Por Victoria Ginzberg
¡Olivera!,
gritó la empleada de Aerolíneas Argentinas del aeropuerto
italiano de Fiumicino. Un grupo de personas se acercó al militar,
acompañado por su mujer. Está arrestado, le
informó. En un cuarto revisaron las valijas y leyeron la orden
del juez francés Roger Le Loire. Jorge Olivera, mayor retirado
de infantería del Ejército, quedó detenido por la
desaparición de la ciudadana francesa Marie Anne Erize (ver su
caso en nota aparte). El defensor de Carlos Guillermo Pajarito
Suárez Mason e impulsor de las maniobras para destruir los Juicios
de la Verdad está incomunicado en la prisión romana de Regina
Coeli. Empezó así lo que se perfila como un caso Pinochet
II. El Gobierno informó que el militar recibirá asistencia
consular, que no significa respaldo diplomático.
Olivera y su socio Jorge Appiani comenzaron desde hace dos meses una campaña
para compensar los avances de los juicios de derechos humanos.
Reclamaron al Estado indemnizaciones para los hijos de los muertos
por la subversión y se presentaron ante la Justicia para
pedir la averiguación de la verdad en el caso de militares fallecidos
durante la década del 70 por el accionar de grupos armados.
Además, por su afán de usar todos los argumentos de los
defensores de derechos humanos, los abogados iniciaron una demanda internacional:
a principios de julio pidieron a la Corte de Estrasburgo que juzgue a
Margaret Thatcher por el hundimiento del crucero General Belgrano
durante la guerra de Malvinas. Después, Olivera se quedó
en Europa paseando con su mujer hasta que ayer un juicio internacional
tuvo efectos. No el que había impulsado el mayor.
Los abogados que representan en Francia a los familiares de desaparecidos
argentinos y chilenos tomaron nota del viaje de Olivera a Francia y se
lo advirtieron al juez Le Loire. La policía le venía siguiendo
los pasos desde hace un mes. Fue detenido el domingo, antes de embarcarse
en el vuelo 1147. Estuvo demorado en el cuartel número cuatro de
los Carabinieri, y ayer fue trasladado a Regina Coeli. Su mujer, Marta
Noemí Ravasi, abordó el avión pero se mantuvo en
contacto con el agregado militar de la embajada argentina en Italia, coronel
Daniel Oscar Camponovo.
Voceros del Ejército intentaron instalar la idea disparatada de
que el arresto de Olivera era fruto de una conspiración inglesa
en respuesta a la demanda contra Thatcher. Recalcaron además que
hasta ahora la posición del gobierno fue la de respetar la
territorialidad. Los militares se referían a las declaraciones
del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Gil Lavedra, sobre
el pedido de captura librado por el juez español Baltasar Garzón
contra 48 represores argentinos. En el juicio por el genocidio que se
instruye en Madrid también está acusado Olivera.
A principios de julio Página/12 entrevistó al ahora arrestado.
Se reproduce a continuación un fragmento no publicado en esa oportunidad.
¿Usted comparte la metodología usada durante la dictadura?
No la comparto. Sí comparto la forma como se hizo en Tucumán,
pero no la forma que se efectuó con posterioridad.
¿Qué destinos tuvo durante la dictadura?
Estuve en La Plata, después en Misiones, después en
Corrientes, Córdoba y Buenos Aires. Mientras tanto me puse a estudiar
derecho y me recibí en el 90.
En La Plata...
A la Plata llegué en 1979.
¿Dónde estuvo entre 1975 y 1979?
En San Juan, en el regimiento 22.
¿No se enteró nada?
Sí pero tenía 24 años. Ojalá los volviera
a tener.
¿Supo de torturas?
No. Nunca las vi. Si existieron no las vi.
Supongo que sabía que había secuestros.
Se comentaba, en Buenos Aires, en Córdoba.
¿Y en San Juan?
Era una zona muy tranquila.
Ahora Olivera deberá afrontar un juicio pidiendo su extradición
a Francia para ser juzgado por el secuestro de Erize. Pero éste
no es el único caso que involucra al mayor. La subsecretaria de
Derechos Humanos, Diana Conti, informó ayer en una nota al director
general de Derechos Humanos de Cancillería, Hernán Plorutti,
que de los legajos 0660, 3837 y 8387 se desprende que el Teniente
Olivera (así aparece mencionado) actuó en el Centro
Clandestino de Detención del Regimiento 22 de Infantería
de Montaña.
