Por Laura Términe
Desde Roma
�No acepto�, respondió ayer por la mañana el militar retirado Jorge Olivera cuando el juez sustituto de la cuarta sección de la Corte de Apelaciones del Tribunal Penal de Roma, Eugenio Bettiol, le preguntó si aceptaba o no su extradición a Francia, donde el juez Roger Le Loire lo acusa por el secuestro y la desaparición de la joven francesa Marie Anne Erize. En apenas diez minutos y con un gran despliegue de seguridad, Olivera, que desde el lunes integra la lista de detenidos de la cárcel Regina Coeli, entró a la sala del primer piso del Palacio de Justicia por una puerta que le evitó las miradas indiscretas de los periodistas. Anoche, el gobierno francés le pidió a Italia la extradición de Olivera. La abogada francesa Sophie Thonon estimó que el militar argentino �puede ser condenado a cadena perpetua como lo fue en su momento el marino Alfredo Astiz�. El presidente Fernando de la Rúa reivindicó �el principio de territorialidad�, pero aclaró que Olivera recibirá sólo �asistencia consular�.
��¿Usted sabe por qué está aquí?�, le dijo Bettiol iniciando una audiencia puramente formal. El militar retirado, vestido con camisa y pantalones oscuros, con signos de cansancio en el rostro pero muy tranquilo, respondió que sí y le contó al juez que durante su detención en el aeropuerto de Fiumicino, la policía le había leído el mandato de captura internacional emitido por Le Loire.
�¿Acepta ser extraditado a Francia?, �continuó Bettiol.
�No acepto, �dijo Olivera y agregó que no tenía conocimiento de que existía una causa abierta contra él en el exterior, que desde hace veinte días se encontraba en Europa, que había estado en Estrasburgo siguiendo una causa y que durante su paso por París había hecho declaraciones a la prensa y nadie le había comunicado nada. �Yo no voy a juzgar los méritos de esta cuestión�, lo interrumpió Bettiol, dando por terminada la audiencia, a la que asistieron el cónsul argentino en Roma Jorge Biga, un asistente suyo y el abogado de Olivera, Carlo Longari. Inmediatamente después, Olivera volvió al edificio penitenciario que se alza a orillas del río Tíber.
El ex militante del Modin ingresó a la sala a las 10 y 25 de la mañana, pero desde antes de las 9, una docena de policías custodiaban la entrada principal del Palacio Clodio (sede del Tribunal) y poco antes de que llegara el militar y abogado los uniformados subieron al primer piso y armaron una especie de barrera entre el pasillo donde estaban los periodistas y la puerta de la sala de audiencias. �¿Pueden bajar la voz?�, les pidió uno de ellos a los cronistas.
Después de la audiencia, Bettiol explicó que la Corte de Apelaciones deberá esperar que Francia mande la documentación con el pedido de extradición (el plazo es de cuarenta días) para que el fiscal general Malerva prepare la requisitoria en un lapso que no supere los tres meses. Malerva regresará a Roma el 16 de agosto.
En un intervalo de sus constantes comunicaciones vía celular, en los vacíos pasillos de un tribunal en período de ferias judiciales, Longari confirmó ante Página/12 que no tomarán ninguna medida hasta no leer el fascículo que llegará de París y �entender la situación de mérito por la cual se pide la extradición�.
�¿Solicitarán el arresto domiciliario de Olivera?
�No, hasta no tomar contacto con los actos de Francia.
�En el caso de hacerlo y de que sea concedido, ¿dónde podría vivir Olivera hasta la pronunciación de la Corte?
�En una casa, pero de eso deberán encargarse sus familiares.
En estos días, el estudio de Marcello Melandri �que tiene el caso Olivera y defendió a Carlos Guillermo Suárez Mason en la etapa preliminar del juicio en Italia� elegirá a un abogado francés para conocer los argumentos y las pruebas de la acusación contra el militar. Longari explicó, además, que su defendido puede cambiar en cualquier momento su negativa a la extradición.
En tanto, Olivera, que ayer cumplió 50 años, continuará detenido y recién la próxima semana recibirá la visita del cónsul que, siguiendo la rutina, se limitará a darle la asistencia prevista en estos casos. La embajada, cuyo titular aún no fue nombrado por el Gobierno, se mantiene alejada del caso obedeciendo las órdenes de hand off (manos afuera) que llegaron desde Buenos Aires.
