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LA TERCERA VICTORIA DEL PILOTO DE SALTO
Ortelli tenía salero, pero fue Bessone el que le puso pimienta

Al líder del torneo del torneo le concedieron la gracia: desde que fue a Luján no se bajó del podio. Pero el piloto de Dodge, que largó 25º, remontó, se puso segundo a cuatro vueltas del final, y dio el gran espectáculo de Paraná.

t.gif (862 bytes)  Dos en una. La carrera monótona y aburrida tuvo un único culpable: Guillermo Ortelli. Nuevamente el Chevrolet del piloto de Salto demostró que por el momento no hay con qué darle, ganando su tercera prueba del año, y encaminándose lentamente al título 2000. Pero Ernesto Bessone se transformó en el piloto encargado de ponerle un poco de emoción.
Un dato para demostrar la supremacía de Ortelli: en la serie clasificatoria, en la que sólo hubo que correr 6 vueltas, Ortelli le sacó a su escolta (René Zanatta) más de 8 segundos de ventaja. "Estaba tranquilo porque sabía que mi auto podía tener un buen ritmo hasta la mitad de la carrera, y porque en Paraná con autos parejos es muy difícil superarse. Por suerte, el auto volvió a demostrar que se adapta a cualquier circuito", señaló Ortelli.
Pero la remontada iniciada por Bessone desde la decimotercera fila de la grilla de partida salvó la carrera. Ni aquellos que no están para grandes cosas, ni pilotos como Rafael Verna o José Luis Di Palma, que viven prendidos en los primeros puestos, pudieron evitar ser superados.
En la semana había anunciado que en Paraná no necesitaba tanto un gran motor (el punto más flaco de su coche) sino del chasis. En un circuito como Paraná, con amplios curvones y sin tantas curvas de baja velocidad, su Dodge camina muy bien.
"Creo que hicimos un carrerón, fue la mejor carrera de mi vida. Me salió todo perfecto", reconoció Bessone al término de la competencia. Su día había arrancado mal, con un toque con Fernando Iglesias que lo retrasó en la serie, y lo obligó a largar la final desde el 25º puesto. "Fue una lástima. Yo venía más rápido y él se cerraba como si viniera solo. Cuando le estaba metiendo la trompa de mi auto para superarlo, volvió a cerrar su línea, tuve que frenar bruscamente para evitar el toque, pero no pude".
Quedará siempre la duda acerca de lo que hubiera pasado si Bessone largaba en las primeras filas. "El auto era increíble, el chasis iba impresionante. Hubiera sido bueno largar adelante con Ortelli. Mucho del esfuerzo de esta carrera lo hice por el equipo, pero en la serie me pasé...", señaló el piloto de Mataderos.
Ahora, con casi 20 puntos de ventaja, el panorama del campeonato se le facilitó mucho a Ortelli, especialmente porque no anduvo bien Verna y porque Omar Martínez tuvo un día fatal: un toque con Marcos Di Palma lo retrasó, y otro roce, con Mariano Oyhanart, lo sacó de la carrera. Tan malo, que el entrerriano perdió la tercera posición en el campeonato.
Con una gorra negra, anteojos de sol y vestido con un buzo azul y vaqueros, Martín Palermo llegó al autódromo de Paraná acompañado por el arquero Roberto Abbondancieri. Visitó a otro ex futbolista ahora devenido piloto, Mariano Dalla Libera, para luego dirigirse a los boxes del corredor cordobés Roberto Del Bo. "Algún día probaremos como acompañante y si Roberto me lo presta (al auto), como piloto", manifestó cuando se le preguntó si después de largar el fútbol se dedicaría ser corredor de autos.

 

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