Por
Laura Vales
Jorge Altamira llegó en subte y prometió
que seguirá viajando así mientras dure su mandato. Vilma
Ripoll y Patricio Echegaray se pararon frente a las cámaras y advirtieron
que impugnarán "las leyes sancionadas entre gallos y medianoche
al mejor estilo menemista". Abel Latendorf se acomodó una
escarapela sobre su largo impermeable negro, avanzó hacia la valla
montada frente a la puerta de ingreso y se plantó ante una treintena
de manifestantes para improvisar un discurso: "Serán simpáticos,
jóvenes y bien vestidos", dijo en alusión a Aníbal
Ibarra y Cecilia Felgueras, "pero no están al servicio de
los trabajadores". En su debut en la Legislatura porteña,
los cuatro flamantes diputados de la izquierda no ahorraron muestras de
diferenciación.
El gesto más fuerte lo realizaron los dos legisladores de Izquierda
Unida --Ripoll y Echegaray-- y el socialista auténtico Latendorf,
que abandonaron el recinto tras la jura de Ibarra y se negaron a escuchar
su discurso, como repudio a la sanción por parte de la Legislatura
saliente de 144 leyes y resoluciones en sus dos últimas y escandalosas
jornadas de trabajo.
Los flamantes diputados llegaron temprano a lo que sería su primera
sesión, pero desde mucho antes los estaban esperando medio centenar
de manifestantes del PO y el MST, coreando con entusiasmo cantitos contra
"la festichola de Ibarra". Y muy pocos parientes.
A Latendorf lo acompañaron sus dos hijas --Alejandra y Andrea--
y un nieto de doce años que estuvo a punto de quedarse sin ver
la actuación del abuelo dentro del recinto porque no habían
conseguido más que dos invitaciones para la jura. En el hall de
entrada, Vilma Ripoll presentó a su marido Carlos Carcione. Altamira
llegó sin familiares y al primer paso fue interceptado por Patricio
Echegaray y apartado a un costado. Se escuchó un cuchicheo e inmediatamente
al diputado del PO la cara se le puso blanca como un papel.
--¿Cómo que se van a retirar? --le preguntó con una
mirada de incredulidad a Echegaray.
Y se negó de plano a sumarse a la protesta, entre reproches porque
nadie le había avisado con tiempo de la movida.
Al legislador le tocó, por una cuestión de orden alfabético,
ser uno de los encargados de izar la bandera para dar inicio a la jura
de Ibarra y Felgueras. Todos tuvieron la delicadeza de no recordar que
el verdadero nombre del abanderado no es Altamira sino José Saúl
Wermus, lo que lo hubiese dejado entre los últimos de la lista.
Lo hizo todavía de malhumor, mientras una fila más atrás
de su banca se acomodaban Ripoll y Echegaray, a quien le tocó tener
a su derecha al ex pattista Lorenzo Borocotó, ahora encolumnado
en el bloque de Encuentro por la Ciudad. Todos escucharon sin moverse
cómo juraban Felgueras e Ibarra. Pero apenas terminó la
jura, Latendorf cruzó un gesto con sus pares de Izquierda Unida,
sacó un volante del bolsillo, caminó hasta el estrado de
la presidencia y se estiró para entregarlo y pedir en voz baja
que se lo pasaran a Ibarra. Fue la señal para la partida, que los
tres cumplieron de inmediato, mientras Ibarra arrancaba con las primeras
palabras de su discurso y a Felgueras se le escapaba un mohín de
fastidio.
El documento fue distribuido después a los medios. Tiene el título
"Misión cumplida... al estilo menemista" y reprocha a
Fernando de la Rúa y a Ibarra que los diputados salientes hayan
sancionado en las sesiones del viernes y el sábado "un paquetazo
de decenas de leyes y resoluciones, varias de ellas de graves consecuencias
para la ciudad, sus trabajadores y sus habitantes", para aprovechar
"una mayoría que la Alianza ya no tendrá" en la
nueva Legislatura.
Siguió para los tres un maratón de entrevistas, aprovechadas
para explicar sus críticas a la ley de Empleo --"es una versión
porteña de la flexibilidad laboral", denunciaron--, a la creación
de la Corporación del Sur --"que va a facilitar un enorme
negociado inmobiliario"-- y a ley de Mobiliario Urbano, cuestionada
por "favorecer a empresas extranjeras en desmedro de las nacionales.
También acusaron a la Alianza de haber pactado con el PJ para su
aprobación. "A Kelly Olmos le dieron el manejo de la Corporación
del Sur y se repartieron lugares en el Ente Regulador", apuntó
Ripoll.
Los dos diputados de Izquierda Unida y el del Socialismo Auténtico
abandonaron el edificio mucho antes de que terminara la ceremonia de jura
de Ibarra y Felgueras, y dejaron en claro que no participarían
de la velada de gala en el Teatro Colón. Tampoco lo hizo Altamira,
que apenas terminó el acto se sacó las ganas del desquite:
calificó de "petardista" la retirada de sus pares. Y
por la noche organizó una manifestación frente al Colón
para pedir un aumento en el salario mínimo al grito de "no
hay laburo, hay hambre, no hay nada que festejar".
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