Por Adriana Meyer
Ya no corta manzanas en vivo ni alza mascotitas en primer plano. Ahora, el ex interventor de ATC, Gerardo Sofovich, está empeñado en responder los interrogantes de la Justicia por hechos de corrupción que habría cometido cuando gozaba del cobijo del menemismo. El juez federal Carlos Liporaci lo indagó ayer durante cuatro horas sobre su gestión al frente del canal estatal, por la cual está acusado de administración fraudulenta y negociaciones incompatibles con la función pública. �Sofovich dice que hizo todo tan bien que en lugar de enjuiciarlo deberíamos darle las gracias y prenderle una vela�, ironizó ante Página/12 un funcionario que presenció la declaración. El creador de �Polémica en el bar� admitió que contrató a sus propias empresas como proveedoras del canal oficial, pero juró que esas operaciones �no eran incompatibles ni ilegales�. Negó haber dejado en ATC un déficit de 50 millones y aseguró que gracias a él fue menor de lo que hubiera logrado otro administrador.
�ATC era una pérdida de dinero permanente�, empezó diciendo ante el magistrado, su secretario y el fiscal Claudio Navas Rial. Según el animador �que estuvo al frente del canal desde julio de 1991 hasta fines de 1992�, su amigo íntimo Menem le había prometido dinero que nunca le dio. Describió que la emisora estaba �superpoblada� de empleados porque �cada gobierno pone los suyos�. Aseguró que, bajo esas circunstancias, �lo dejó demasiado bien� y señaló que era �imposible� obtener ganancias. Para reforzar su razonamiento mencionó que algunos canales de televisión porteños también tienen pérdidas millonarias y que esa situación se repite en la mayoría de las emisoras de aire del mundo. Luego cargó contra la Auditoría General de la Nación por haber �calculado mal� el déficit. Según Sofovich, le endilgan un período en el cual ya no estaba en el cargo.
El juzgado dividió la indagatoria en tres partes: su paso por el canal, las fallidas gestiones para la transmisión de los Juegos Panamericanos de 1995 y las negociaciones que siguió haciendo tras su alejamiento de la intervención. Los fiscales Navas Rial y Carlos Rívolo (ausente con licencia) habían preparado unas veinte preguntas y Liporaci tenía otras tantas. En relación con los Juegos, Sofovich explicó que ATC enfrentaba un boicot de la cadena OTI que le impidió la comercialización del evento. Afirmó que las autoridades del canal lo consultaron para pedirle asesoramiento ante esa situación y negó haber intervenido. Una de las pruebas que constan en el expediente es un fax enviado por una cadena estadounidense a Opebar, empresa a nombre de su esposa, en el que se menciona que �el señor Sofovich no recomienda firmar el contrato�. El animador adujo que ese mensaje era �una gentileza� por haber contactado a ésa y otras cadenas norteamericanas con ATC. Otro mal negocio del canal fue el proyecto de ATC Cable, del cual también se desligó. Los investigadores estiman que el Estado perdió 36 millones por ambos casos.
�Demostró ser un declarante hábil�, sintetizó una fuente con acceso al caso. Y agregó que sus respuestas fueron amplias y sin reticencias. Aunque no fue una acusación directa hacia sus subordinados, Sofovich destacó que la responsabilidad de la administración de la emisora no estuvo en sus manos sino en las del vicepresidente ejecutivo, Enrique Alvarez, quien junto al ex director Raúl Rico serán indagados la semana próxima. En la causa están imputados otros diez ex funcionarios que pasaron por ATC entre 1992 y 1996 que habrían generado una millonaria deuda. Entre ellos se encuentran el intendente de Córdoba, Germán Kammerath, y Horacio Frega, quienes también serán convocados a declarar. El funcionario consultado por este diario confió que Sofovich no es el peor posicionado entre los acusados porque tiene la posibilidad de señalar a sus sucesores por el descontrol administrativo y el vaciamiento del canal estatal. A modo de ejemplo, recordó que cuando le preguntaron por cierta documentación faltante, respondió que dejó todo en la emisora.
El animador de las cenas en la residencia de Olivos, en épocas de Carlos Menem, había ingresado a los tribunales de Retiro por una puerta deservicio utilizada para suministros. Sin dejar de caminar reiteró ante los cronistas un argumento utilizado por el también hipermenemista Víctor Alderete: dijo ser víctima de �una persecución política y personal�.
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