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SU ULTIMA SESION DURO la noche entera
 Y APROBO 140 proyectos PEDIDoS POR IBARRA

13 horas de maratón en la Legislatura

Como la Alianza pierde hoy su mayoría automática, la última sesión de la vieja Legislatura empezó el viernes a las 21 y terminó el sábado a las 10. Hubo sillazos, insultos y acusaciones, pero se aprobaron proyectos que implican gastos masivos.

Al terminar la interminable reunión, los legisladores insomnes festejaron a los gritos.


Por Fernando Almirón

t.gif (862 bytes) A horas de su renovación, durante una maratónica sesión que comenzó el viernes a las nueve de la noche y que terminó recién ayer a las 10 de la mañana, la Legislatura porteña aprobó 140 proyectos de ley que el nuevo jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, reclamaba para iniciar su gestión al frente de la Ciudad. La premura de la Alianza tenía sus motivos. Cuando hoy asuman los nuevos integrantes del cuerpo el oficialismo, dejará de ser mayoría en el recinto, ya que sólo retendrá 25 de las 36 bancas que hasta ayer le permitieron legislar sin mayores tropiezos. Entre las normas aprobadas por los diputados insomnes figura la que crea la Corporación Buenos Aires Sur, que se ocupará de desarrollar las zonas olvidadas de la Ciudad; la de mobiliario urbano, y las que habilitan el funcionamiento de los entes reguladores y controladores de servicios públicos. 
Los integrantes de la Legislatura porteña saliente cerraron su ciclo en medio de escenas dignas del viejo Concejo Deliberante. Dirigentes del gremio municipal brincando de banca en banca en plena sesión, insultos y reproches cruzados a viva voz entre los integrantes de los bloques, sillas voladoras, empujones y golpes lanzados al aire en los apretujados remolinos de los desaforados en el recinto antecedieron la sesión nocturna que, contra reloj y a puertas cerradas, comenzó el viernes a las nueve de la noche y terminó ayer a las 10 de la mañana, una vez que los legisladores aprobaron las 140 leyes que estaban pendientes de sanción. 
La mayoría de estos proyectos ya habían sido tratados y aprobados por los legisladores. Pero, tal como lo establece la Constitución de la Ciudad, para convertirse en ley debían contar con una nueva y definitiva votación después de ser sometidos a audiencia pública, una instancia en la que los ciudadanos pueden objetar lo dispuesto por sus diputados. Por lo que en rigor no eran objeto de debate y su votación se limitaba a un mero trámite parlamentario. 
Los incidentes del viernes comenzaron cuando dos centenares de municipales desataron su ira contra el frepasista Eduardo Jozami, que acababa de solicitar pasar a un cuarto intermedio antes de tratar la ley de Empleo Público de la Ciudad. �Nada de cuarto intermedio, ¡¡hay que tratarlo ahora!!�, reclamó desde su banca el legislador justicialista y dirigente municipal Patricio Datarmini. La diputada radical Gabriela González Gass insistió en el cuarto intermedio, y disparó el regreso del pasado. Uno de los gremialistas se lanzó al recinto apuntado su puño a la cara de Jozami, otro le arrojó una silla a González Gass, la que el frepasista Roque Bellomo detuvo antes de que llegara a destino. Los municipales llevaban una semana presionando a los diputados para lograr la promulgación de la norma que le otorga al gremio estabilidad laboral y salarial. 
Una vez calmados los ánimos, los legisladores reiniciaron la sesión, aunque a puertas cerradas y una vez asegurada la debida provisión de café. Estas son algunas de las leyes aprobadas entre la noche del viernes y la mañana de ayer: 
Mobiliario Urbano. Establece el llamado a licitación internacional, con prioridad para empresas locales, para renovar la totalidad de los carteles publicitarios, paradas de colectivos con espacio para publicidad estática, kioscos de flores y hasta cestos de basura. 
Corporación Buenos Aires Sur. Dispone la creación de un organismo bajo la forma de Sociedad del Estado que tendrá a su cargo el desarrollo de la zona sur de la ciudad. Su área de trabajo estará comprendida entre el Riachuelo y las avenidas San Juan, Juan Bautista Alberti y Directorio. La ejecución del proyecto, que será controlado por la Sindicatura de la Ciudad y la Auditoría, prevé inversiones privadas, la realización de obras públicas y el reacondicionamiento y venta de inmuebles del Gobierno de la Ciudad ubicados en los barrios de la Boca, Barracas, Pompeya, Parque Patricios, Villa Lugano y Soldati. 
Playas de estacionamiento subterráneas. La ley aprobada ayer autoriza la construcción de 14 playas de estacionamiento subterráneas. Para evitar que se generen grandes embotellamientos de tránsito en el centro y microcentro de la ciudad, seis de ellas estarán ubicadas en los barrios de Núñez y Belgrano, cerca de las estaciones de subterráneos de la línea �D� con el objeto de promover la utilización de ese medio de transporte.
Empleo público. La norma le permitirá al nuevo gobierno llevar a cabo una reasignación de empleados públicos distribuyéndolos en distintas aéreas y en los horarios que respondan a las necesidades de la administración. También garantiza la estabilidad laboral y salarial de los empleados de la Ciudad. 
Ente Regulador de Servicios Públicos. Se designó a los miembros del organismo que se encargarán de controlar el cumplimiento de los contratos de obras públicas y servicios brindados por terceros a la Ciudad.
Jueces y fiscales. Se aprobaron los pliegos de designación de jueces y fiscales del foro Contencioso Administrativo de la Ciudad, los que ya habían sido aprobados por el Consejo de la Magistratura local.
Ente de Mantenimiento y Limpieza Urbana. Se trata de la creación de un organismo que se encargará de controlar el cumplimiento de las normas de higiene en los distintos ámbitos de la Ciudad, y supervisará las tareas de las empresas contratadas para llevar a cabo los trabajos.
La intensa tarea legislativa, de forzado insomnio, no contó con la presencia de los legisladores Marta Oyhanarte, de Nueva Dirigencia, y de Jorge Argüello, del unibloque porteño. Oyhanarte consideró que la sesión representaba �una farsa y una burla� digna del viejo Concejo Deliberante.
Los diputados de izquierda que asumirán hoy �Patricio Echegaray, Vilma Ripoll y Abel Latendorf� señalaron que �la Alianza apela a prácticas menemistas para legislar normas a su medida entre gallos y medianoche�. 
Lo cierto es que Ibarra logró tener las manos libres para llevar adelante �y dormir tranquilo� los primeros meses de su gestión. Hacia adelante deberá gobernar con una Legislatura en la que la Alianza es minoría y la oposición, aunque dispersa, aprovechará su mayoría. 

