espacios públicos, urbanizándolos. En los espacios abandonados, sin ningún tipo de control, las villas de emergencia se amplían. No se puede tener una política de indiferencia en este campo. Queremos desterrar las villas creando barrios. La Ciudad de Buenos Aires debe comprometer su esfuerzo para esto, como también para resolver la situación de miles de personas que viven en casas tomadas. Pero no puede haber una política de permisividad para con las organizaciones que se dedican a tomar casas. Para resolver el problema hay que darle corte a su crecimiento. Vamos a poner especial énfasis en la resolución del problema como en el control.
�Usted ya puso en marcha algunas de las leyes que necesita. La Legislatura votó hasta el sábado a la tarde. ¿Fue necesario este maratón para votar tantas leyes juntas, con escenas que recordaron al ex Concejo Deliberante?
�No existe comparación posible con el ex Concejo. La mayoría de estas leyes, como la de las playas de estacionamiento, la del mobiliario urbano, el Código de Planeamiento Urbano, requieren por Constitución doble sanción, cosa que no ocurre en ninguna otra Legislatura de la Argentina. Hay que votar y después de un tiempo volver a votar la misma ley. Pero, además, en el medio de ambas votaciones, se requiere una audiencia pública. Nosotros hemos cumplido todos estos procedimientos. Por ejemplo, si no se votaba el Código de Planeamiento Urbano se perdía un año y medio de trabajo. Muchas de esas leyes, que las he pedido después del 7 de mayo con la legitimidad que me confirió el 50 por ciento del electorado porteño, fueron promesas de campaña, por ejemplo la política de desarrollo del sur. Para cumplir esas promesas necesito las herramientas.
�Desde mayo pasaron tres meses. ¿Por qué votarlas en dos semanas, concentrando la mayoría en los últimos dos días?
�Muchas de esas leyes requieren cuarenta votos (dos tercios de la Legislatura). Se hicieron proyectos, se discutieron en comisión, se votaron, fueron a audiencia pública y se volvieron a votar con la legitimidad de los dos tercios, para lo cual requirió consenso de los otros bloques.
�¿Cómo va a gobernar con una Legislatura tan adversa como la que tendrá a partir de mañana?
�En la ciudad hay leyes que requieren 30 votos y otras que requieren 40. Obtendremos los consensos que hagan falta para las leyes que necesitan dos tercios. Espero que nos pongamos de acuerdo.
�Por los resultados de la ronda del diálogo político que usted abrió con las otras fuerzas no parece que vaya a ser fácil ponerse de acuerdo.
�De antemano está abierto el panorama político, es decir, no hemos generado con ningún sector una mayoría automática. Vamos a tener que discutir con los distintos sectores cada vez que sea necesario. Creo, también, que hay perfiles distintos dentro de cada bloque. Vamos a ver...
�¿Cómo imagina será el rol que desarrolle Domingo Cavallo desde la oposición?
�Realmente no lo sé. Hay que ver si él interviene en la política de la ciudad o si delega en otra persona, en el bloque. No sé tampoco cuál es suproyecto político futuro, si tiene que ver con la Ciudad de Buenos Aires o no. El abre distintas perspectivas.
�¿Y la izquierda, en sus distintas variantes?
�Depende. Si logran unificarse o mantienen su perfil individual. Una cosa es una izquierda con una misma estrategia y otra es si compiten a ver quién es más opositor. Igualmente, van a tener un claro rol de oposición y habrá que dialogar.
�Cuando militaba en la FJC, ¿conoció a Patricio Echegaray?
�No.
�Cuando se encontraron ahora, en el diálogo político, ¿hicieron alguna referencia al pasado en el mismo partido?
�No, porque nunca tuve vínculo ni personal ni político con él. Sí tuve trato cuando se conformé inicialmente el Frente Grande. Pero ya éramos dos dirigentes, yo del Fredejuso y él del PC. Ahí tuvimos alguna relación desde distintas fuerzas.
�¿Cómo quedó con Fernando de la Rúa después de la pulseada por la presidencia del Banco Ciudad, que usted ganó (designó a Roberto Feletti)?
�No hubo tal pulseada con De la Rúa.
�De la Rúa tenía otros candidatos, que le sugirió...
�Eso lo publicó Página/12...
�Página/12 tiene buenas fuentes...
�(Risas.) No, realmente no hubo sugerencias, y con De la Rúa mantengo una excelente relación, hablamos de política, de la ciudad, del país y yo siempre tengo presente el gran respaldo que me dio en todo este proceso.
�¿Cuál es el rol que imagina para el Banco Ciudad?