Pensamientos compartidos
Marta Ravasi, la esposa de Jorge Olivera, aseguró ayer que ignoraba si su marido cometió los crímenes que se le imputan. �Yo no sé lo que estaba haciendo mi marido en ese momento. El era un simple teniente de 24 años y vivíamos felizmente�, expresó. Y consideró �raro� que hubiera estado �en una cosa como ésa y no me haya contado, porque somos un matrimonio que nos contamos todo�.
Ravasi agregó que �si lo hubiera hecho, como tantos, quedó con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final... esto tiene que ser juzgado en Argentina, porque no somos un país bananero que tenemos que acudir a un tribunal de otro país�. El hijo del militar detenido, Javier Olivera, dijo que la negativa de su padre a ser extraditado �contradice lo que pensábamos que iba a hacer: ir a Francia. Se ve que los abogados italianos le aconsejaron que no lo haga mientras no tomen contacto pleno con la causa�. Olivera fue apresado cuando se disponía a abordar un vuelo, en el aeropuerto de Fiumicino, rumbo a Buenos Aires. |
Víctimas del mayor
Jorge Olivera habría sido corresponsable de la desaparición de más de 60 personas en San Juan durante la dictadura militar. Así se desprende del relevamiento realizado por los integrantes de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, que indica que en esa provincia hubo 60 detenidos, varios de ellos extranjeros, y que otros 28 sanjuaninos desaparecieron en otras provincias. Los datos fueron revelados por la abogada Margarita Camus, que preside la APDH de San Juan y estuvo secuestrada en la provincia junto a su hermano. Se supo también que Olivera fue estudiante de ingeniería y miembro del Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de San Juan, según dijo un ex alumno de la institución que fue detenido y luego liberado por Olivera. �Me liberó porque reconocí su voz en un interrogatorio�, dijo el ahora ingeniero Juan Luis Neffa. |
La Corte no hizo lugar
La Corte Suprema desestimó una denuncia contra el gobierno de Italia por presunta �privación ilegal de libertad� presentada por el hijo del detenido militar retirado Jorge Olivera. En una breve resolución firmada por ocho de sus nueve miembros �el faltante fue el vicepresidente Eduardo Moliné O�Connor� dice que esta denuncia �no constituye acción o recurso alguno� que �habilite la competencia ordinaria o extraordinaria� del tribunal. En el escrito que presentó ayer, Javier Olivera Ravasi, hijo del mayor detenido en Roma, afirmó que �el secuestro� de su padre �atenta contra el principio de defensa en juicio a través de la supresión del principio de la cosa juzgada�. |
EN LA BRIGADA DE MENDOZA RECALA LUIS MALATTO
Un represor hace relaciones
El comandante de la octava Brigada de Montaña de Mendoza, coronel Mario Chretien, aseguró en declaraciones al diario Los Andes que el actual titular del área de Relaciones Humanas de esa Brigada, teniente coronel Luis Malatto �se desempeñó en el Regimiento de Montaña 22 en la provincia de San Juan durante la dictadura�. Malatto actuó junto al militar Jorge Olivera, detenido en Italia por la desaparición de la joven francesa Marie Anne Erize.
Chretien reconoció también que Malatto �estaba mencionado por un grupo de organismos de derechos humanos� como represor, pero aclaró que nunca declaró por eso ante un tribunal. �Si él no fue llamado por la Justicia yo no tengo que preguntarle nada�, razonó.
El ex camarista y actual juez del Tribunal Oral Federal, Juan González Macías, reconoció por su parte que Malatto �fue mencionado por testigos como integrante de �La Patota��, una temida brigada represora de ese momento. González Macías recordó que muchos testigos habían mencionado como represores a los oficiales Olivera, Malatto, Eduardo Daniel Vic, Daniel Cardozo y al sargento Osvaldo Martel. Pero antes de que los militares fueran interrogados por la desaparición de Marie Anne Erize, llegó el �perdón� de junio de 1987: la ley de Obediencia Debida. El juez indicó que entre las carpetas de las investigaciones, �aún permanecen documentos por el seguimiento del caso de Marie Anne Erize�.
