Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


KIOSCO12

Los que no sonrieron con Ibarra

Ripoll, Echegaray y Latendorf abandonaron la Legislatura tras las juras. Altamira movilizó a su gente frente al Teatro Colón.

Por Laura Vales
t.gif (862 bytes)  Jorge Altamira llegó en subte y prometió que seguirá viajando así mientras dure su mandato. Vilma Ripoll y Patricio Echegaray se pararon frente a las cámaras y advirtieron que impugnarán "las leyes sancionadas entre gallos y medianoche al mejor estilo menemista". Abel Latendorf se acomodó una escarapela sobre su largo impermeable negro, avanzó hacia la valla montada frente a la puerta de ingreso y se plantó ante una treintena de manifestantes para improvisar un discurso: "Serán simpáticos, jóvenes y bien vestidos", dijo en alusión a Aníbal Ibarra y Cecilia Felgueras, "pero no están al servicio de los trabajadores". En su debut en la Legislatura porteña, los cuatro flamantes diputados de la izquierda no ahorraron muestras de diferenciación.
El gesto más fuerte lo realizaron los dos legisladores de Izquierda Unida --Ripoll y Echegaray-- y el socialista auténtico Latendorf, que abandonaron el recinto tras la jura de Ibarra y se negaron a escuchar su discurso, como repudio a la sanción por parte de la Legislatura saliente de 144 leyes y resoluciones en sus dos últimas y escandalosas jornadas de trabajo.
Los flamantes diputados llegaron temprano a lo que sería su primera sesión, pero desde mucho antes los estaban esperando medio centenar de manifestantes del PO y el MST, coreando con entusiasmo cantitos contra "la festichola de Ibarra". Y muy pocos parientes.
A Latendorf lo acompañaron sus dos hijas --Alejandra y Andrea-- y un nieto de doce años que estuvo a punto de quedarse sin ver la actuación del abuelo dentro del recinto porque no habían conseguido más que dos invitaciones para la jura. En el hall de entrada, Vilma Ripoll presentó a su marido Carlos Carcione. Altamira llegó sin familiares y al primer paso fue interceptado por Patricio Echegaray y apartado a un costado. Se escuchó un cuchicheo e inmediatamente al diputado del PO la cara se le puso blanca como un papel.
--¿Cómo que se van a retirar? --le preguntó con una mirada de incredulidad a Echegaray.
Y se negó de plano a sumarse a la protesta, entre reproches porque nadie le había avisado con tiempo de la movida.
Al legislador le tocó, por una cuestión de orden alfabético, ser uno de los encargados de izar la bandera para dar inicio a la jura de Ibarra y Felgueras. Todos tuvieron la delicadeza de no recordar que el verdadero nombre del abanderado no es Altamira sino José Saúl Wermus, lo que lo hubiese dejado entre los últimos de la lista.
Lo hizo todavía de malhumor, mientras una fila más atrás de su banca se acomodaban Ripoll y Echegaray, a quien le tocó tener a su derecha al ex pattista Lorenzo Borocotó, ahora encolumnado en el bloque de Encuentro por la Ciudad. Todos escucharon sin moverse cómo juraban Felgueras e Ibarra. Pero apenas terminó la jura, Latendorf cruzó un gesto con sus pares de Izquierda Unida, sacó un volante del bolsillo, caminó hasta el estrado de la presidencia y se estiró para entregarlo y pedir en voz baja que se lo pasaran a Ibarra. Fue la señal para la partida, que los tres cumplieron de inmediato, mientras Ibarra arrancaba con las primeras palabras de su discurso y a Felgueras se le escapaba un mohín de fastidio.
El documento fue distribuido después a los medios. Tiene el título "Misión cumplida... al estilo menemista" y reprocha a Fernando de la Rúa y a Ibarra que los diputados salientes hayan sancionado en las sesiones del viernes y el sábado "un paquetazo de decenas de leyes y resoluciones, varias de ellas de graves consecuencias para la ciudad, sus trabajadores y sus habitantes", para aprovechar "una mayoría que la Alianza ya no tendrá" en la nueva Legislatura.
Siguió para los tres un maratón de entrevistas, aprovechadas para explicar sus críticas a la ley de Empleo --"es una versión porteña de la flexibilidad laboral", denunciaron--, a la creación de la Corporación del Sur --"que va a facilitar un enorme negociado inmobiliario"-- y a ley de Mobiliario Urbano, cuestionada por "favorecer a empresas extranjeras en desmedro de las nacionales. También acusaron a la Alianza de haber pactado con el PJ para su aprobación. "A Kelly Olmos le dieron el manejo de la Corporación del Sur y se repartieron lugares en el Ente Regulador", apuntó Ripoll.
Los dos diputados de Izquierda Unida y el del Socialismo Auténtico abandonaron el edificio mucho antes de que terminara la ceremonia de jura de Ibarra y Felgueras, y dejaron en claro que no participarían de la velada de gala en el Teatro Colón. Tampoco lo hizo Altamira, que apenas terminó el acto se sacó las ganas del desquite: calificó de "petardista" la retirada de sus pares. Y por la noche organizó una manifestación frente al Colón para pedir un aumento en el salario mínimo al grito de "no hay laburo, hay hambre, no hay nada que festejar".

 

PRINCIPAL