El legajo 660 menciona que una persona perteneciente a la Juventud Peronista
fue secuestrada el 26 de marzo de 1976 por un grupo armado con uniforme
del Ejército en dos camiones al mando del teniente Páez
que pertenecía al regimiento 22 de Infantería de Montaña
en San Juan. Esa misma persona reconoció que fue torturado
por el teniente Malatto y otro de apellido Olivera.
Cuando Appiani y Olivera viajaron a Estrasburgo, César Trejo, de
los familiares de ex combatientes muertos en la guerra de Malvinas, dijo
los abogados no los representaban a ellos porque también
son abogados de torturadores.
El defensor de Suárez Mason, ex apoderado del MODIN de Aldo Rico,
fue procesado por la Cámara Federal de Mendoza pero quedó
en libertad al ser beneficiado por la ley de Obediencia Debida.
Ahora corre serios riesgos de afrontar el juicio que entonces quedó
trunco.
Bellísima
Marie Anne
Por
V. G.
Marie Anne Erize Tisseau era bellísima. Fue modelo publicitaria
y llegó a la tapa de la revista Gente. Pero dejó ese
mundo cuando comenzó a militar. Trabajó de azafata
y colaboró con el padre Carlos Mugica en la Villa 31. A fines
de 1975 su compañero fue arrestado en Mendoza, donde vivía
la pareja. Marie Anne se refugió en San Juan y allí
trabajó en la cosecha de aceitunas. El 15 de octubre de 1976,
cuando salía de una bicicletería, propiedad de una
familia de apellido Palacios, fue secuestrada. El oficial de Inteligencia
con grado de teniente Jorge Olivera descendió de un Ford
Falcon para llevarla al regimiento 22 de Infantería. Lo acompañaban
otro teniente de apellido Bic y Eduardo Daniel Cardozo, el mismo
que fue ascendido a coronel con el visto bueno de este Gobierno.
Marie Anne fue trasladada al centro clandestino de detención
La Marquesina, que funcionaba en el camping de suboficiales del
regimiento. Cinco días después del secuestro de la
mujer, el domicilio de sus padres en Buenos Aires fue allanado por
una patota del Primer Cuerpo del Ejército. Rece por
su hija porque a esta hora puede estar a dos metros bajo tierra,
le dijo a la familia el oficial de civil que comandaba el grupo.
Los padres de Marie Anne eran franceses, pero ella era nativa de
Misiones, igual que Olivera. El militar, que se retiró como
mayor en 1993, nació el 10 de agosto de 1950. El jueves deberá
postergar los festejos de su cumpleaños número 50.
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PRISION
A ORILLAS DEL TIBER
La cárcel de Priebke
Luego de un breve
paso por el cuartel número cuatro de los Carabinieri, el mayor
Jorge Olivera quedó detenido ayer en Regina Coeli, la histórica
cárcel de Roma ubicada a orillas del Tíber. Entre sus recientes
presos famosos, la prisión romana albergó hace cuatro años
al criminal de guerra nazi Erich Priebke, después de que fuera
extraditado de la Argentina.
Toda una paradoja: en marzo de 1944, Priebke había seleccionado
entre los presos políticos que poblaban la Regina Coeli parte de
los italianos que fusilaron en la masacre de las Fosas Ardeatinas.
El 9 de julio pasado, el papa Juan Pablo II celebró una misa en
su siniestro torreón principal en el marco del Jubileo de las Cárceles
impulsado por el Vaticano. Sólo 80 reclusos escogidos pudieron
besar su mano. Uno de ellos fue el mafioso Salvatore Grigoli, quien le
pidió perdón por haber asesinado a un sacerdote en Palermo
en un ajuste de cuentas típico de la Cosa Nostra.
Lejos de los momentos que la hicieron famosa, hoy Regina Coeli es símbolo
de la superpoblación que sufren las cárceles italianas.
En su interior viven 900 detenidos cuando la estructura solo cuenta con
espacio para 600. En la sección para los recién llegados
hay celdas en las que duermen hasta nueve personas. Incluso, días
antes de la visita del Papa se produjo una revuelta de presos que dejó
un saldo de 26 guardias heridos.