 

 

opinion
Por Eduardo Aliverti

Repetir la película

Ibarra y su gabinete vienen de eso que de manera simplota y genérica se denomina �progresismo�, pero que como convención verbal sirve para entender más o menos rápido de qué y quiénes se habla. Podría decirse entonces que la base desde donde se parte no es la peor, visto en términos de expectativas de una mayor justicia social, aunque el sesgo marcadamente conservador del gobierno nacional de que forman parte pone un signo de interrogación, enorme, sobre la pretensión de observar algo diferente. Como dato alentador, Ibarra demostró tener un juego propio del que una mayoría lo veía careciente. Lo revela, por caso, la decisión de sostener a Roberto Feletti al frente del Banco Ciudad, contra las presiones no sólo del establishment sino también de fuertes sectores de la misma Alianza. ¿Podrán estas señales significar que hay la intención de renacer al Frepaso como fuerza poderosamente alternativa, desde las cuasicenizas en que lo dejó el �chachismo�? Si así fuera, la nueva administración contará con la invalorable ventaja que supone estar al frente de la vidriera del país. Y por eso mismo, en relación exactamente inversa, si lo que se da es una mera continuidad con las políticas nacionales se habrá asistido a la definitiva extinción frepasista. Lo seguro es que una gestión que se pretenda enfilada hacia las necesidades populares chocará, tarde o temprano, contra el macrorrumbo de las jefaturas superiores. Ahí se verá si este nuevo gobierno usa el juego propio para apoyarse en un respaldo social activo, o si repetirá la película de Chacho.

