Por Roque Casciero
El nombre de Joe Satriani está tan asociado a la guitarra eléctrica que su cerebro bien podría tener la forma de una Stratocaster. En realidad, algo de eso debe haber. En una entrevista telefónica con Página/12, el músico afirma que escucha en su cabeza las melodías que luego van a parar a sus temas. �A veces me llegan las canciones enteras, otras son sólo partes�, sostiene. Responsable de haber puesto a los álbumes instrumentales de rock nuevamente en los rankings del mundo (con Surfing with the alien, de 1987, que vendió dos millones de copias), Satriani es un virtuoso de las seis cuerdas y maestro de colegas famosos como Steve Vai, Kirk Hammett (Metallica) y Larry LaLonde (Primus). En 1996, el veloz guitarrista se presentó por primera vez en Buenos Aires, adonde volverá para tocar el sábado y domingo próximos en el teatro Gran Rex. �El show dura casi tres horas y es una mezcla de canciones de mis diez discos solistas. Voy a presentarme con el guitarrista y tecladista Eric Caudieux, el bajista Stuart Hamm y el baterista Jeff Campitelli, con todas las canciones vueltas a arreglar como para poder lograr lo mejor del formato de cuarteto rockero�, adelanta.
La aclaración de Satriani es pertinente, porque Engines of creation, su último disco, fue grabado sólo con bases electrónicas. �La tecnología ha hecho que esas herramientas sean más y más poderosas. El estilo de música que escucha la gente alrededor del mundo ha traído a los primeros planos esta forma de grabar y componer. Bandas como The Prodigy, Crystal Method o Chemical Brothers venden millones de discos con música que ha sido hecha en computadoras o con juguetes electrónicos baratos. Me hace acordar a la forma en que empezó el rocanrol, cuando se juntaban cinco tipos alrededor de un micrófono y hacían un disco en un día. Es por eso que me parece que estamos viviendo un período excitante. Por mi parte, comencé a disfrutar de la computadora como ayuda para la composición, del mismo modo que antes usaba los grabadores. Una de las ideas que me surgieron fue la de tomar el estilo de producción de las bandas que mencioné, pero con el agregado de mi propio estilo de guitarras y melodías. Engines... intenta hacer que dos estilos que no se llevan bien se fusionen... y se lleven un poco mejor�.
�¿Quedó conforme con el resultado?
�La mayor parte del tiempo creo que fue un rotundo éxito, pero hay veces en las que todavía dudo. No sé si algún otro se sentirá tentado a hacer algo así, porque es como una nueva área. Generalmente, al público del tecno no le interesan los solos de guitarra y el público que sigue a los guitarristas no le presta atención al tecno. Engines... es un disco difícil de venderles a públicos que generalmente no gustan uno del otro. Fue muy satisfactorio en lo artístico y creo que es ciento por ciento válido como expresión. Eso es lo más importante para mí, porque no todos los discos pueden ser populares. A veces las expresiones más artísticas son las que al público le cuesta más entender.
�Uno de los proyectos que usted ha llevado adelante es G3, en el que se presenta en vivo con otros dos guitarristas. ¿Planea continuar haciéndolo?
�Seguramente no este año, pero sí lo haremos en el futuro. Lo que más cuesta es combinar las fechas con los demás músicos. Eric Johnson sólo hizo una parte de la primera gira (en la que también estaba Steve Vai), así que ni siquiera pudimos salir fuera de Estados Unidos. Más tarde hicimos dos o tres versiones de G3 en Europa (en las que participaron Robert Fripp y Brian May, entre otros), pero no pudimos ir al Asia o a América del Sur.
�A diferencia de otros guitarristas virtuosos, usted les presta atención a los temas, que son más que una base para poder hacer sus solos de guitarra. �Siempre me interesó escribir buenos temas, y recién después imaginarme el modo de hacer que sean excitantes y únicos con mi forma de tocar la guitarra. Pero empiezo escribiendo una buena melodía, un buen estribillo y un ritmo fuerte. Cuando grabamos, lo hacemos como cualquier banda de rock: queremos tener un ritmo sólido y performances que suenen bien de todos los instrumentistas. No empezamos por el solo (se ríe).
�¿Le otorga usted valor a la velocidad para tocar?
�Sólo si hace que la canción funcione. A menudo uso el ejemplo de �El vuelo del moscardón�, de Tchaicovsky. Si sos parte de una orquesta y tenés que tocarla, debés poseer una gran técnica y tocar muy rápido para poder lograr que las personas del público imaginen que la música viene de las alas del moscardón. Si no podés tocar tan rápido, no podés tocar esa canción, porque no sos capaz de crear ese sentimiento en el público. Creo que sucede lo mismo con cualquier otro estilo musical: si escribís una canción llamada �Amor lento�, no necesitás tocar rápido. La velocidad en el rock es sólo una herramienta que usás cuando es necesaria.
�Otra herramienta de la música es la voz, pero usted no la utiliza demasiado en sus composiciones.
�En primer lugar, no escribo muchas canciones con letras. Además, debido a mi rango vocal limitado, cantar algunas de las cosas que escribo me resulta imposible. Pero creo que he creado una voz muy identificable con la guitarra.
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Claudio Marciello
(Almafuerte) *
�Joe Satriani es un capo total. Es muy sutil, toca fenómeno y tiene un sonido de la reputa madre. Ha estudiado a fondo el instrumento y parece que no tuviera secretos para él. Es uno de mis guitarristas favoritos y está en la vena guitarrística que sigo yo, que es la del blues y el rocanrol. Es de una escuela como la de Jeff Beck, que es distinta a la de violeros como Ingwie Malmsteen. Diría que no hay un solo tipo que empiece a tocar la guitarra que no haya escuchado antes a Satriani. Lamentablemente nunca pude verlo en vivo porque estaba de gira cuando tocó acá. Y no sé si voy a poder ir esta vez, pero me encantaría.�
Carca *
�A mí no me gusta la raza de guitarristas como Satriani, basados en una perfección virtuosa y sin lo que los bluseros llaman el mojo. Como músico autodidacta e intuitivo, valoro al tipo que agarra cualquier instrumento y se basa en su emoción mucho más que al que se fija en cuántas notas toca. Creo que el error es lo que hace valioso a un artista. Cualquier ser humano que practica quince horas por día puede relacionarse con un instrumento como lo hace Satriani. No es lo mismo un ejecutante que un artista. Sin ir más lejos, Jimi Hendrix, que fue el número uno total, era un ejecutante bastante errático, pero lo que lo pone en otro plano es su yo, su forma de sentir y vivir la música. La ejecución perfecta me aburre, aunque esto no significa que me parezca mal estudiar. Hay ejemplos de músicos que estudiaron y que son bárbaros, como Jimmy Page y Brian May, pero son geniales porque usaron todo lo que aprendieron para mostrar lo que tenían adentro.�
Héctor Starc
(Aquelarre) *
�No conozco profundamente la obra de Joe Satriani porque no me gustan los guitarristas de su estilo. Sé que toca bien porque no soy ni sordo ni boludo; sé que es un superviolero, pero no me llega. Es una bola de yeites, de palancas y de armónicos, pero a mí me mueve más una nota de B. B. King o de Eric Clapton que todo lo que pueda tocar Satriani en una noche. Y voy a citar una frase de Paco de Lucía: �Me quedo con el corazón de Santana y las matemáticas de John McLaughlin��.
* Guitarristas. |
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