DIFUNDEN
LA HISTORICA DECISION DE LA CORTE SUPREMA CHILENA
Pinochet será hoy un desaforado
Sin ninguna otra demora posible,
hoy se conocerá finalmente si Augusto Pinochet fue desaforado por
la Corte Suprema de Chile, como adelantaron todos los medios de Chile
y el extranjero, incluido Página/12. Ayer, en una sesión
que tomó por sorpresa incluso a los seguidores más atentos
del caso, los 20 jueces del máximo tribunal se reunieron durante
más de tres horas para redactar el fallo, aunque aplazaron su firma
para hoy. A la salida de la reunión, varios magistrados confirmaron
que la sentencia está lista; es decir, que en realidad el caso
que fue dejado en acuerdo hasta hoy, lo que significa
que quedaba pendiente de resolución ya fue resuelto. Las
fuentes que revelaron el miércoles pasado que la Corte ya tenía
una decisión tomada coinciden ahora en que el desafuero fue aprobado
por 14 votos contra seis.
Durante la sesión de ayer, en la que además juraron 50 nuevos
abogados, los jueces del máximo tribunal chileno afinaron los últimos
detalles del fallo, lo leyeron e hicieron algunas correcciones. Hoy las
nueve de la mañana (hora local), los 20 magistrados se reunirán
en un nuevo y último pleno del caso Pinochet, en el que sólo
deberán firmar la resolución adoptada y las correspondientes
fundamentaciones.
Si la Corte Suprema ratifica el desafuero en primera instancia decidido
el 5 de junio pasado por la Corte de Apelaciones de Santiago, Pinochet
quedará en manos del juez especial Juan Guzmán Tapia (conocido
como el Garzón chileno), quien tiene a su cargo la
mayor parte de las 157 querellas existentes contra el ex dictador, entre
las que se incluye la que motivó el pedido de desafuero: la Caravana
de la Muerte, un operativo militar que ejecutó a más
de 70 presos políticos en 1973, apenas un mes después del
golpe de Estado encabezado por Pinochet. Los cadáveres de 19 de
esos prisioneros fusilados nunca fueron encontrados, lo que permite que
se los califique como un delito de secuestro permanente que
escapa a la ley de amnistía dictada durante la dictadura.
Ese argumento fue el que utilizó el juez Guzmán cuando pidió
el desafuero de Pinochet. Justamente ayer Guzmán retomó
las investigaciones por las violaciones a los derechos humanos bajo la
dictadura, después de un mes y medio de licencia médica.
Según el expediente a su cargo, existen sospechas fundadas
de que el ex dictador es responsable por los asesinatos de la Caravana
de la muerte. Esas sospechas fundamentaron el desafuero ante la
Corte de Apelaciones y parecen haber funcionado del mismo modo ante la
Corte Suprema. Si hoy Pinochet pierde definitivamente los fueros, el juez
Guzmán deberá ordenar la realización de exámenes
médicos obligados por ley a todo imputado mayor de 70 años.
A pesar de que la defensa legal de Pinochet reclamó esos estudios
durante el proceso de desafuero para demostrar su supuesta incapacidad
para afrontar un juicio (pedido que fue rechazado por la Corte antes de
dictar sentencia), la familia del ex dictador ya adelantó que él
no aceptará someterse a los exámenes por la humillación
que significaría una declaración de senilidad. Sin embargo,
los analistas políticos chilenos coinciden en que esa negativa
es parte de una estrategia para dilatar el proceso y una eventual comparecencia
judicial hasta que Pinochet muera sin que exista sentencia de ningún
tipo.
Ante la importancia del fallo, el ministro chileno de Defensa, Mario Fernández,
salió a reiterar el mensaje que el mismo presidente Ricardo Lagos
ha dado desde que asumió el gobierno. Las Fuerzas Armadas
respetan los fallos judiciales y, por lo tanto, no debiera esperarse ningún
tipo de actuación que no corresponda a esa conducta, aclaró
Fernández, quien se refirió además a la necesidad
de respetar el acuerdo de la Mesa de Diálogo, por el que las Fuerzas
Armadas se comprometieron a dar información sobre el paradero de
los restos de los detenidos-desaparecidos a cambio de que la identidad
de los informantes sea reservada. La derecha también salió
a dar su mensaje. El diputado por la Unión Demócrata Independiente
(UDI), Iván Moreira, advirtió que los jueces chilenos van
atener que responder ante la historia por el desafuero de Pinochet
porque significa también un enjuiciamiento a las Fuerzas
Armadas.
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