Por Mariana Carbajal
La muerte de René Favaloro provocó una ola de angustia y desesperanza, que se manifestó en centenares de mensajes que la gente envió a las radios y que acercó, personalmente, a la Fundación Favaloro. Pero no fueron las únicas expresiones de desazón. En los días siguientes a la muerte del cardiocirujano se duplicaron los llamados al Centro de Atención al Suicida y crecieron aún más los pedidos de auxilio en la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio. �Frente al suicidio de un personaje importante hay mucha gente que se siente desprotegida y vacía�, explicó el psicólogo Carlos Boronat. ¿La muerte de Favaloro podría provocar conductas imitativas? ¿Qué lleva a una persona a querer terminar con su vida? ¿Puede prevenirse el suicidio? En el país hay mas muertes voluntarias que por homicidio y un preocupante incremento de la tasa de suicidio adolescente. Cuatro especialistas consultados por Página/12 armaron una radiografía del suicidio en la Argentina.
Después de la muerte de Favaloro, en el Centro de Atención al Suicida se duplicaron los pedidos de auxilio. �De cada 9 llamados uno o dos mencionaban a Favaloro, pero la mayoría expresaban mucha tristeza por amigos o parientes que se querían matar. También se comunicaron personas, la mayoría mujeres, que estaban medicadas y tenían mucha angustia y ansiedad porque no podían localizar a sus psiquiatras�, detalló Alicia Josis, presidenta del Centro de Atención al Suicida.
Del mismo modo, se observó un aumento de las consultas en la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio. El miércoles �él único día de la semana que atienden� recibieron en su sede del barrio porteño de Flores cinco consultas, cuando generalmente no tienen más que una, y una docena de llamadas telefónicas, un número entre tres y cuatro veces mayor que el habitual. �Cuando ocurre un suicidio de una persona famosa, la gente que ya arrastraba algún malestar o fantasía de suicidio, se siente habilitada para consultar. Piensan: �Bueno, yo no soy el único��, señaló Carlos Martínez, titular de la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio. �La mayoría de los que consultó mencionó el caso Favaloro, dijo que el tema lo tenía angustiado, que el suicidio se le instalaba como idea muy difícil de sacar. Muchos pensaron: �Si a un tipo del prestigio de Favaloro le sucede lo que le sucedió, qué nos puede pasar al resto�, agregó Martínez.
No cualquier persona que atraviesa una situación límite se suicida. Hay factores individuales, familiares y sociales que inciden (ver aparte). Los especialistas coinciden en que el suicidio puede prevenirse. �La mejor prevención es hablar del tema y del amor a la vida. Es fundamental, además, cuando vemos que alguien está mal preguntarle cómo se siente, qué le pasa, ofrecerle ayuda y mostrarle soluciones. Tenemos la tendencia a comentar con otros que fulano o mengano están deprimidos, pero no le damos una mano�, observó Boronat.
Las estadísticas nacionales marcan que la tasa de muertes voluntarias en la población general se mantiene estable: alrededor de 6 a 7 muertes anuales cada 100.000 habitantes, lo que ubica al país en el tercer lugar del ranking americano, después de los Estados Unidos y Brasil, y muy por debajo de las naciones escandinavas, primeras a nivel mundial. Sin embargo, hay consenso en que existe un subregistro muy alto en el país que, según sostienen especialistas como Boronat, esconde un paulatino incremento del suicidio en los últimos años. �Muchos suicidios no se denuncian para evitar la intervención de la Justicia �siempre tiene que actuar un médico forense� y porque para muchas familias es un tema vergonzante, que genera culpa�, señaló Boronat, coordinador del Centro de Asistencia al Suicida. De acuerdo con su experiencia y su percepción, se habría incrementado el número de muertes voluntarias, más allá de los registros oficiales, no sólo en adolescentes sino también en adultos de 30 a 45 años y entre jubilados. �El suicidio es una característica de lasgrandes ciudades. Sin embargo, en los últimos años detectamos sucidios en pequeños pueblos del interior del país donde antes no existían�, advirtió.
�En los adultos de 30 a 45 el problema básico es la falta de horizonte, de expectativa, por la falta de trabajo. Pero más que el desempleo en sí mismo, es el sentimiento de inutilidad, de no poder responder a las necesidades de su familia�, indicó Boronat, del Centro de Asistencia al Suicida.
Hay una clara tendencia de masculinización de este tipo de muerte en todos los grupos etarios. Las mujeres producen más intentos que los varones, pero ellos materializan su decisión en mayor medida. Por cada mujer que se suicida, hay tres varones que terminan con su vida.
En el caso de los adolescentes, �la soledad, el aislamiento, la gran falta de apoyo social, el excesivo individualismo, la carencia de afecto, la desesperanza, la depresión son situaciones asociadas con comportamientos suicidas�, señaló María Martina Casullo, doctora en psicología e investigadora del Conicet.
En 1998, el último registro oficial, se produjeron 2359 muertes por suicidio, frente a 1707 homicidios, cifras semejantes a las archivadas diez años antes.
El aumento de suicidios de varones jóvenes asusta. En el caso de los adolescentes de 15 a 19 años la tasa subió de 4,4 muertes anuales cada 100.000 habitantes a principios de la década del 80 a 7, de acuerdo con una investigación del sociólogo Pablo Bonaldi. Para el grupo de 20 a 24 años, trepó de 8 a 9,5 por 100.000, con picos cercanos a 12 en 1995. En el caso de las mujeres jóvenes, las tasas son considerablemente inferiores: oscila entre 3 y 5 por cada 100.000. Para explicar el fenómeno, Bonaldi prefiere citar a Emile Durkheim, quien sostenía que la tasa social de suicidios constituye un buen indicador del estado de una sociedad: su aumento suele estar asociado a problemas más generales que afectan a todo el colectivo social. �Durkheim �continuó Bonaldi� estaba convencido, y trató de demostrarlo, que las sociedades de su época sufrían una crisis de integración social y que el brusco aumento de las tasas de suicido era el reflejo de esa pérdida de integración�.
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