�Hemos conversado largamente con Feletti y Eduardo Hecker, secretario de Desarrollo Económico, sobre el trabajo con pymes, armando red de proveedores, generando hechos concretos que les sirvan a las pymes. Vamos a favorecer, en cada proceso de licitación, todo aquello que venga acompañado de redes de proveedores locales. El Banco Ciudad tiene que apuntar a eso y debe tener más recursos disponibles para que, en coordinación con las políticas decididas desde el Gobierno porteño, sea una herramienta de desarrollo. Es un banco ordenado, pero necesita dar un salto cualitativo para tener dinero disponible. Hay que tener una banco sólido con un perfil que no se le puede pedir a un banco privado. Sobre esto estamos trabajando. No quiero un banco que sólo pueda exhibir los números: quiero un banco que pueda exhibir los números pero que además sirva para acompañar las políticas de crecimiento de la ciudad.
�¿Cuál será el sello frepasista que tendrá su gestión?
�La gestión tendrá un sello de la Alianza. Yo soy del Frepaso pero soy un jefe de Gobierno de la Alianza. La gestión tendrá sellos que involucran a todas las fuerzas que hacen esta coalición. Tiene que ver, también, con perfiles propios. El Frepaso tiene un rol clave, que ya lo viene desempeñando la Alianza, que ha demostrado que la eficiencia no está reñida con la honestidad.
�¿Cecilia Felgueras es la mejor vicejefa que imaginó?
�Es la mejor vicejefa. Es la mejor decisión del radicalismo. Antes de esa decisión fui muy respetuoso y no interferí. Fue una excelente elección.
�¿Cuál será el aporte de la Alianza a esta ciudad en materia de libertades públicas?
�La ciudad tendrá un área de derechos humanos, desde donde haremos profundo eje en la no discriminación. Toda sociedad se mide en calidad democrática por el respeto a las minorías y en esto habrá una política de gobierno de profundo respeto por la no discriminación. Advertimos distintas formas de discriminación, religiosa, social, por formas de vida, contra los extranjeros. Lo importante de una sociedad es el respeto a sus leyes y yo seré igualmente duro con quien no respete la ley, sea quien fuere. Porque una de las cosas que agravia a la gente son esas situacionesde desigualdad. Son cosas que hay que desterrar. A esto me refería cuando hablaba de una nueva cultura de respeto a las leyes.
�¿Abrirá una discusión sobre la habilitación de una zona roja?
�En una sociedad uno no puede estar negado a ninguna discusión, sería una actitud antidemocrática. Hoy el ejercicio de la prostitución en la vía pública está prohibido y yo voy a hacer cumplir la ley. Cuando digo esto no hablo desde la moral, lo digo porque nadie tiene derecho a alterar la tranquilidad o el modo de vida de los vecinos en espacios residenciales. Hay planteos para discutir la creación de zonas donde puedan realizarse esas actividades en la vía pública. En un caso o en otro lo que sí se merece es una discusión de estos planteos. Pero ninguna de estas cosas funcionan si no hay un consenso de la sociedad. A esto es a lo que yo apunto: a que la ciudad se comprometa con nuestra política. Si la ciudad no la asume como propia, cualquier política va al fracaso. Hoy tengo como meta hacer cumplir la ley.
�¿Cuándo se firma el convenio con la Policía Federal?
�Vamos a firmar el convenio, vamos a poner en marcha un plan de prevención del delito y vamos a articular el trabajo con la Policía Federal.
�¿Cuándo firmará el convenio?
�Rápido.
�¿Quiere ser Presidente?
�No.
�Suena poco creíble.
�Hoy no, no lo pienso, lo digo con absoluta sinceridad. Mi destino político está ligado a la Ciudad de Buenos Aires por muchos años. Nadie puede tampoco imaginarse dónde nos va a encontrar la vida dentro de veinte años, pero que quede claro que no tomo la ciudad y ya estoy mirando hacia adelante. Miro la ciudad como ciudad y mi objetivo es que quiero ser un buen jefe de Gobierno por muchos años. A mí me votaron para gobernar tres años y cuatro meses y cualquier hipótesis que se plantee es si a me va bien en esta gestión.
Militares y Verdad
Por S. M. y S. R.
�¿Qué opina del avance militar que se produjo a partir de la asunción de este gobierno nacional?
�El tema de los derechos humanos en la Argentina pasa por el respeto a la ley. Si se esquiva la ley, y supongo que estamos hablando de los Juicios por la Verdad, empiezan a prevalecer los poderes, las corporaciones, los grupos, y me parece que el Gobierne tiene que tener una fuerte definición por el respeto a la ley, en este caso la actuación de la Justicia civil. Y no me pareció bien que, cuando algún militar fue procesado o detenido recibiera el apoyo institucional que recibió de una fuerza armada. Estas son las cosas que significan una actitud de confrontación con la ley. En esto el Gobierno debe tener una posición uniforme y clara pero, a veces, ha sido contradictoria.
�¿Está conforme con la conducción política de las Fuerzas Armadas?
�En algunos cosas sí, otras cosas no las comparto.
�¿Cuáles?
