Primero fue la explosión de un automóvil en Bilbao y la muerte de los cuatro etarras que iban en él �entre ellos el líder del comando Vizcaya, Patxi Rementería Burruetabeña, y Antxon Sasiain Rodríguez, que llevaba desaparecido hace tres años�; el auto estaba cargado de armas y material explosivo y los investigadores sospechan que el grupo estaba preparando una operación importante al momento del estallido, en la noche del lunes. Después de este coche bomba involuntario, la ETA hizo estallar otros dos con apenas seis horas de diferencia: a las 12.20 hora local, la organización separatista vasca accionaba a distancia un coche bomba ubicado junto al vehículo de José María Korta Uranga, empresario, presidente de la confederación patronal de Guipúzcoa y él mismo un partidario del diálogo con la ETA, que murió poco después; a las 18.30, un segundo coche bomba estallaba, esta vez en la calle Platerías en el norte de Madrid, causando 11 heridos, uno de ellos de gravedad. Las acciones de ayer llevan a 12 �incluyendo los cuatro etarras� el número de muertos y a 30 el de los heridos desde la ruptura de la tregua de 14 meses y medio el 3 de diciembre último, en lo que representa la campaña de terror más intensa de la última década. El encarnizamiento de la organización pareció subrayarse por el hecho de que el atentado de Madrid fue hecho coincidir con el mismo instante en que el presidente del gobierno José María Aznar, desde su residencia de vacaciones en Valencia, reaccionaba al asesinato de Guipúzcoa afirmando que ETA �está buscando una situación límite ante la que debemos mostrar más que nunca nuestra firmeza, nuestra unidad y, con nervios de acero, responder con la mayor responsabilidad de todos�. Otro signo novedoso es la elección de blancos en personalidades vascas favorables al diálogo: �Hace una semana asesinaron al ex gobernador civil de Guipúzcoa, Juan María Jáuregui, favorable al diálogo, y hoy han matado a un empresario (Korta) que siempre se ha destacado por lo mismo �comentaba ayer un empresario de Guipúzcoa-. Uno llega a pensar que lo que quieren matar es el diálogo�. Korta, como solía hacerlo a diario, acudió temprano ayer a su trabajo. Como también era usual, no llevaba escolta de ningún tipo. Para el mediodía tenía programado un almuerzo de trabajo, y alrededor de las 12.15 se despidió de sus compañeros. Minutos antes había mantenido una conversación con un responsable de seguridad por una tarjeta magnética que no le funcionaba. Salió de la empresa, y los aproximadamente veinte trabajadores que quedaron adentro escucharon un estruendo e intentaron salir a la calle. Para entonces el cuerpo de Korta se encontraba ya junto a los amasijos de hierro de su vehículo. Un empleado de una empresa cercana trató de reanimarlo, pero ni él ni los médicos que acudieron enseguida pudieron hacer nada: la onda expansiva lo había alcanzado de lleno. Posteriormente pudo reconstruirse que los terroristas habían seguido los pasos del empresario desde el otro lado del río Urola, frente al estacionamiento donde Korta tenía su vehículo, y justo cuando su víctima abría la puerta del auto accionaron con un mando a distancia la bomba que habían preparado y colocado al menos una hora antes en un coche estacionado junto al del empresario. El vehículo, un Fiat con matrícula de San Sebastián, había sido robado el jueves en la localidad guipuzcoana de Legazpi. Seis horas después, una fuerte detonación estremecía la calle Platerías, en el norte de Madrid, sintiéndose en varios kilómetros a la redonda. La bomba estaba ahora en un automóvil Peugeot y, siguiendo una nueva táctica que parece residir en atraer a la policía al lugar de la explosión poco tiempo antes de que ésta ocurra, con el fin de causar bajas en sus fuerzas, ETA advirtió lo que iba a suceder. �Un llamado al número de urgencias 091 nos ha prevenido de la presencia de un auto bomba en la calle Platerías de Madrid, unos 15 minutos antes de la explosión�, afirmó un vocero policial. La bomba causó ahora 11 heridos, y dos de ellos fueron hospitalizados en estado relativamente grave. Un guardia de seguridad que recibió en el rostro un impacto de metralla fue ingresado de urgencia auna sala de operaciones del hospital de La Paz, presentando un traumatismo facial y una fractura de la rama mandibular izquierda, aunque no se temía por su vida dado que el paciente no presenta ninguna lesión cerebral; tampoco se temía por la vida de un guardián de un inmueble cercano al lugar del atentado, que fue hospitalizado de urgencia tras recibir una profunda herida de vidrio o de metralla. Entre los heridos también se cuentan dos niños de 3 y 5 años, que recibieron lesiones leves. Un corresponsal de Radio Nacional de España especuló que el atentado podría haber sido montado contra el secretario de organización del gubernamental Partido Popular (PP, centroderecha) Pío García Escudero, que se encontraba en la zona y resultó ileso. La policía acordonó rápidamente la zona, temiendo una segunda explosión, pero finalmente la alarma se probó sin fundamento y al anochecer era levantada toda operación policial de rastreo. Mientras los grupos de bomberos apagaban las llamas provocadas por el coche bomba, invadía el centro de Madrid el ruido de sirenas policiales y de ambulancias que circulaban velozmente por la ciudad.
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