El senador nacional justicialista José Luis Gioja, que estuvo detenido en un centro clandestino en San Juan durante la última dictadura militar, también fue torturado por Malatto y aportó su testimonio. �Olivera formaba parte de un grupo de tenientes y subtenientes que nos interrogaban y nos torturaban hasta dejarnos exhaustos. Después nos daban bebidas alcohólicas para que nos recuperáramos�, dijo el hombre, que fue llevado por la Policía Federal mientras trabajaba como ingeniero en el Instituto Provincial de la Vivienda en la provincia.
En el grupo de militares que lo torturó, Gioja incluyó a Malatto, De Marchi, Olivera y Cardozo. Poco después de la asunción del presidente Fernando de la Rúa, Cardozo fue ascendido con aprobación del Congreso �pero, por supuesto, con mi voto en contra�, como recordó el senador. �Yo había decidido no recordar todo esto nunca más para no odiar�, confesó el diputado de PJ, pero accedió a dar detalles de su experiencia �porque me enfermó la cantidad de mentiras que dijo la mujer de Olivera en la televisión� (ver recuadro).
Finalmente, Gioja dijo que �tenemos que acordarnos de esto como país no para tener odio y rencor, sino para no volver a cometer los mismos errores del pasado y que nuestra juventud no tenga que vivir esto nunca más�.
�No es posible que ahora este asesino y torturador aparezca como un mártir de la patria que defiende a la Argentina de Margaret Thatcher�, agregó el senador. �Estos tipos nunca pelearon contra nadie�, dijo y aseguró que �con los únicos que peleó Olivera fue con nosotros cuando estábamos atados y amordazados�.
Opinion
Por Rufino Almeida * |
La bestia
La bestia que secuestra y tortura a la mujer de un luchador en Cosquín, que envía una bomba a una abogada de derechos humanos en Rosario, que intenta levantar a quien escrachó al Turco Julián, que amenaza al fiscal Cañón en Bahía Blanca, que asalta las casitas trabajadoras en Tartagal, que reprime en la oscuridad en un puente de Corrientes, la bestia que sólo ataca cuando la víctima está indefensa, es la misma bestia que se llevó 30 mil argentinos a la desaparición, que robó a sus hijos, que violó a sus mujeres, que tortura aún con el dolor y la ausencia a sus madres y familiares.
Es la misma bestia que masacra en Budge, que tortura y asesina a Bru y a tantos otros chicos en las comisarías, que organiza bandas para robar en el barrio, que libera zonas para secuestrar a Cabezas, que se arma en ejércitos de seguridad privada, que vuela Río Tercero para ocultar el tráfico de armas.
La bestia tiene padres: empresarios que los financian, multimedios y periodistas que silencian sus crímenes y justifican sus gestas cobardes, curas que bendicen sus armas y sus tormentos, legisladores que les otorgan derecho a convivir entre sus víctimas, partidos políticos que los ascienden, los reconvierten a demócratas y les dan poder de fuego contra el pueblo. La bestia tiene títulos: última reserva moral de la patria, generales democráticos, defensores de la democracia, salvadores de la nación, caídos en cumplimiento del deber, mano de obra desocupada, héroes de Malvinas. Pero no puede mirar a sus hijos a los ojos, por eso busca el anonimato.
Los sobrevivientes de los campos de concentración de la dictadura militar del �76 conocemos el aliento hediondo de la bestia en acción. Sabemos que a la bestia la necesitan y la alimentan los poderosos, la ceban los discursos de mano dura y represión, la envalentona la impunidad y las manos libres para someter que les garantizan el silencio y la complicidad de los que gobiernan, legislan y juzgan. Pero también sabemos que nuestra lucha, la de un pueblo que busca justicia, está cercando a la bestia. Pinochet fue desaforado y ya puede ser juzgado. Videla, Massera y otros tantos están presos, muchos más están siendo puestos nuevamente al descubierto en los juicios por la verdad. Y uno de sus abogados, el mayor Jorge Olivera, acusado en el juicio de Francia y en el de España, acaba de ser detenido en Roma.
Desde la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos nos solidarizamos con todos los hambreados, perseguidos y represaliados y nos comprometemos a seguir aportando pruebas contra todos y cada uno de los represores en todos y cada uno de los juicios que se les inicien. Nos comprometemos a no dejar a la bestia en paz.
* Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos. |
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