�No coincido con la forma en que se ha manejado la relación con los militares, con los Juicios por la Verdad ni con los que posibilitaron �en algunos casos� que el Gobierno no tuviera una posición unívoca en toda su línea ministerial. Me parece central que se perciba en todos los ámbitos y que sea una misma política. Que no se genere un juego porque en el juego se cuelan distintas posiciones. Creo que en esto faltó la uniformidad y que se equivocó el camino. |
La ciudad y el negocio de La Rural
Por S.M. y S.R
.�¿Está de acuerdo con que se realice en La Rural ese proyecto de cines y shoppings?
�El tema es así: es un emprendimiento que hace un grupo privado en un predio privado, pero que tiene impacto urbanístico en toda la ciudad. Nadie puede realizar obras de impacto sin que intervenga la ciudad y sin una lógica de beneficio para la ciudad. En La Rural se avanzó con un proyecto que miró siempre el interés propio, desde el punto de vista comercial, que es válido. No está mal querer obtener rédito económico. Sucede que, como estaba planteado, no había ningún beneficio para la ciudad y era un mal proyecto urbanístico. Y además está mezclado con el origen de la adquisición de La Rural que fue dispuesta por el gobierno de (Carlos) Menem, un problema complejo. Yo digo que ese pozo a cielo abierto no le sirve ni a la ciudad ni a La Rural. En tanto se alcance una reformulación del proyecto, que le cierre económicamente a La Rural, pero que le sirva a la ciudad, yo estoy dispuesto a avanzar en un nuevo proyecto.
�¿Usted plantea algo así como `vamos a discutir de nuevo�?
�Claro. En los términos que estaba planteado inicialmente no, no habrá proyecto. El Estado está abierto a las reformulaciones. Esta lógica la voy a utilizar siempre: cuando haya emprendimientos de magnitud, nosotros vamos a favorecerlos, pero siempre tiene que ganar la ciudad. Acá no puede haber un Estado ciego a las cosas que se hacen en la ciudad. Pero, aclaro, en este sentido me parece que lo peor es ser fundamentalista de cualquier lado: la ciudad no puede estar paralizada, pero tampoco puede crecer a cualquier costo. Y por eso el papel del gobierno y del Estado debe ser activo. Yo voy a discutir siempre y voy a exigir cosas para la ciudad. |
Opinion
Por Fernando Sokolowicz |
Moneta
(Viene de tapa)
Tan importante fue la reacción social �la DAIA y el INADI lo denunciaron ante la Justicia por �incitar al odio racial y religioso�� que hasta el propio Moneta comprendió que había pasado la raya.
�Si mis palabras se interpretaron como una agresión �dijo el banquero varios días después de la agresión de sus declaraciones antisemitas�, pido disculpas a la comunidad judía�, pero enseguida agregó: �Aunque yo no tengo la culpa de que los que me difamen sean judíos�.
Ese es el método Moneta. Una combinación mal dosificada de agresiones, desafíos y mentiras que pueden desarrollarse mientras encuentran protección en los pliegues del poder político o en la exhibición obscena del poder económico.
Ese mismo método está aplicando el banquero en su intento de impedir que el periodismo siga informando sobre sus andanzas pasadas o presentes. Se hizo fuerte para ello en Mendoza, donde cuenta con el apoyo interesado de sus amigos Daniel Vila y José Luis Manzano, dueños de buena parte de los medios locales, y comenzó su expansión al resto del territorio con complacientes apariciones en algunos medios nacionales. Fue en esas apariciones donde también pretendió desacreditarme como editor de Página/12, inventando insólitas conversaciones, que por supuesto nunca existieron, con la evidente intención de levantar sospechas sobre la titularidad de mi diario. El escándalo desatado por los insultos a Horacio Verbitsky, periodista de Página/12, y a Marcelo Zlotogwiazda y Ernesto Tenembaum, antiguos trabajadores de este diario y actuales protagonistas de �Día D�, complicó el normal desarrollo de esa estrategia. Para colmo, los reclamos llegaron hasta sus socios norteamericanos, el Citicorp y el fondo Hicks, Muse Tate & Furst, que deben responder en un país menos tolerante con el racismo.
La otra parte de su ofensiva, destinada a devolverlo a los primeros planos del empresariado nacional y condenar al olvido sus largos meses de clandestinidad prófugo de la Justicia, se desarrolla en el terreno legal, donde también cree el banquero que todo se obtiene con dinero. Ya había intentado involucrar a Horacio Verbitsky en un ridículo complot con su ex empleado Jorge Macchi, a quien denunció por extorsión, y ahora pretende paralizar la acción de este diario con una querella millonaria por informar con seriedad sobre sus negocios y sus relaciones políticas y económicas.
De más está decir que no lo conseguirá.
En su última aparición pública Moneta intentó otra gracia. �Como dicen los gallegos, antes de hablar desearía decir unas palabras. Perdón �agregó�, no hagamos chistes étnicos.� Nadie se rió, aunque algo quedó claro. Moneta seguirá exhibiendo con impudicia sus prejuicios cada vez que abra la boca. Pero seguramente deje en las sombras la verdadera naturaleza de sus negocios. Página/12 será el encargado, como siempre lo fue, de seguir informando sobre ellos. |
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