 

 

PERIODISTAS ANALIZAN EL ROL DE ANIBAL IBARRA
Tres visiones sobre un estilo

 Nelson Castro 
�Institucionalmente, la asunción de Aníbal Ibarra en la ciudad implica un valor positivo, porque representa el respeto a las normas constitucionales para el recambio de las autoridades. Desde el punto de vista político significa un fortalecimiento del Frepaso dentro de la Alianza y un desafío, porque la ciudad es uno de los distritos más importantes del país, donde ahora tienen la responsabilidad de gobernar. Para el gobierno nacional también es un punto de atención por la proyección nacional que tiene la Capital Federal. La llegada de Ibarra se produce en un momento difícil para el gobierno nacional, por la situación que se vive y por la poca efectividad que hasta el momento han tenido las medidas que tomaron para revertirla. Lo bien o mal que le vaya a la nueva gestión de la Alianza en la ciudad va a pesar a nivel nacional. Desde el punto de vista de la sociedad, que es el más importante, el nuevo jefe de gobierno tiene un gran desafío por delante para lograr que esta ciudad sea más igualitaria y no siga presentando la enorme diferenciación que hay entre el Sur y el Norte. Tiene que ordenar cosas muy concretas como el tránsito, trabajar en la seguridad y, por supuesto, tratar de generar condiciones de mejor calidad de vida en la ciudad. Por supuesto, si la gestión de Ibarra es exitosa, le dará a su figura la proyección nacional que hoy no tiene. Lo transformará en una de las figuras de peso político nacional del Frepaso, lo que hoy a esa fuerza le falta. Ibarra va a gobernar con menos poder que De la Rúa por lo que va a necesitar mayores niveles de consenso para tener las leyes que necesite para su gobierno. Si se concreta el traspaso de la Policía Federal a la ciudad de Buenos Aires, va a tener un desafío para ver cómo la maneja. Y tendrá que abocarse al tema de la corrupción en los niveles intermedios de la burocracia municipal, que todavía es muy alta.�

 Joaquín Morales Solá 
�La llegada de Aníbal Ibarra al gobierno de la ciudad no significa nada en tanto no lo vea tomando decisiones y al mando del gobierno. Ni su edad ni sus extracciones políticas expresan el cambio o características propias de una administración. Lo que le da un estilo a un gobierno son sus medidas concretas, por lo tanto hay que esperar a que el señor Ibarra tome las decisiones como jefe de gobierno para ver si es un cambio o no. Recién lo vamos a saber cuando tome las primeras decisiones. Es obvio que el Frepaso necesitaba un triunfo después de la derrota de Graciela Fernández Meijide en la provincia de Buenos Aires. Y también es obvio que es muy grande la responsabilidad que debe asumir Ibarra, porque si fracasa en la gestión va a significar un retroceso muy grande para el Frepaso porque se trata de la primera gestión ejecutiva y electiva que tienen.� 

 Luis Majul
�El acceso de Aníbal Ibarra al gobierno de la ciudad revela, de entrada, un par de cambios. El primero, que no es menor, es un cambio generacional. Tiene por lo menos diez años menos que cualquiera de los que estaban antes. El segundo cambio es que se muestra ejecutivo y transparente, lo que no significa que después termine siéndolo, pero genera expectativas. Con todos los anuncios que hizo, si dentro de un tiempo prudencial la ciudad no está un poco más limpia, un poco más segura y con un tránsito más soportable, puede provocar la misma decepción que está empezando a provocar el gobierno nacional.�

 

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